Los ideales de belleza han cambiado mucho a lo largo de las diferentes épocas de la historia.
Ha sido algo sujeto a reglas y constructos sociales, que nos ha llegado, por ejemplo, a través del arte con el que hemos podido conocer los ideales de belleza clásicos y su evolución a través de las diferentes épocas y culturas.
En cuanto al ideal físico lo tenemos bastante claro, en parte porque el aspecto físico no escapa al juicio de las evidencias «a primera vista», pero ¿y la atracción y la erótica del intelecto? ¿Ha gozado este tipo de atracción intelectual, del conocimiento y el saber la misma suerte que la belleza física, o los caprichos de la biología?
¿Desde cuándo podemos decir que comienza a ser una corriente importante de deseo sexual y atracción la sapiosexualidad? ¿Será un efímero reflejo de nuestra sociedad de consumo que ha sabido sacar a relucir un diamante en bruto que cada vez brilla más por su ausencia? Intentaremos responder a algunas de estas preguntas; otras en cambio, las dejaremos abiertas para que provoquen la reflexión pertinente en el lector.
¿Hasta qué punto te consideras sapiosexual?
Comencemos por el principio. Se han propuesto numerosas definiciones conceptuales sobre lo que es la sapiosexualidad.
Andrea Piacquadio ha definido la sapioxexualidad como «una profunda atracción por los aspectos intelectuales y morales (…). Si el deseo, el placer y la atracción es la base de toda su sexualidad, la atracción por la inteligencia de otra persona se suma a esta categoría. Este componente de carácter intelectual provoca una conexión emocional que les lleva al amor o al deseo.»
Para Olivia Gracia, eres sapiosexual si te gustan las personas que te aportan valor añadido a nivel cultural y que tienen una mente ágil, rápida y un sentido del humor fino e inteligente. Y cuando el físico se relega a un segundo plano.
La de Olivia se nos antoja una definición un tanto materialista, enmarcada dentro del canon economicista que caracteriza nuestra época, por eso del «valor añadido». Pero bueno, son definiciones que circulan de boca a boca y por internet, a donde acudimos a resolver nuestras dudas ¿no?
Para Mundo Psicólogos, la sapiosexualidad es un concepto que engloba un tipo de relación de atracción sexual intelectual que se da entre algunas personas. Y destacan ocho características en este tipo de personas.
Es posible que seas sapiosexual si:
- La gente cultivada te inspira y te excita: los sapiosexuales se sienten seducidos por gente cultivada y capaz de aportar nuevos conocimientos que estimulan su apetito sexual mediante el cerebro.
- Te encanta debatir.
- Admiras a las personas con mucho vocabulario.
- Odias las conversaciones triviales.
- Buscas algo más que conocimiento en una persona.
- Te encanta conocer a gente desafiante: necesitan desafíos de mente a mente.
- Cuanto más conoces a alguien interesante, más te atrae. Los sapiosexuales son curiosos por naturaleza.
- Y siempre buscas aprender, te gustan los nuevos retos intelectuales.
Creo que con esto nos hacemos una idea, ¿verdad?
De todas las definiciones, la que más me gusta es la de Andrea. Pues destaca los aspectos morales en la ecuación.
En la atracción y la seducción entran en juego muchas variables, y una de ellas –además del conocimiento y la inteligencia– podemos decir que está inscrita en el ámbito de la moral. Sentimos especial aprecio por quien piensa como nosotros, quien comparte nuestras aficiones, nuestros juicios de valor, nuestros principios, nuestros valores en definitiva.
Esto es normal, ya que con una persona que comparta nuestras aficiones, podremos compartir muchas más cosas que con un compañero o compañera que sea nuestro antípoda moral, nuestra antítesis en cuanto a aficiones y preferencias. Podremos compartir la pasión por esa novela que tanto nos enganchó durante una semana entera o podremos pasear juntos de la mano compartiendo solamente el silencio. La complicidad del silencio.
En definitiva, se ha escrito largo y tendido sobre sapiosexualidad, sobre la atracción del intelecto, el saber y la moral. Las mejores pruebas de ello, son los libros, la poesía y otras tantas obras de arte que ha creado el ser humano a lo largo de la historia, y llenan museos, bibliotecas y las estanterías de casa. Éstas son mucho mejores pruebas que los artículos online sobre este concepto.
Pero en la actualidad, parece que esta atracción se diluye por las corrientes de pensamiento económicas imperantes, y baila al servicio del marketing, para ofrecernos una buena idea publicitaria, una que intente decantar nuestra decisión, que no es profundizar sobre el porqué de nuestro interés por las mentes.
Espero que este artículo, más que reafirmaros en vuestra prístina corazonada, esa que os susurraba algo así como: «yo creo que soy bastante sapiosexual, sí…», os anime a profundizar en las virtudes de la reflexión, la filosofía, la poesía y el arte. Pues solo así podréis comprobar por vosotr@s mism@s, que seducen, y mucho más que cualquier abdomen forjado a fuego.
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Luis Aguilar es autor de varios libros, entre los que destacan: «El hapkido en el marco de la educación física escolar«, «Poemas de juventud«, «Historias de un futuro hipotético«, «Poesía, dietética y nutrición«, «Últimos poemas de juventud«, «Hijos del 27«, «Hábitos saludables» y «Un ensayo ecléctico» entre otros.