La verdadera lotería, después de tener salud cuando no te ha tocado el gordo, es que te toque una pareja complaciente. Alguien con quien tengas, de continuo, ese maravilloso encuentro sexual que ves en las comedias románticas, o que te cuenta una amiga todavía extasiada el día después.
Eso es lo que yo tengo con Pablo.
Por suerte, después de tantos años disfrutando con la sexualidad, más de un compañero de juegos de cama ha sabido complacerme bien, aunque es mi chico actual el que ha conseguido reunir varias virtudes para convertirse en un auténtico primer premio.
Según mi ranking de premios, el que sabe besarte y se explaya, el que se deleita tanto en el comienzo como al acabar, ya entra en la categoría de reintegro. Como yo soy muy besucona, me siento muy recompensada con sus miles de besos, de todos los tipos. Los pequeñitos que te recorren el cuerpo; los enormes, húmedos y apasionados que parecen comerte entera; y los que incluyen mordisquitos normalmente en zonas con mucha carne como los pechos o el culo.
Están también quienes prefieren recrearse en las caricias: comenzar por el pelo o los dedos de la mano, darte ricos masajes en los pies, recorrerte la espalda con una pluma, acariciarte con los ojos vendados, etc., una larga lista que, como una pedrea, te alegra el momentazo. También puedes coincidir con el premio a la serie, o dicho de otro modo, al que de serie la vida le haya premiado y venga bien dotado. Porque digamos lo que digamos, eso siempre es un plus, sí o sí. Y si hablamos de chicas, unas buenas tetas entrarían en la misma clasificación.
Cuando hablamos de que además de sus artes amatorias entienden que existe todo un mundo de juguetes sexuales que pueden ayudar a satisfacerme aún más, su valor sube de inmediato y para mí pasan a ser como esas últimas cifras acertadas que consiguen hacer que te lleves un premio mucho más importante de lo que en principio habías pensado. Me queda todavía por hablar de los premios anteriores y posteriores. Por delante, por detrás o de mil posturas diferentes que un buen amante es capaz de ir encontrando y con las que innovará en la relación para que no sientas que entras en la rutina. De este modo, siempre está abierto a probar cosas nuevas, o incluso a invitar a nuevos participantes para que el disfrute sea lo más completo y excitante.
Y si, finalmente, esa persona con la que, habitualmente, terminas en la cama, en el suelo del salón, en los baños de un garito o encima de la lavadora, aglutina todos esos premios a repartir, como si de un gran bombo de lotería se tratase, y su mayor placer es verte feliz teniendo orgasmo tras orgasmo, entonces, te habrá tocado el gordo. A mí ya me tocó hace un tiempo. Ahora, a ti, te deseo mucha suerte esta navidad. ¡Felices fiestas!
1 comments
Qué linda forma de celebrar! Besitos, caricias, sorpresas, juguetes y mucha fantasía e imaginación se conjugan otra vez con Amy para que muchas a la vez tengamos mucha envidia y a la vez nuestras mentes y deseos se aceleren y pedir que nos toque uno de esos deliciosos premios que Amy nos cuenta.
Para mí, unas buenas tetas me vuelven loca (y por buenas no me refiero al tamaño extra grande, aunque todas son hermosas) y en ellos bien dotados y con ganas de complacer y no solo su placer si que debe ser para agradecer nuestra suerte con ese gran premio
Que tod@s vayamos de orgasmo en orgasmo. Felices Fiestas