Podría decirse que la magia del fetichismo sucede cuando otorgamos, de manera inconsciente, cierto valor erótico a una parte del cuerpo, objeto o acción, haciendo que su visión, tacto, etc. interaccione con nuestras fantasías y despierte nuestro deseo sexual. Esto es lo que sucede, por ejemplo, con el fetichismo de pies, también conocido como foot fetish, podolatría o podofilia.
La podolatría ha llevado a los pies a convertirse en uno de los fetiches más populares. Pero no pensemos que este fetiche es algo nuevo, ya que tiene su historia y pronto vamos a descubrirla. Tampoco debemos creer que todas las personas lo experimentan de la misma manera, nada más alejado de la realidad, pues existen múltiples formas diferentes de vivir la podolatría, y también vamos a descubrirlo más adelante.
Para conocer mejor este tema he querido conversar con un experto en fetichismo de pies: el cineasta, actor y productor venezolano Joe Sandia. Nuestras conversaciones han puesto en evidencia que es un tema muy amplio y por ello vamos a descubrir la podolatría en dos partes. En primer lugar, nos adentraremos en los orígenes y teorías sobre este fetichismo, una parte quizá más teórica, pero no por ello menos interesante. Y en el próximo artículo, ya os avanzo que pasaremos a la acción, conociendo la parte más práctica, o cómo se vive la podolatría desde la diversidad de experiencias.
¿Te atreves a descubrir el mundo del erotismo de pies?
Orígenes de la podolatría
La palabra podolatría viene del griego podo (pie) y latria (idolatrar, adorar). Lo que viene a decir que el podólatra siente adoración y gusto por los pies.
En cuanto al término podofilia, su origen etimológico también proviene del griego y es muy parecido al anterior: podo (pie) y filia (deseo, atracción). Sin embargo, este concepto suele tener una connotación negativa, pues está muy asociado a las parafilias y suele enfocarse desde el trastorno más que desde la diversidad natural de las eróticas. Además, es importante diferenciar podofilia (sentir atracción por los pies) de pedofilia (sentir atracción sexual por niños), ya que nada tienen que ver.
La evidencia histórica muestra que el gusto por los pies proviene de la cultura oriental. Está muy unido a la reflexología podal, que estudia los pies como representación de otros órganos del cuerpo humano, incluidos los genitales. Esta técnica milenaria, orientada a la mejora de la salud, consiste en presionar y masajear a conciencia ciertos puntos del pie, donde se encuentran distintas conexiones nerviosas, para equilibrar la energía del cuerpo.
Es también bastante conocida la antigua tradición china alrededor de la belleza de los pies pequeños en las mujeres, para lo que se les solían vendar desde pequeñas, evitando así que estos crecieran. A esta práctica se la denominaba “pies vendados” o “pies de loto” y aunque parece que era un tipo de fetiche muy atractivo para los hombres, también consistía en una forma de control, ya que terminaban deformándose y apenas podían caminar.
Teorías sobre la podolatría
Si bien existen mujeres podólatras, es cierto que este fetichismo parece ser bastante más habitual en los hombres. Por el contrario, en las mujeres tal vez sea más común el fetiche de manos.
Ante la pregunta de por qué la podolatría es más habitual en los hombres que en las mujeres, Joe Sandia propone que una explicación tal vez podría estar relacionada con el hecho de que los pies femeninos suelen estar más expuestos debido al calzado abierto, que es más habitual en las mujeres que en los hombres. Es posible que la exposición continua al estímulo visual podría ejercer como factor de creación del fetiche. Esto es sólo una hipótesis, pero lo que sí es cierto es que el verano suele ser la época preferida del año para los podólatras, ya que el calor hace que se use un tipo de calzado más abierto y tanto la calle como las playas se llenen de pies.
Hay también quien afirma que esta atracción por los pies femeninos puede encontrarse en el parecido del arco del empeine con la curvatura de las caderas femeninas. Sobre este aspecto, Joe Sandia añade la relación que existe entre las cosquillas que solemos tener en las caderas y las numerosas cosquillas que también son habituales sobre todo en la parte curvada de las suelas de los pies.
