A menudo se habla de la salud sexual referida a prácticas heterosexuales, incluso a hombres que se relacionan sexualmente con otros hombres, pero ¿qué hay de las mujeres que tienen relaciones sexuales con otras mujeres? ¿Cuáles son los riesgos dependiendo de las prácticas sexuales? Si no son las mismas prácticas, como es lógico, hay que buscar la prevención de otras formas.
Algunas personas tienen aún la creencia errónea de que las infecciones de transmisión sexual (ITS) no están presentes en las prácticas lésbicas. Aunque en algunos casos la probabilidad de transmisión puede ser menor, en otros el riesgo es el mismo que en otro tipo de relaciones sexuales. La falta de noción de riesgo y el desconocimiento de métodos de prevención, son algunas de las razones por las que muchas mujeres no se protegen. Por ello es necesario fomentar también el sexo seguro entre mujeres.
Las prácticas sexuales que dos mujeres pueden realizar en la cama son muy variadas, aunque a menudo se piense que si no hay coito pocas cosas se pueden hacer. De manera que otras prácticas (como el sexo oral, caricias o masturbación mutua), que en las relaciones sexuales entre un hombre y una mujer se suele denominar erróneamente como preliminares (ya que parece que todo gira alrededor del coito), se convierten en algo básico en otro tipo de relaciones.
Vamos a ver algunas prácticas sexuales que pueden darse entre dos mujeres.
Tribadismo: consiste en la estimulación sexual frotando vulva con vulva (posición de las tijeras). Si se realiza sin ropa entra en contacto la mucosa genital de ambas mujeres pudiendo transmitirse infecciones, por lo que se recomienda el uso de alguna barrera de látex.
Cunnilingus: durante el sexo oral, al entrar en contacto la mucosa genital y bucal puede haber contagio de ITS, por ello también es necesario protegerse. Puede usarse una protección (cuadrante) de látex, barreras bucales o dental dam. Incluso el condón masculino puede cortarse con unas tijeras por la mitad para extenderlo sobre la vulva. Existe mayor riesgo durante la mentruación por la presencia de sangre.
Masturbación: en general, los riesgos para la salud son muy bajos con esta práctica. A no ser que existan heridas en los dedos. Si se usan los dedos para masturbar a la otra persona no deben usarse a continuación para la masturbación propia. Se recomienda utilizar guantes de látex o protector de dedo (dedil) con lubricante.
Anilingus: consiste en el contacto boca-ano, también llamado “beso negro”. Pueden transmitirse ITS sobre todo si existen heridas en la boca de la persona que lo realiza, por lo que es muy recomendable el uso de barreras protectoras. Además, no debe haber contacto bucal seguidamente con la zona de la vulva porque existen muchas bacterias en el ano que pueden producir infecciones del tracto urinario.
Por tanto, mujeres que se relacionan sexualmente con otras mujeres pueden transmitirse ITS entre sí a través del flujo vaginal, de contacto entre mucosas, del contacto de la piel infectada, a través de la sangre menstrual, o al compartir juguetes sexuales.
En cuanto al intercambio de juguetes sexuales, lo ideal es que cada una use su propio juguete sexual y no se comparta, pero en el caso de compartirlo necesario colocar un condón masculino en el juguete cuando se cambia de persona o usar cada una un condón femenino.
Por otra parte, las ITS más comunes entre mujeres son aquellas que se transmiten a través de contacto como en el caso de vaginosis bacteriana, herpes genital, VPH, sífilis y tricomoniasis. En cambio, son menos comunes las que se transmiten a través de fluidos como sucede con el VIH, gonorrea, clamidiasi y hepatitis B.
Sobre las ITS, hay que saber también que éstas pueden ser causadas por bacterias, virus o parásitos. Y los síntomas más habituales suelen ser: alteraciones en las secreciones vaginales, y/o mal olor de las mismas; sensación de ardor al orinar; úlceras genitales; picazón, escozor, enrojecimiento; dolor durante las relaciones sexuales; fiebre; dolor en el abdomen…
Ante cualquier sospecha o indicio de tener alguna infección hay que acudir al médico. Del mismo modo es importante hacerse revisiones ginecológicas de vez en cuando (al menos una al año para toda mujer sexualmente activa). Este tipo de revisiones suele originar mayor problema a las mujeres que no se ajustan al modelo heteronormativo ya que se sienten incómodas ante determinadas preguntas que dan por supuesto relaciones heterosexuales. Es necesario, por tanto, que los profesionales sanitarios adopten nuevos protocolos que incluyan diferentes orientaciones sexuales.
1 comments
La información nunca está demás y menos cuando se trata de prevenir riesgos para la salud. Gracias por tu articulo Ester, es cierto que erroneamente tendemos a pensar que en ciertas practicas y relaciones no hay riesgo o que este puede ser menor.