Las agresiones sexuales son los delitos más frecuentes contra las mujeres, por lo que hablar de violencia sexual significa que, en su mayoría, se trata de delitos cometidos por hombres cuyas víctimas son mujeres. Aunque, no podemos olvidarnos de que también es frecuente el abuso sexual a menores y que en algunos casos, los menos, la víctima puede ser un hombre.
La Organización Mundial de la Salud define la violencia sexual como “cualquier acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción”.
Existen distintos tipos de violencia sexual:
- Una agresión sexual consiste en atentar contra la libertad sexual de una persona utilizando violencia o intimidación.
- Dentro de las agresiones sexuales se encuentra la violación que implica penetración por vía vaginal, anal o bucal.
- El abuso sexual consiste en atentar contra la libertad sexual de otra persona sin su consentimiento, pero sin usar violencia o intimidación (por ejemplo, cuando se anula la voluntad de la víctima mediante el uso de drogas).
- El acoso sexual coloca a la víctima en una situación intimidatoria o humillante (por ejemplo, cuando se solicitan favores de naturaleza sexual valiéndose de una superioridad laboral o docente).
Mitos erróneos sobre la violencia sexual
Es evidente que si las agresiones sexuales son cometidas en su mayoría por hombres y van dirigidas hacia mujeres no es por casualidad, sino que existen unos motivos profundamente enraizados en el patriarcado y en creencias machistas.
Así, es muy común pensar que la mayoría de las violaciones ocurren en la calle, en lugares solitarios o escondidos. Sin embargo, esto no siempre es así, muchas de estas agresiones sexuales son cometidas en el propio domicilio de la víctima.
El mito anterior tiene mucho que ver con el que vamos a ver a continuación, y es la creencia de que la violencia sexual es independiente de la relación entre la víctima y el agresor. Ya que no siempre se trata de desconocidos, sino que, de hecho, muchas veces es llevada a cabo por amigos, novios o incluso maridos que interpretan incorrectamente besos o caricias, basándose en falsas ideas machistas de que estos actos son señales de que se desea tener una relación coital.
Otro mito importante es la extendida idea de que ante una provocación sexual un hombre no pueda resistirse, cosa totalmente falsa. Ante una agresión sexual, el único culpable es el agresor, no importa la ropa que llevara la víctima, si había bebido, su vida sexual, su comportamiento, etc.
En relación con las violaciones, es falso que el hecho de que no sea un acto deseado suponga que no pueda existir una respuesta sexual de excitación (lubricación, erección) ya que en algunos casos se da incluso el orgasmo. Este punto es importante tenerlo en cuenta porque las víctimas que experimentan esa respuesta sexual pueden sentirse muy confusas y avergonzadas al respecto.
¿Qué hacer tras sufrir una violación?
En primer lugar, y aunque lo que más nos apetezca sea hacer justo lo contrario, es importante no lavarse ni cambiarse de ropa.
Debemos acudir lo antes posible a un hospital y solicitar un examen médico, tras el cual se podrá recibir el tratamiento médico adecuado para prevenir un embarazo no deseado y tratar posibles infecciones de transmisión sexual.
Ya con un certificado médico, el siguiente paso sería ir a una comisaria a presentar la denuncia.
Posteriormente, podemos buscar la ayuda de alguna asociación que pueda ofrecernos apoyo psicológico y emocional para superar el trauma que puede suponer una agresión de estas características.
Consecuencias de sufrir una violación
Finalmente, hay que destacar que sufrir una violación puede causar numerosas consecuencias en la víctima.
Por ejemplo, en el aspecto sexual, es muy común evitar las relaciones sexuales, o padecer inapetencia sexual durante meses, o incluso años.
También son habituales los sentimientos de indefensión, culpa o vergüenza por lo sucedido.
Así mismo, puede ser frecuente padecer insomnio, ansiedad, pensamientos obsesivos, depresión, pérdida de autoestima y desconfianza.
El trastorno de estrés postraumático suele afectar a entre un 25 y un 50% de las víctimas. Se caracteriza por síntomas como revivir a menudo la agresión sufrida (recuerdos, pesadillas), evitar estímulos asociados (no querer salir por la noche, ni relacionarse con chicos) y una respuesta de alerta exagerada (dificultades de concentración, irritabilidad).
“La violencia sexual, racial y de género y otras formas de discriminación en la cultura no pueden ser eliminadas sin cambiar la cultura”
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4 comments
Hola Ester!
Es muy triste que siga habiendo esta violencia. Y no solo sexual, sino cualquier tipo de violencia. Ayer justo era noticia, el arresto de una famosa actriz por violencia familiar. Sin embargo, esos casos son los menos. Como tu dices, las mujeres en su gran mayoría son las víctimas. Y la sociedad, todavía las hace sentir culpables, las juzga, las señala y les quita con cada comentario un poco más de su esencia. Como si no hubiera sido poco el vivir esas terribles situaciones.
Y aún hay más, casos en los que la propia familia no te cree. Y defiende y apoya al culpable. O como sucedió recientemente en México con la actriz Karla Souza, quien declaró que fue violada y ha sido atacada por muchos. Y si a personas de fama les pasa eso, como ya vimos con el #metoo, mucho peor para una mujer que es tan solo una ciudadana. Muy triste.
Que bueno que mencionas qué hay que hacer en caso de sufrir estas actividades. Y espero que ya muy pronto, nuestras sociedades no tengan estos comportamientos y que todos los que te vamos a leer y nuestras familias no tengamos nunca que pasar por algo así. Y si pasa, apoyar y estar ahí si se nos requiere.
Gracias por tu comentario, Ramón, como siempre enriquecedor.
Y que todavía se siga culpabilizando a la víctima…??♀️ En fin… A seguir educando con artículos como este.
Besicos
Pues sí, falta mucho por hacer, pero vamos avanzando, poco a poco, o eso creo 😉
Gracias por leerlo y por tu comentario 🙂