El orgasmo es el punto de máximo placer en una relación sexual, ese momento de placer absoluto y fulminante que todos y todas deseamos alcanzar. Pero, ¿es posible alcanzarlo sin estimulación genital? Así es, de hecho muchas personas afirman haber experimentado sensaciones idénticas a las experimentadas durante el orgasmo al estimular partes de su cuerpo que nada tenían que ver con sus zonas más íntimas.
Lo cierto es que hasta no hace mucho, incluso yo diría que aún hoy día hay quien lo piensa, se asociaba placer sexual con vagina y pene, los órganos responsables de la reproducción. Un prejuicio que perjudicó enormemente a las mujeres, ya que supuso el olvido del clítoris, el gran aliado del orgasmo femenino. Afortunadamente cada vez somos más consciente de que la sexualidad es algo más que genitalidad, permitiéndonos vivirla de una forma más satisfactoria y placentera.
La realidad es que cualquier parte del cuerpo puede tener potencial sexual y que el orgasmo no sólo se consigue durante la penetración. Poco a poco estamos descubriendo que las partes del cuerpo destinadas al placer son muchas más de las que sospechábamos. De hecho, para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad es fundamental conocer nuestro cuerpo y descubrir esas zonas erógenas que nos van a ayudar a vivir nuestra sexualidad plenamente y, por tanto, van a facilitar la tarea de conseguir el orgasmo.
El neurocientífico Barry Komisaruk estudió está faceta de la sexualidad. Realizó diversos estudios y experimentos en los que comprobó que estímulos no genitales podían provocar sensaciones que eran descritas como orgasmos.
Komisaruk y su equipo comprobaron la existencia del orgasmo mental. Mediante el estudio de experiencias creadas en laboratorio observaron cómo el mero hecho de pensar en el orgasmo, sin estimulación física alguna, daba lugar a la misma respuesta física del orgasmo: aumento de la presión cardíaca, aceleración del corazón, dilatación de las pupilas…
Por otro lado, hay ciertas partes del cuerpo que al estimularlas pueden provocar el orgasmo si se hace de la manera adecuada. Aquí juega un papel fundamental la integración de mente y cuerpo, ya que las fantasías pueden ser de gran ayuda para la consecución del orgasmo. Dejar volar nuestra imaginación va a ser nuestro gran aliado.
Una de estas zonas erógenas y que nos pueden regalar un orgasmo sin participación de los genitales, son los pechos. Más concretamente los pezones. Acariciarlos, besarlos y succionarlos suavemente con sutiles cambios de ritmo pueden llevarnos al climax. Algunos estudios de reflexología afirman que los pezones están conectados con el útero, por lo que una estimulación adecuada podría provocar contracciones uterinas y por tanto llevarnos al orgasmo. De hecho un 29% de las mujeres afirma haber experimentado este tipo de orgasmo.
La estimulación de la entrepierna también puede ser otra manera de conseguir el orgasmo. Esta zona es muy sensible y puede ser realmente excitante acariciarla empezando por la rodilla y subiendo lentamente hasta casi tocar los labios mayores. Ligeros roces en esta zona pueden provocar sensaciones intensas y realmente placenteras.
Hay personas que consiguen inusuales orgasmos mediante la estimulación de cuello y hombros por tener la piel de esta zona hipersensible, haciendo que las caricias y besos sean especialmente placenteras.
Mordisquear y besar las orejas puede proporcionar sensaciones de placer intenso en ciertas personas. Además, no olvidemos que las orejas son un punto de excitación a través de la palabra. En el continente asiático, los vietnamitas, acuñaron el término “orejasmo” para referirse a los orgasmos conseguidos mediante la estimulación de las orejas. Afirman que la piel interior de los oídos es tan fina que los nervios situados en la zona resultan muy sensitivos.
Como podéis comprobar son muchas las zonas del cuerpo que nos pueden proporcionar placer, pero la mejor forma de llegar al orgasmo es conocer tu cuerpo. Afortunadamente contamos con diferentes puntos erógenos que nos pueden hacer sentir verdadero placer, solo tienes que encontrarlos.
“Dejemos de llamar al orgasmo algo que ocurre solo cuando estimulamos los órganos sexuales”
Barbara Carrellas
(autora del libro “Ectasy is Necessay: A Practical guide”)
4 comments
Excelente artículo.
A ver si ya aprendemos que el orgasmo es parte del sexo, pero no todo.
Son tantas las sensaciones placenteras que podemos obtener en nuestras relaciones sexuales, que casi sobrevaloramos al orgasmo.
El sexo es mucho más.
Gracias por compartir.
Saludos
Me alegro muchísimo de que te haya gustado mi artículo Carla. Hay que disfrutar de nuestro cuerpo al completo y para eso es fundamental conocerlo porque son muchos los placeres que nos puede proporcionar.
Gracias a ti!!??
También es importante hablar en pareja de estos temas y aprender juntos. Gracias Carla
Enrique,
Gracias por tu comentario, estamos de acuerdo contigo. También es fundamental que empecemos a entender que el placer no solo reside en los genitales. La obsesión por la genitalidad hace que nos olvidemos de otras partes del cuerpo con las que podemos disfrutar y experimentar, además de orgasmos, muchas otras sensaciones maravillosas.