Desde que nos hacemos mayores y adquirimos compromisos laborales y/o familiares ansiamos tener más tiempo para nosotros. Más tiempo para pasarlo con nuestra pareja o nuestra familia. Más tiempo para disfrutar de la soledad que nos permita tener espacio en casa para cocinar una receta nueva, para preparar una tarta, para leer un libro o para tirarnos al sofá a hacer un día de manta y peli.
Pero, ¿por qué no aprovechar ese tiempo para explorar también los placeres sexuales? Como disfrutar de un día de «sexo-comer-dormir» entero, algo que seguro ha estado siempre en vuestra lista de deseos como en la mía. O gozar de tomaros un vino en la bañera con chocolates, una cerveza al atardecer mirando por la ventana o mantener una conversación con tu persona favorita. ¡La lista de cosas que podemos hacer puede ser interminable! Decidme cuántas veces habéis pensado ¡desearía que el día tuviera más horas! o que la ¡semana tuviese más días!
Y de pronto, por razones ajenas a nosotros, no deseables, nos encontramos en confinamiento en casa y ¡sí!, (sé lo que estáis pensando mientras me leéis), ¡pero si ahora tengo menos tiempo y menos ganas que nunca! Entre el teletrabajo, los hijos, los deberes que debemos cumplir, cada día se convirte en igual al anterior.
Si no comprendemos las grandes lecciones que nos brinda este encierro, no habremos aprendido nada. Estamos con vida y compartiendo tiempo con las personas, al menos algunas de ellas, que más amamos. Desarrollemos nuestro amor propio y aprovechemos para conocernos, sentirnos, gozarnos y, por supuesto, seamos capaces de compartir ese amor y esas formas de disfrute con alguien más. Este artículo va, ni más ni menos, dedicado a eso, al autoconocimiento, al autodisfrute, al autoplacer y sobre el autoerotismo. Va sobre centrarnos en nosotros mismos.
Comencemos a hablar de lo que es el autoerotismo. Su definición no nos dice mucho: «excitación sexual sin la participación de otra persona» y nos da a entender un concepto muy básico. El autoerotismo va mucho más allá, no es solo masturbación. Alejémonos de esa idea extendida del placer exclusivamente genital, este es un placer más elevado que conlleva muchas cosas, sobre todo el disfrute y el placer por medio del cuerpo, de los sentidos, de la imaginación.
Como su nombre indica el autonocimiento es el «conocimiento de uno mismo». Desde pequeños empezamos a diferenciar si nos gusta más el helado de fresa o el de chocolate o si tenemos preferencia por una ducha caliente o fría. Conforme nos hacemos mayores nuestros gustos se definen y refinan más, ahora ya no solo nos gusta la cerveza sino que también sabemos si nos gusta más clara, más oscura, con notas afrutadas o acompañadas de chocolate. Somos muy exquisitos, disfrutamos probando con gustos más selectos y, sin embargo, poco sabemos de lo que le gusta a nuestro cuerpo en cuanto al placer.
¿Qué hacer para sentirme más sensual? ¿Para elevar el disfrute? ¿Por qué no disfrutar de una caricia, que nos erice la piel, por el antebrazo con una pluma o con una ruedecilla con pinchos que nos recorra el cuerpo y nos haga estremecer y gemir? ¿Por qué no meternos en una bañera impregnada de nuestro aroma favorito y llena de burbujas mientras degustamos uno de nuestros postres o bebida favoritas? O, simplemente, ¿por qué no disfrutar del baño leyendo una novela erótica o recreando una historia?
Cuando hablemos de autoerotismo no imaginemos solo a mujeres, pensemos también en los hombres. Si indagamos en internet sobre este concepto, todo lo que encontramos está relacionado con la masturbación y, lo que más capta mi atención, casi todo se refiere al autoplacer femenino. Desgraciadamente ellos se permiten menos probar otras zonas de su cuerpo que no sean las genitales para descubrir qué les genera placer. Os invito, a vosotros, a probar a acariciaros de otra forma, a sentiros y a descubrir qué más hay en ese extenso y maravilloso cuerpo que nos brinda la posibilidad de gozar del placer. El autoplacer no solo se refiere a la sexualidad, tiene que ver con cualquier disfrute que nosotros mismos nos proporcionamos, siendo sus posibilidades infinitas.
La clave que os voy a dar, y es fundamental para lograrlo, parece sencilla pero en realidad implica para algunos un poco de esfuerzo y es «date permiso». El darnos permiso es nuestro principal reto ya que generalmente anteponemos el trabajo, los hijos o la casa a nosotros mismos y al final, al llegar la noche, estamos agotados y hartos de la rutina. Permítete explorar tus fantasías sexuales, algunas querréis realizarlas y otras no, pero te ayudarán a elevar tus niveles de excitación y de estimulación. No a todos ayudan las imágenes visuales como la pornografía, o las películas eróticas y, aunque a la gran mayoría sí, no debes habituarte a lo mismo ya que perderás interés y te costará más excitarte. Explora lecturas eróticas, hay infinidad de libros, inclusive comics, que pueden estimularte. Solo escuchar sonidos y gemidos puede excitarte también, así que prueba un día a ponerte una película porno y a cerrar los ojos. Eschucha. Y crea tu propia fantasía sexual.
El tacto, el sentido más extenso del cuerpo gracias a la piel, nos brinda la posibilidad de disfrutar de un mapa corporal de placer infinito ya que cada zona puede ser estimulada de manera diferente. Con las manos o diferentes objetos y con distintos niveles de presión, temperatura y texturas. Quizá nunca imaginaste lo excitante que puede ser el acariciar en círculos en las rodillas, pasar un hielo por detrás de tu oreja o colocar aceite tibio en tu ombligo. La piel tiene placeres infinitos.
Existe en el mercado un amplio catálogo de juguetes para adultos que puedes usar. Juguetes con los que, aunque estén indicados para una zona determinada de tu cuerpo, puedes utilizar sobre otras. Hay en el mercado una amplia variedad de cosmética erótica y juguetes, aceites estimulantes con aromas afrodisiacos y muy placenteros, hasta geles y productos para darte un excitante baño. ¡Atrévete a probar! Hay todo un mundo de placer por explorar.
En cuanto a la sexualidad seguramente ansías que termine este encierro para salir corriendo a retomar tu vida sexual, si vives en pareja quizá percibas que ya no hay más posibilidades y que el deseo se está mermando. El placer y el erotismo no solo proviene de las sensaciones y estimulación física sino de la mente, ¿sabéis que puede existir tanto placer a nivel mental que incluso podemos llegar al orgasmo sin estimulación genital? Como cuando sucede durante un sueño.
Daros mucho placer esta cuarentena que ya está casi terminando.
Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.