Queridos Reyes Magos,
Este año he sido muy buena, sobre todo en mi especialidad, que es el disfrute sexual propio a solas o compartido. Y aunque me haya ido muy bien nunca está de más pedir que las cosas mejoren. Así que mi lista de regalos quedaría como sigue:
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Primero, lo esencial es que las parejas que vaya encontrando en mi camino sean lo más compatible conmigo que sea posible para que nos entendamos bien, que eso siempre puede solucionarse hablando pero es más atractivo cuando se dicen cosas con la mirada. Aunque pensándolo mejor, a mí me gusta mucho que mis parejas me pidan abiertamente que les haga lo que más les gusta.
- En segundo lugar, también me gustaría pediros un buen surtido de juegos de mesa picantes y juguetes eróticos nuevos. Las ideas que se sacan de los juegos de tableros, de dados o cartas siempre son bienvenidas y reducen bastante la rutina o la vergüenza de algún amigo que no ha sabido por dónde empezar. En cuanto a vibradores, arneses o bolas, los que tengo ya los tenemos todos muy vistos y muy usados y, aunque tengo alguno que jamás dejaré de utilizar, muchos han muerto del desgaste y, además, hay que ir innovando sobre todo en tecnología.
- En tercer lugar necesito ropa interior nueva. Por descontado que hay que ir cambiándola, ya que me resulta muy excitante sorprender a quien me mira desnudarme con nuevos colores, atrevidos modelitos o delicados encajes. Y lo fundamental es que me hagan sentir muy sexy a mí cuando la llevo puesta aunque nadie vaya a verla.
- Como cuarto punto, os pediría más tiempo. Las obligaciones de la vida apenas me dejan invertir el tiempo que yo necesito para disfrutar como merezco. Que las relaciones rápidas me gustan mucho pero siempre saben a poco. Que también soy capaz de dedicarle una mañana de domingo entera a pegarme una buena sesión de sexo y después tomarnos el vermú en casa. Que si hay que trasnochar para aprovechar un buen polvo nocturno, pues se le quitan horas al sueño. Pero, ¿no sería mejor que con cada momentazo tuviéramos el lujo de estar y relajarnos sin tener que mirar el reloj el tiempo que de verdad quisiéramos?
- Y por último voy a pedir un quinto regalo, que al fin y al cabo esto tampoco es la lámpara de Aladino y creo que no es necesario ceñirse a tres deseos. Sin embargo, aunque este lo pida yo, quiero que sea un regalo para todos. Me gustaría mucho ver el día en el que la naturalidad de besarnos en la calle con quien escojamos, de amarnos delante de todos, sin pararnos a mirar quiénes son los que se besan, los que se dan la mano, los que se aman sin distinción de géneros, sea solamente eso, algo natural, y si acaso envidiable. Porque ver cómo otros se demuestran amor, o solo ganas tendría que ser siempre maravilloso. Y así el mundo sería mucho más feliz.
Queridos Reyes Magos: tráigannos para este año mucho amor y muchas ganas de disfrutar del sexo libre y sano.