El año pasado celebrábamos el mes del orgullo LGBTI haciendo un homenaje a Marsha P. Johnson, así que este no podíamos dejar de hablar de su compañera fiel en la lucha por los derechos de las personas transgénero: Sylvia Rivera.
Mundialmente conocida como una de las pioneras en el activismo del colectivo trans, Sylvia Rivera pasó por muchas dificultades que la llevaron a hacer de su vida una lucha incansable para ayudar a quienes se encontraban en el último escalón de los marginados, las personas trans de color y pobres.
Sylvia también fue una guerrera que ayudó a nacer al movimiento gay, y por todo ello en el mes del orgullo y la diversidad vamos a recordarla.
Los orígenes de Sylvia Rivera
Sylvia nació en 1951 en la ciudad de Nueva York, aunque tenía orígenes latinos. Ya los comienzos de su vida no fueron nada fáciles. Fue abandonada por su padre todavía siendo un bebé y su madre se suicidó cuando tenía tan sólo 3 años. Después de esto pasó a vivir con su abuela, una mujer muy estricta que no aceptó el comportamiento afeminado de su nieta conforme iba creciendo (empezar a maquillarse fue la gota que colmó el vaso). Por ello, con apenas 11 años, Sylvia se vio obligada a vivir en la calle, a ejercer la prostitución y a enfrentarse a las drogas y la brutalidad policial. Esto la llevaría a unirse a una comunidad de drag queens.
Poco tiempo después, en 1963, conoció a quien se convertiría en su mejor amiga y compañera de lucha, Marsha P. Johnson, que ya estaba acostumbrada a vivir en la calle y la ayudó a sobrevivir.
Stonewall y el inicio de su revolución
Sylvia siempre afirmó haber estado en primera línea en el levantamiento del Stonewall Inn en junio de 1969, junto con su inseparable Marsha, y lo consideró el punto de inflexión de su revolución. Tras esto, participó en la fundación del Gay Liberation Front, y posteriormente se unió a la Gay Activists Alliance (GAA) y comenzó a trabajar por un proyecto de ley de derechos de los homosexuales.
Sin embargo, los derechos de travestis y drags fueron eliminados de la agenda de este proyecto de ley de la GAA y eso decepcionó a Sylvia. De modo que, al año siguiente de los disturbios de Stonewall, Sylvia y Marsha decidieron fundar el Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR), un proyecto de apoyo para las personas trans que vivían en la calle y en las cárceles. Este, además, incluyó el primer refugio para mujeres trans sin techo (STAR House).
Sylvia y Marsha asistieron a la primera marcha del orgullo gay al año siguiente a los disturbios (aunque las drag queens fueron discriminadas y no se les permitió hablar). En el desfile del orgullo de 1973, Sylvia agarró el micrófono y gritó enfurecida: “Si no fuera por las drag queens, no habría movimiento de liberación gay”.
La dura pérdida de Marsha
La muerte de su amiga Marsha la dejó muy deprimida, ya que esta había sido como una madre para ella. “Cuando se fue, una parte de mí se fue con ella”, comenta en el documental de Netflix La muerte y vida de Marsha P. Johnson.
Nunca logró recuperarse totalmente de aquella pérdida y durante mucho tiempo estuvo inmersa en las drogas. Intentó suicidarse, en 1995, lanzándose al rio Hudson (donde había aparecido el cadáver de Marsha pocos años antes).
Durante esta época estuvo viviendo en la calle, sobre todo entre la comunidad gay sin techo de los muelles de Christopher Street. Por ello, como homenaje póstumo, en 2005, la intersección de las calles Christopher y Hudson fue renombrada “Sylvia Rivera Way”.
Los últimos años y su vuelta al activismo
En los últimos años de su vida volvió al activismo político dando conferencias. Incluso viajó a Italia, con motivo del World Pride Roma 2000, donde fue nombrada “madre de todas las personas Trans, Gays, Lesbianas y Bisexuales”.
En 2001 restableció la organización STAR y continuó su activismo hasta su muerte en 2002, debido a un cáncer de hígado.
La identidad de género de Sylvia fue compleja y variada a lo largo de su vida. No le gustaban las etiquetas y expresó una visión fluida de género y sexualidad, refiriéndose a sí misma de diferentes maneras, identidades que no consideraba excluyentes.
El proyecto de Ley Sylvia Rivera, nombrado en su honor, se dedica a garantizar que todas las personas sean libres para autodeterminar su identidad y expresión de género, independientemente de sus ingresos o raza, y sin enfrentar acoso, discriminación o violencia”.
“De muchas formas, Sylvia fue la Rosa Parks del movimiento transgénero moderno, término que ni siquiera se acuñó hasta dos décadas después de Stonewall”.
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Imagen de portada de gif by Mighty Oak.
6 comments
En España la vida y obra de Sylvia no es tan conocida ni por miembros del colectivo. Sin embargo en EEUU es toda una heroína. Gracias por haceros eco de parte de su vida.
Un saludo y feliz semana.
Así es… Muchas gracias como siempre por tus aportes, Carla Mila. ¡Saludos! 🙂
Hola Ester!
Gracias por tu nuevo artículo. Como siempre muy interesante y educativo. Cuanto han tenido que vivir personas como ella para dar oportunidad a nuevas personas de expresar su identidad.
Y aún así, todavía cuesta mucho mostrar quién eres y que sea al menos respetado. Así que gracias por darles visibilidad.
Hoy, me alegra que el maquillaje sea más abierto y aceptado un poco (cierto no lo es como debería serlo aún.) Aunque la ropa y ese afeminamiento, sigue siendo muy juzgado y señalado.
Estoy segura que has escrito sobre famosos y valiosos hombres que nacieron como mujer. (Buscaré y releeré, ya que de primera no recuerdo.) Será muy interesante leer y conocer al siguiente personaje que nos traigas.
Querida Mónica, muchísimas gracias por tu comentario.
Sin duda falta mucho para que aspectos vistos por la sociedad generalmente de forma binaria, como el maquillaje, la ropa o el comportamiento, dejen de imponerse como estereotipos de género. Pero seguimos luchando por visibilizar y cambiar las cosas.
Muy agradecida por tu apoyo, un saludo.
De nuevo Ester, y su sensibilidad ante la injusticia y el rechazo, nos regala con este articulo que honra la memoria de personas que hicieron de su dolor y su estigma social una bandera para liderar el frente de lucha y ganar con ello terreno para posteriores generaciones.
Gracias!!!
Gracias a ti, Juan Carlos, por tu comentario y tu apoyo incondicional. Saludos. 🙂