Por otra parte, algunas teorías neurológicas apuntan a la relación entre los pies y los genitales, sosteniendo que ambos ocupan áreas contiguas en el cerebro, concretamente en el córtex somático-sensorial. De ahí que los músculos de los puentes de los pies se contraigan durante el orgasmo. Además, esto cobra mayor sentido si tenemos en cuenta que los pies son una zona altamente erógena, pues poseen alrededor de 7 mil terminaciones nerviosas.
Pulp Fiction – Tarantino
El director Q. Tarantino es un gran podólatra y en muchas de sus películas hace referencia a este gusto por los pies. En esta escena Vega (John Travolta) y Winnfield (Samuel L. Jackson) discuten sobre las implicancias de darle un masaje en los pies a la esposa de otro.
Aún estamos a años luz de entender los mecanismos relacionados con este tipo de fetichismo, pero conocer mejor la podolatría nos lleva a normalizar, visibilizar y concluir que se trata simplemente de una práctica erótica más, totalmente sana, y un modo de vida que puede llegar a ser apasionante… Pero eso lo descubriremos muy pronto en la segunda parte de este post, si te atreves.
… ¡Continuará!
8 comments
Excelente artículo!!
Una buena lectura para comenzar bien la semana
Saludos!!!
Y gracias por compartir.
Tienes razón, Carla! Excelente artículo.
A mí me sorprendió lo del cerebro y más aún lo del empeine y las caderas femeninas. Es algo en lo que nunca había pensado ni notado. Ahora tendré que fijarme más en ese detalle.
A mí, fue hasta recientemente que vi unas fotos muy lindas de pies. Y también creo que ayuda, aunque no siempre se da, el tener las uñas pintadas. Los pies lucen tan diferente y hermosos con color. Y también el uso de joyería, tipo pulseras. Se ve tan sexy.
Como bien mencionas hace falta normalizar y eso que es una práctica de fetiches de las que menos deberían asustar a las personas que todo lo ven mal. Me tocó ver ya varias veces que en redes que a chicas que preguntan el clásico hazme una pregunta, les dicen nos muestras tus pies? Y ellas han respondido pues ni que fuera una enferma o les responden con el clásico pervertido, enfermo, etcétera. Y no es así. Cada persona le gusta o no algo y listo.
Ya con deseos de leer o segunda parte
Muchas gracias por tus aportes, Ramón. 🙂
Yo también he visto comentarios del tipo que mencionas y me parecen de una falta de respeto y mente cerrada total. No es tan difícil entender que existen gustos para todo.
Gracias de nuevo por tu gran interés. 😉
Gracias a ti por leernos, Carla. ¡Qué bueno que te haya gustado!
Un placer tenerte por aquí. Saludos 😉
Completamente de acuerdo Ramón. Comentarte que para muchos hombres, el erotismo se centra en el tobillo de la mujer. Para ellos es como una especie de indicativo de como es un mujer sexualmente hablando, con tan sólo fijarse en esa zona.
¿Curioso verdad?
Y tanto que las mujeres nos arreglamos las manos para que estén cuidadas y bonitas, y además las adornamos con anillos, los pies también pueden lucirse de la manera más sensual posible.
Y los que vean mal esos fetiches, es que su sexualidad es algo incompleta. Sin ánimo de ofender a nadie.
Me gustó tu comentario.
Un saludo
Hola Carla! Me encantó tu mensaje. Gracias por escribir. Si que es curioso y sorprendente. No tenía idea. Aunque admito que ver siempre me ha encantado ver las pulseras en los tobillos. Y me he preguntado por qué la mayoría solo usa del lado derecho? Me encanta tanto que hasta me he querido poner yo.
De las manos, la verdad que unas manos arregladas son supersexy! Y no me refiero a que tengan barniz o anillos, porque incluso sin estos, el arreglo y cuidado se nota. A mí me encanta usar crema, arreglarme. Son como mimos a una misma.
Saludos, Carla
Los artículos de la maravillosa Ester nos ayudan a poner los pies en el suelo en muchos terrenos proscritos por las mentes cerradas, y en este caso aún más tratándose de pies….;-)
Es un placer con lectores con tanto interés como tú. 🙂
Muchas gracias por tus maravillosas palabras, Juan Carlos. 😉