No debemos aprender del mundo del porno…..
– Que nuestros genitales deben estar perfectamente depilados para que sean deseables.
– Que las relaciones sexuales consisten únicamente en penetración y sexo oral.
– Que los penes cuanto más grandes más placenteros.
– Que todas las vulvas son iguales.
– Que las mujeres llegan al orgasmo fácilmente a través del coito.
– Que los hombres tienen que durar y durar penetrando sin parar y sin eyacular.
– Que a todas las mujeres les encanta que eyaculen en su cara o boca.
– Que el sexo anal es tan sencillo como ponerse un poco de lubricante y empujar.
– Que no hace falta hablar sobre lo que nos gusta y lo que no.
Todo el mundo sabe, o debería saber, que la pornografía es ficción, pero tal vez no seamos conscientes de cómo a través de ella se transmiten ciertos mitos o falsas creencias sobre el sexo. Cuando existe educación sexual desde el comienzo, es fácil darnos cuenta de que las relaciones sexuales reales no se parecen casi nada al porno profesional. Sin embargo, si una persona que no ha recibido información sexual adecuada, se topa con pornografía, pueden surgir ideas muy erróneas en cuanto a la sexualidad. Ese es el peligro actual, ya que muchos/as menores de edad tienen fácil acceso a pornografía a través de internet y a menudo recurren a ella para tapar las carencias en educación sexual que existen aún a día de hoy.
Al final debemos tener claro que la pornografía no debería ser más que una opción lúdica para enriquecer la sexualidad de las personas adultas, pero nunca un ejemplo a seguir o un modo de aprendizaje, porque si no acabaremos frustrándonos.
Todo esto va referido principalmente al porno profesional, ya que actualmente también existe mucho porno amateur, o porno casero, que es algo más realista y variado.
De cualquier modo, no es bueno limitar nuestra visión sobre las relaciones sexuales a aquello que vemos en ese tipo de imágenes puesto que la sexualidad de las personas es algo que debe desarrollarse de manera muy personal. Cada persona es única y cada pareja tiene infinitas posibilidades de crear modos de relacionarse en la cama. Se trata de descubrir lo que le gusta a la otra persona y cómo le gusta, y esto sólo se consigue con la comunicación y la práctica.
El sexo, como la comida, es cuestión de experimentar. Hay muchas formas de preparar los alimentos pero si nos quedamos sólo con una, tal vez no nos guste y nos perdamos el poder disfrutar de platos muy sabrosos.
Y hablando de comidas y de sexo, aquí tenéis un simpático vídeo que muestra cómo el porno no tiene nada que ver con el sexo real. ¡No os lo perdáis!
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