La sexomnia o sonambulismo sexual consiste en mantener relaciones sexuales mientras se duerme. El término “Sexomnio” fue acuñado en 2003 por el doctor Colin Shapiro, gran investigador de este trastorno. Pero fue en 2014 cuando fue incluido en la Clasificación Internacional de Trastornos del sueño III (ICSD-3) dentro del grupo de las parasomnias (trastornos del sueño).
Se trata de algo similar a lo que le pasa a las personas sonámbulas que pueden andar, hablar, comer, etc. sin alterar su sueño ni ser conscientes de lo que hacen. En este caso, los síntomas característicos son la masturbación, gemidos, movimientos de índole sexual, frases subidas de tono, o, incluso, abordar a la pareja o persona con la que convive para mantener relaciones sexuales, en muchas ocasiones de forma agresiva.
Imaginad que os levantáis por la mañana y vuestra pareja os dice “¡¡Lo de anoche fue espectacular, parecías otro!!” y no le entendéis ni sabéis de lo que está hablando. Esto es lo que les pasa a las personas que sufren un episodio de sexomnia, ya que al despertarse no recuerdan nada de lo que han hecho. Puede parecer algo increíble, pero es real.
Es un trastorno poco frecuente y difícil de documentar. Hay que tener en cuenta que una vez despiertan no se acuerdan de nada, por tanto una persona que viva sola y que tenga sexomnia, es probable que no lo sepa. De hecho, lo habitual es que sea la pareja o personas con las que conviven las primeras que se den cuenta, no el afectado.
Además, muchos sexomnes no se atreven a consultar ni decir lo que les pasa por miedo a ser juzgados, vergüenza o porque no lo entienden y no saben que se trata de un problema médico.
La sexomnia en principio no representa riesgo, si con quien se duerme es la pareja. Aunque si puede llevar a dificultades (dormir separados para no ser molestados o discusiones), siendo necesaria la ayuda de un profesional.
Pero el problema real surge cuando la persona con sexomnia abandona su hogar para tener relaciones sexuales. Hay varios casos documentados en los que se ha producido una violación, sirviendo como atenuante la sexomnia. Así fue en un conocido caso que saltó a la prensa en 2005, un hombre fue procesado por violar a la mujer con la que dormía y en su sentencia se contempló la sexomnia como atenuante. Y no es el único caso conocido.
Esto deja claro que ante cualquier sospecha de sexomnia (no acordarse de haber mantenido relaciones sexuales, irritación en la zona genital al despertarse, sonambulismo, problemas emocionales, falta de deseo o estrés) es importante acudir al médico para llevar a cabo una evaluación y si es necesario tratarlo adecuadamente.
Para diagnosticarlo, primero se realiza una entrevista con la persona y su pareja (si la hay). Si hay alguna sospecha de posible sexomnia, se realizará una polisomnografía que es una prueba que sirve para diagnosticar trastornos del sueño, registrando la actividad cerebral y los movimientos oculares durante el sueño.
Una vez confirmado, la sexomnia se tratará combinando la terapia psicológica con fármacos específicos para este tipo de trastornos del sueño.
Si queréis profundizar más sobre este tema, os invito a visualizar el siguiente video de Siempre! TV titulado «Sexomnia: sonambulismo sexual»:
“Vivir la sexualidad de forma consciente es uno de los mayores placeres de la vida”
2 comments
Fantástico artículo.
A tener cuidado donde y con quien nos acostamos cerca…
Puede haber sorpresas!
Lo dicho, gracias por compartir.
Un saludo
Como siempre…
¡Gracias Carla por seguirnos!