Seguramente habrás escuchado hablar de la ninfomanía y, si eres mujer y te gusta el sexo, tal vez hayas dudado en confesarlo por temor a ser tildada de ninfómana. Pues sí, al parecer basándonos en el concepto de ninfomanía, podríamos decir que somos todas ninfómanas. Veamos por qué.

Según la RAE, la ninfomanía sería la apetencia sexual insaciable en la mujer. Anteriormente se definía como “furor uterino” (esta definición cuanto menos resulta curiosa). El origen de la palabra se encuentra en el latín nympha “labio menor” y del griego nýmphe “clítoris”, y “-manía”. O sea, algo así como una manía dirigida al clítoris (que ya sabemos que es el centro de placer en la mujer por excelencia). Teniendo en cuenta la de siglos que se ha ignorado esta parte de nuestro cuerpo, está claro que un mínimo interés femenino hacia éste, ya pudo ser considerado una manía.

No es difícil imaginar cómo se curaba este “furor uterino” en el pasado ya que se consideraba un trastorno psicológico. Por supuesto, medidas drásticas como internar a las mujeres, extirparles los ovarios y obligarlas a bañarse en agua helada. Además, para controlarlas era tan simple como decirles que leer o tener pensamientos impuros las podía llevar a convertirse en ninfómanas.

Si nos plateamos qué se supone que es una apetencia sexual “insaciable”, empezamos a cuestionarnos cuándo deberíamos estar saciadas, y qué es lo “normal” en cuanto a deseo  sexual. Sin embargo, la “normalidad” es un criterio subjetivo basado en las convenciones sociales.

El concepto ha calado tan hondo en nuestra cultura machista que es típico llamar a una mujer de ninfómana por el hecho de disfrutar del sexo y tener distintas parejas sexuales. Esto forma parte de la vieja idea de que las mujeres no deberían disfrutar del sexo sino ser simples receptáculos.

Y como decía al principio, seguramente habrás escuchado hasta la saciedad  el término ninfomanía, sin embargo, pocas personas saben qué es la satiriasis (ni más ni menos que lo mismo pero en el hombre). Como veis el término usado para el hombre es bastante más desconocido, con diferencia. Esto no es por acaso, sino que se engloba dentro de una cultura machista donde el número de relaciones sexuales de las mujeres está mucho más controlado que en los hombres.

Actualmente, dentro de los trastornos sexuales, el término hipersexualidad sustituye a la ninfomanía en la mujer y la satiriasis en el hombre, refiriéndose a la frecuencia extrema en la libido o en la actividad sexual.

Sobre si se trata de una adicción, no existe consenso entre los profesionales de la Sexología. Pero sí se considera un comportamiento compulsivo. Algunos estudios lo relacionan con alteraciones en el sistema límbico, ya sea por causas biológicas (debido a un tumor) o psicológicas (estados psicóticos o esquizofrenia).

A veces se asocia con consumo continuo de pornografía (no significa que porque veas vídeos porno a menudo y te guste el sexo tengas ningún problema) o represión durante la infancia. También existen hipótesis que relacionan la ninfomanía con la experiencia de abuso sexual en la infancia.

¿Cómo definir cuándo se trata de una adicción o cuándo supone realmente un problema? Hay que valorar muchas cosas, como por ejemplo: si existen sentimientos de malestar o culpa y a qué se deben; si la manera de afrontar los problemas es buscando sexo; si la vida de la persona gira en torno al sexo y esto le provoca insatisfacción; si la persona afectada controla su vida sexual o por el contrario se siente controlada por ella; si no puede parar a pesar de las consecuencias negativas; si el sexo domina el pensamiento de la persona hasta el punto de resultarle difícil concentrarse, o realizar otras actividades más allá del sexo; si existen síntomas depresivos, problemas en las relaciones interpersonales o comportamientos sexuales de riesgo.

Por último, es imposible hablar de ninfomanía y no mencionar el polémico proyecto cinematográfico de Lars von Trier, Nymphomaniac, una  película (en dos volúmenes) osada y provocadora, que no os dejará impasibles. Os aviso que contiene escenas de sexo explícito y que para verla hay que dejar fuera muchos prejuicios. No está hecha para todo el mundo, pero si te atreves, saca tus propias conclusiones.

 «Nymphomaniac Volumen I«

de Lars Von Trier

Tráiler en Español


 

 

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