Gemir. Qué sonido más maravilloso, sobre todo cuando se gime de placer. Oír los gemidos de tu amante es aún mejor y más placentero. Desearlos y recordarlos es estimulante y, a veces, hasta doloroso.
Lo que más me ha gustado de este poema de Nuria Cifredo, es cómo ha sido capaz de describir tan maravillosamente esa sensación de deseo y pérdida de la persona amada. Y de una forma tan bonita y sencilla. Simplemente evocando sus gemidos.
Tus gemidos
por Nuria Cifredo
Se escapan,
tus gemidos de placer huyen
por debajo de la puerta
y yo no puedo dejarlos ir,
no quiero dejarlos ir.
Te provoco más y más
y la fuerza de tus suspiros abaten mis murallas,
las ansias de retenerlos
me hacen besarte con violencia.
Se escapan tus gemidos
por el hueco de la ventana entreabierta
y corro desesperado tras ellos,
gritando, saltando,
lanzando mis manos al infinito
y mi pulso se acelera.
Tus gemidos se oyen lejanos
y yo necesito apresarlos.
Se escapan como la última expiración
y nada puedo hacer por impedirlo.
Quiero tus gemidos en mi boca,
en mis oídos,
entre mis manos,
en mi pelo,
entre mis piernas…
pero se han ido tus gemidos
y ya nunca los volveré a tener.