Sexualidad japonesa. Cultura extranjera y sexo. Dos temas famosos por su exotismo, sus diferencias.
¿Pero es realmente la sexualidad japonesa tan diferente a la occidental?
Desgraciadamente es bien sabido que hoy en día aún existe la creencia extendida de que la sexualidad es solamente una y que todas las demás son errores, perversiones, deformidades y otra tanda de adjetivos peyorativos. Esto proviene de que en occidente, en especial en el continente europeo en donde coexisten una gran variedad de culturas arropadas bajo un mismo paraguas, el cristianismo lleva mil años imponiendo su ética y su moral, tanto a las buenas como a las malas.
Ello que ha causado que fueras a donde fueras y hablaras con quien hablaras, en muchos temas culturales siempre se han encontrado gran cantidad de ideas en común. Algo que ha contribuido a creer que nuestra forma de pensar era única y verdadera. Ocurre que, cuando sales a zonas geográficas donde el cristianismo no es que no llegara, sino que jamás tuvo el poder ni la presencia que ha tenido en occidente, descubres que quizás lo que uno siempre había pensado que era la verdad única y correcta, ni era única, ni es considerada la correcta en el resto del mundo.
Pero a la pregunta de ¿es la sexualidad japonesa tan diferente de la occidental? yo respondería que si a la sexualidad occidental le quitas la ideología cristiana, ¿cuán diferente sería?
Así es. Y para que lo entendáis vamos a iniciar un viaje a lo largo de su evolución histórica.
Si nos volvemos a los registros de la época antigua de la historia japonesa, encontramos que los primeros dioses en tener sexo, イザナギ (izanagi) y イザナミ (izanami), lo hacían con el único objetivo de crear más y nuevos dioses. Como no sabían cómo hacerlo tomaron ejemplo de los animales del bosque surgiendo así la primera «postura sexual» básica dentro de la sexualidad japonesa, la del perrito (o eso cuenta la historia) frente al clásico misionero occidental.
La historia también nos cuenta que el dios con más deseo e iniciativa sexual era la mujer, mientras que el hombre era bastante retraído y miedoso. Ella, para poder liberar energía sexual sana y placentera, debía relajar al hombre haciéndole reír y contagiarle con su risa.
Esta historia explicada a muy grandes rasgos nos habla de un concepto que está muy arraigado en la cultura japonesa y sobre todo en su arte, y es que el sexo y la risa son dos conceptos fuertemente unidos e inseparables. Por ese motivo, las primeras historias sobre temas exóticos y sexuales se llamaban 艶笑譚 (entusiasmo) y en la época Edo con el Shunga se retomaron como 笑い絵 o imágenes de la risa.
En estas imágenes o escritos se reflejaba a una o varias personas desnudas bailando o en comportamientos ridículos con la intención de hacer reír. Esta temática fue tan popular que lo que hoy en día podría considerarse el primer manga de la historia, por ser una historia explicada con una sucesión de imágenes correlativas y argumentadas, sería realmente el primer hentai. Pues su contenido es 笑い絵, imágenes de contenido sexual que mostraban tanto la risa como la sexualidad, con miembros gigantes, y actos ridículos como podría ser una guerra de pedos.
Este contenido, visto desde un punto de vista occidental, puede parecer que pudo estar hecho con la intención de llamar la atención o de denunciar algún tipo de censura o represión. La verdad es que nada está más lejos de la realidad. Desde la antigüedad, tanto el desnudo como el sexo eran algo muy común y altamente normalizado, en lugar de verse como algo vergonzoso e indecoroso.
Algunos historiadores ven la causa de esta dinámica en la normalización de los baños termales como base de la cultura japonesa. Japón, al ser una tierra llena de volcanes, está repleta de baños termales naturales como un regalo de la naturaleza. Y éstos han tenido una fuerte presencia dentro de su cultura desde que se tiene constancia de ellos. Los baños termales se consideran lugar de una de las principales actividades sociales y la segregación por sexos es algo que no se implementó hasta la llegada de la moral cristiana y la occidentalización en el siglo XIX, por lo que que hombres y mujeres se bañaran desnudos y juntos era algo que había pasado siempre. Que en esas situaciones se dieran momentos sexuales no solo era algo de esperar, sino que era hasta recomendado. La creencia de que el hecho de contar con baños termales de forma diaria aumentaba la higiene personal, hizo que éstos se convirtieran en un paraíso del sexo en donde realizar, sin pudor ninguno, prácticas sexuales como el sexo oral, el sexo anal y cualquier otra que se te ocurriera. Prácticas hoy en día bien documentadas gracias a sus relatos.
Hay que tener en cuenta que la sexualidad japonesa contemporánea difiere mucho de lo que fue en su época, ya que ha pasado por muchos cambios sociales que la han llevado a lo que es hoy en día. Pero desde la antigüedad hasta ahora aún hay mucho espacio, y en ese espacio mucho por contar.
Pero todo eso, es algo que ya contaremos en los siguientes artículos.
