¡Ay que ver la lata que es para todo el estar con la regla! Pero sobre todo qué inoportuna es siempre. Da igual lo que calcules, que si tienes algo importante estará ahí contigo acompañándote. Y eso que no quiero hablar del malestar ni de los dolores antes y durante, porque entonces ya tendría para un libro. Sólo me interesa contaros algunas situaciones que conozco de primera mano, algunas divertidas, otras un poco escatológicas, pero todas interesantes.
Yendo al grano en el tema que a mí me interesa, lo primero que quiero comentar son los recuerdos de aquellas primeras veces. De las primeras veces con todo junto, es decir, en sufrir la regla y tener las primeras relaciones íntimas. Porque en esas ocasiones cuando surgía enrollarse con alguien, y te pillaba con ese plan había pocas opciones: negarte con cualquier excusa era una de ellas, o dar una correcta explicación, lo cual no era nada habitual, o tirar para adelante pese a todo. Mi amiga María solía salir huyendo del entuerto, mientras que Raquel probaba a explicárselo a su pareja con muchos rodeos tanteando si querría o no. Sin embargo yo, como siempre he sido de aprovechar las oportunidades, me lanzaba sin pensármelo dos veces. Esto me hacía encontrarme alguna vez, incluso ahora en esta edad adulta me sigue pasando, con el sobresalto del chico cuando investigando entre mis bragas se topaba con el cordón de un tampón o con su sorpresa, si en el último momento del arrebato pasional tenía que frenarle en seco para retirar al higiénico ocupante de mi vagina antes de que entrase él.
De entre mis amigos hay actitudes muy diversas, pero tienen claro que depende mucho de las circunstancias. Si su chica es una pareja estable, de varios años, por ejemplo, la mayoría prefiere posponerlo para disfrutar del sexo en mejores condiciones sabiendo que podrán encontrar otra ocasión. A otros más escrupulosos no les importa hacerlo siempre que sea con condón y si acaso descartando algunas prácticas en las que se puedan ensuciar más. A ellas, lo que más les preocupa es la higiene personal y recurren a las toallitas húmedas si les pilla lejos de casa y más de una le busca una solución acuática si están en el hogar, metiéndose con su pareja en la ducha para hacerlo bien limpias y de paso más divertido. Aunque mis amigas siguen sufriendo mucho sobre todo por la limpieza del sitio donde decidan hacerlo estando con la regla, y casi todas colocan toallas o empapadores en las camas para que al final del buen rato no quede la zona como si hubiera pasado por allí el mismísimo Jack el Destripador.
Y por poner otro caso de experiencia personal me gusta mucho recordar a un amante con el que mantuve varias sesiones fabulosas de sexo y al que no le importaba en absoluto pillarme en esos días especiales. Reconozco que me resultaba asombroso que le diera igual hasta el punto de masturbarme como si nada, e incluso llegó a practicarme sexo oral con sumo cuidado e higiene, pero lo hizo. Ese sí que tenía claro, que las oportunidades son para aprovecharlas, sobre todo las de disfrutar follando.
En fin, como siempre digo, teniendo claro lo que se quiere hacer y estando cómodo con la otra persona, cualquier práctica es buena sean cuales sean las circunstancias.