En la actualidad, existe un boom de apps de citas como método principal para conocer gente nueva. La facilidad de contacto y la inmediatez favorecen estos encuentros «online» en detrimento de la forma tradicional de conocerse en un bar, parque o discoteca. Estamos muy expuestos a las pantallas y, especialmente, a esta forma de comunicarnos con los demás. Incluso, se usan estas plataformas para tener «sexo online», lo que conocemos como «sexteo» o «sexting«: el envío de material subido de tono, como fotos y vídeos eróticos, el cual debe ser siempre consensuado y respetuoso con la otra persona, y nunca hacer un uso indebido de este material que se comparte.
Pero hay que recordar que la vida sexual de las personas va más allá del coito y la genitalidad, pues existen otras formas de disfrutar plenamente de las relaciones eróticas, además de existir diversas formas de vincularse, expresarse o entender el amor. La diversidad sexual y relacional es nuestra riqueza como seres humanos, ya que existen tantas sexualidades como personas.
El mundo de las relaciones personales es realmente fascinante y nunca dejamos de aprender nuevos conceptos y situaciones. Hay gente que tiene muy claro que desea una relación estable y conocer a alguien especial con quien vincularse, mientras que otras personas prefieren las relaciones líquidas y sin compromiso. Los famosos vínculos casuales. Bauman habla precisamente del amor líquido. Éste se caracteriza por la fragilidad de los vínculos humanos en la actualidad. No se establecen fuertes raíces emocionales, pues nos desvinculamos emocionalmente si algo no nos cuadra, como si tuviésemos miedo a atarnos a los demás y comprometernos, para así sufrir lo menos posible, y nos enganchamos a la constante exposición a nuevos estímulos. Algunas relaciones líquidas o sin compromiso empiezan así, por una pulsión física, una fuerte atracción o deseo sexual. Pero, a menudo, lo que era simplemente ‘sexo’ termina convirtiéndose en una relación estable. Somos seres emocionales, vulnerables, sensibles y enamoradizos. No somos máquinas, cualquier cosa puede ocurrir.
Lo importante es establecer límites e indicar el tipo de vínculo que deseamos desde el inicio, además de promover el afecto constante y la expresión de las emociones. Y, cuando surjan conflictos, no etiquetemos al otro con calificativos negativos, mejor describamos aquellas conductas que no nos gustan o que chocan con nuestros valores.
Cada tipo de vínculo que tengamos requiere de honestidad y respeto. Debemos consensuar, asertivamente, aquello que nos interesa en la relación y establecer nuestros límites y deseos. Siempre actuando desde la responsabilidad afectiva y el consenso.
Cuando estás conociendo a alguien que te gusta es muy saludable y apropiado tener conversaciones un tanto incómodas. Compartir opiniones, deseos o límites es fundamental. Con esto no le estás pidiendo matrimonio, pero sí le estás demostrando respeto y responsabilidad afectiva.
Es fundamental ser sinceros y comunicar qué expectativas tenemos: vínculo casual, relación abierta, relación formal con exclusividad… Es la mejor manera de demostrarle respeto, honestidad y empatía.
A la hora de relacionarnos con los demás es necesario que seamos claros, responsables e intencionales desde el principio. No asumamos situaciones basadas en conjeturas o deseos, preguntemos directamente a la otra persona aquello que ignoremos: sentimientos, tipo de vínculo, metas comunes, etc.
Sólo así evitaremos, por ejemplo:
- El ghosting: práctica que consiste en cesar toda comunicación, vínculo y contacto con una pareja, amigo u otra persona sin ninguna advertencia ni explicación. Sin más, ¡desaparece!
- El benching: es un modo de «utilizarte» o «acordarse de ti» cuando a la otra persona le falla su plan principal. Te reforzará, intermitentemente, para que siempre seas su plan B y así tener a alguien con quien entretenerse si la persona del plan A no está disponible.
- El breadcrumbing: modalidad para mantener interesada a otra persona aunque, en realidad, no se quiere nada con ella. Las famosas «migas de pan», apenas te muestra unas atenciones mínimas para no perder del todo el contacto contigo.
- El lovebombing: técnica de manipulación muy sutil a través de la cual se pretende que alguien se enamore o «enganche» de nosotros. Conlleva muestras desproporcionadas de amor y afecto, que no encajan con el momento real de la relación, con vistas a conseguir aquello que desea.
- El pocketing: modo de ocultar tu pareja a tus familiares y amigos. Evitas lugares concurridos, no compartes fotos juntos en tus redes sociales, no hablas de tu pareja con nadie ni dices que estás saliendo con ella.
Todas estas palabrejas, que muestran comportamientos no adecuados o tóxicos, nacen de la inmadurez y la irresponsabilidad hacia aquellas personas con las que nos vinculamos de algún modo. Ante estas conductas, EDUCACIÓN SEXUAL, siempre.
Cuando entendamos que, al margen del tipo de vínculo que establezcamos, simplemente por el hecho de compartir nuestro tiempo e intimidad con otra persona, ya sea este mucho o poco, merece nuestro respeto y total consideración, habremos avanzado bastante. Recuerda, somos humanos, no somos máquinas insensibles y carentes de sentimientos. Sé cuidadoso y respetuoso tanto al entrar en la vida de una persona como al salir de ella, aunque sea por un breve espacio de tiempo. Eso denota respeto, madurez, responsabilidad y empatía, lo que TODOS merecemos.