Así, en general, se puede pensar que es una afirmación demasiado genérica y pretenciosa, pero yo estoy convencida de ello por completo. Todos son capaces de decirte que tienes un brillo especial porque estás enamorada o enamorado, pero son menos, quizás porque solo se atrevan los más íntimos, los que te dirán que estás espléndida porque tienes un exceso de orgasmos muy satisfactorios, o dicho más vulgarmente, porque estás harta de follar. Y sin embargo es una realidad que incluso fisiológicamente se sostiene con sobradas razones provenientes de todo tipo de estudios académicos. Aunque no es en esa parte en la que yo quería fijarme.
De forma paralela, yo tengo una teoría particular que constato cada vez que mi pareja y yo nos encontramos en el acto íntimo: cuanto más excitado está Pablo, más atractivo me parece. Todos sus rasgos se acentúan: la expresión de su cara hace brillar sus ojos y sus labios se hinchan de pasión, la musculatura normal de sus brazos se vuelve más turgente, su cuerpo se tensa y su culo se vuelve duro con cada embestida. ¡A mi me vuelve loca! Nuestros gestos cambian muchísimo de una emoción a otra, y es en el momento álgido de la excitación sexual, no en pleno orgasmo sino justo antes, cuando nuestro rostro adquiere una fuerza que exalta toda nuestra belleza más auténtica. Y hablándolo con él también me ha dado la razón y piensa que ese es uno de los momentos en los que más atractiva me encuentra. Por eso, ya me ha picado la curiosidad y he realizado una pequeña encuesta entre mis amigas. La mayoría no se había parado a pensarlo, pero al comentarlo todas han sabido decirme algún detalle físico de sus parejas que resaltaba en esa situación de intenso placer: una pequeña venita en la frente que destacaba, un hoyuelo que se hundía más de lo habitual, una mirada electrizante, o incluso algunas posturas en las que sus chicos parecían sacados de pinturas clásicas y a ellas les parecían dioses griegos.
Cierto es que los minutos antes del éxtasis llegan a nublarnos tanto los sentidos que puede que nuestra imaginación nos juegue una mala pasada y todo sea fruto de la fantasía del momento. Pero no me digáis que no es una fantasía maravillosa que lo que más te gusta de tu pareja se multiplique por diez cuando estáis follando. Es muy importante, para reforzar todo esto, contar con algo de ambientación cuando se está en estas circunstancias porque la luz que nos envuelva va a jugar un papel fundamental en esta nueva forma de mirarnos. Tuve un amante con el que solía quedar en una habitación de hotel que podíamos iluminar solo con luces ambientales rojas y azules. Además de ayudarnos mucho a ponernos a tono en los preliminares, recuerdo que su rostro se transformaba con el juego de sombras y le hacía parecer súper interesante mientras se movía encima de mí.
Sea como sea, la cuestión es que tendríamos que ser más conscientes de todo lo bueno que le pasa a nuestro cuerpo cuando nos invaden sensaciones tan placenteras y dejarnos llevar por ellas. Y si alguien nos va a ver más bellas o más atractivos de lo que habitualmente seamos, pues ¡bienvenidos sean esos momentos!