A lo largo de la historia del Imperio romano los escándalos sexuales se sucedieron constantemente. Pero algunos emperadores fueron recordados más que otros por este motivo. Sin duda, algunas de las mayores leyendas al respecto giran en torno a Nerón (junto con Tiberio y Calígula), así que vamos a conocerlo mejor.
Nerón Claudio César Augusto Germánico, fue emperador romano durante el siglo I (del 54 al 68). Llegó al poder con tan sólo 17 años.
En la Roma Antigua, cuanto más poder tenían sus dirigentes, mayor era la libertad sexual que exhibían.
A Nerón, concretamente, se le recuerda como el gobernante más excéntrico de la historia de Roma. Además, los historiadores de su época calificaron como depravadas las prácticas sexuales de dicho emperador.
Dicen que mandó ejecutar a su primera esposa, su hermanastra Octavia, con quien había sido obligado a casarse. El motivo pareció ser el hecho de no darle un heredero, aunque Nerón le fue infiel con una liberta llamada Claudia Actea. Además, inició una relación amorosa con Popea Sabina, la esposa de su amigo Marco Salvio.
Tras la muerte de Octavia, Nerón contrajo matrimonio con Popea. Sin embargo, la emperatriz murió, estando embarazada, como causa de una patada que recibió en el vientre, propinada por el propio Nerón en estado de embriaguez.
Paradójicamente, el emperador se mostró tan abatido por el fallecimiento de su esposa, que al conocer a un joven griego llamado Esporo (con gran parecido a Popea), se enamoró perdidamente de este. Entonces mandó castrarlo, ya que los matrimonios entre hombres estaban prohibidos en Roma. Nerón fue el primer emperador romano en casarse con otro hombre. Celebró una boda por todo lo alto, con las formalidades habituales, y vistió a Esporo con ropas de su difunta esposa. Después de ello, exigió a todos que tratasen al joven como la esposa del emperador.
Más tarde se casó con otro hombre, Dióforo, un esclavo liberto. Sin embargo, esta vez fue Nerón el que hizo
el papel de esposa, vistiendo con ropas de mujer durante la boda.
Tras un incendio que destruyó Roma, Nerón la reconstruyó como un reino para sus placeres personales, por supuesto a costa de los contribuyentes. Las causas del incendio se desconocen, aunque algunos historiadores de aquella época, como Suetonio, estaban convencidos de que fue el propio Nerón quien causó el incendio para reconstruir la ciudad a su gusto.
En uno de los espacios que quedaron reducidos a cenizas, Nerón construyó una de sus mayores obras, la Domus Aurea, un palacio con incrustaciones de oro, plata, marfil y piedras preciosas, donde dio los mayores banquetes de la historia de Roma. Estas fiestas incluían grandes orgías, que podían durar hasta una semana, ya que Nerón mandaba cerrar las puertas de manera que a los invitados les resultase imposible escapar.
Otra de las historias que giran en torno a Nerón dice que uno de sus juegos preferidos consistía en vestirse con pieles de animales y de esa manera gustaba de amarrar a sus esclavos en un poste y saltar desde una jaula atacando a mordiscos sus partes íntimas.
Además de matar a dos de sus esposas, se dice que ordenó asesinar a su propia madre (Agripina), quien al parecer le había instruido en los placeres carnales.
Llegó a dar rienda suelta a sus impulsos sexuales de tal forma que el Estado declaró a Nerón como enemigo público de Roma, de donde tuvo que huir, y antes de ser capturado se suicidó.
Nerón pasó a la historia como el emperador romano más insaciable, amante de las bacanales, excéntrico y depravado sexualmente.4
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