Besos guardados, besos buscados, besos ardientes y apasionados. Besos entregados, besos apasionados. Besos tiernos. Cada beso es distinto, los hay muy sentidos y sinceros. Y los hay abandonados y superficiales. Hasta los hay que tuvieron que ser dados y nunca se dieron.
Cada beso entregado tiene su historia y quiere o no ser recordado. Cada beso vuela distinto.
«Siete besos», de Nuria Cifredo, es el poema que he seleccionado para que os haga pensar un poquito esta semana. ¿Cómo son vuestros besos?
Siete Besos
Nuria Cifredo
Beso nº 1
Un beso pendiente, guardado, contenido,
deseoso de estrellarse y entregarse,
desesperado por encontrar el camino
directo a las entrañas de tus ansias.
Beso nº 2
Un beso anquilosado, expectante, buscado,
temeroso de lanzarse y abandonarse,
recuperado de un olvido que permanece,
entregado a un futuro sin destino.
Beso nº 3
Un beso ardiente, húmedo, anhelado,
dispuesto a no ser el último ni el único,
animado a irrumpir en tu mundo tibio
para descubrir qué habrá más allá del abismo.
Beso nº 4
Un beso encadenado, salvaje, absorbente,
decidido a adentrarse en lo ignoto,
que se multiplica geométricamente sin descanso
mientras busca más besos que perseguir.
Beso nº 5
Un beso reflexivo, entregado, agotador,
atrincherado entre las ganas y la desazón,
estrenando ilusiones al acercarse a tus comisuras
donde deambulará perdido para siempre.
Beso nº 6
Un beso generoso, pasional, sincero,
que dibuja senderos de colores y fantasía
recorriendo con suavidad el perímetro de tu boca,
disfrutando la clandestinidad de lo evidente.
Beso nº 7
Un beso tierno y firme, dulce y salado,
acorralado, encubierto, recluido
pero vivo, exultante, dichoso
aspirante a ser custodiado y recordado por siempre.