Para saber cómo hemos llegado a un determinado punto, necesitamos conocer el pasado. Por eso para entender por qué cuando hablamos de prácticas eróticas no normativas pensamos inmediatamente en parafilias y desviaciones sexuales con un cierto estigma, es importante saber lo que supuso en su día la publicación de Psicopatías Sexuales por el psiquiatra Krafft-Ebing.
¿Quién fue Krafft-Ebing?
Richard Von Krafft-Ebing nació en 1840 en la ciudad alemana de Mannheim. Cursó estudios de medicina y se especializó en psiquiatría, lo que le llevaría a trabajar en varios hospitales psiquiátricos e interesarse por la homosexualidad en ambos sexos.
Durante sus años de profesor de psiquiatría en diferentes universidades, publicó numerosos artículos científicos. El más importante sería en relación con la patología sexual, un texto que clasificaba diversos trastornos sexuales y causó gran impacto en el desarrollo de la percepción sexual moderna, influenciando a escritores, filósofos y otros profesionales. Debido a esto se le suele considerar como el padre de la sexología médica.
En los últimos años de su vida, retiró el término anomalía como diferenciación, convirtiéndose en uno de los primeros estudiosos en considerar que los homosexuales son personas normales con una sexualidad diferente. Desafortunadamente, estas últimas conclusiones pasaron inadvertidas.
Psychopathia Sexualis, su obra más famosa
Aunque Krafft-Ebing es autor de una gran obra psiquiátrica que incluye estudios sobre hipnotismo, melancolía, psiquiatría forense, etc. su nombre está estrechamente unido al campo de la Psicopatología.
Psychopathia Sexualis (1886), fue escrita en la segunda mitad del siglo XIX, momento histórico en el que la ciencia médica se instituye como referencia sobre los diferentes comportamientos humanos, separando entre lo “normal” y lo patológico. Dicho manual incluye términos que serán consagrados posteriormente com “sadismo”, “masoquismo” y “fetichismo”, y trata temas como la impotencia, la frigidez o la homosexualidad. Se convertiría en una obra de referencia de estudios posteriores, incluso para psicoanalistas tan importantes como Freud. Su repercusión dentro del discurso médico fue debida a que se trató del primer manual sistemático de las diferentes formas de perturbación de la vida sexual humana.
El concepto de psicopatía sexual que Krafft-Ebing definía en su trabajo consistía en un impulso sexual incontrolable que impide la práctica sexual heterosexual-procreativa.
Aunque estaba escrito para el lector científico, su popularidad se hizo tal que en la mayoría de los hogares existía una copia de dicho libro. Esto dio lugar a que su autor comenzara a recibir tantas cartas testimoniales que llegó a reunir miles de historias de casos.
Si bien comenzó describiendo la homosexualidad como una enfermedad y una perversión, su experiencia empírica le llevó a refutar una parte fundamental de sus concepciones teóricas al final de su vida. Sin embargo, esta obra fue el comienzo de lo que hasta hoy se considera (equivocadamente) como sexualmente normal.
¿Eróticas normales versus patológicas?
Durante siglos la sexualidad fue enfocada únicamente hacia la reproducción y regida por los cánones de la Iglesia. Pero, por primera vez, la ciencia médica establecía patologías sobre las conductas eróticas y definía la imagen del perverso (el masoquista, el sádico, el fetichista…). De esta manera, Psychopathia Sexualis se convirtió en algo así como la biblia de la concepción médica del sexo de la era moderna. De ahí la importancia del trabajo de Krafft-Ebing y sus repercusiones.
La medicalización de las diferentes eróticas dictaminó un discurso médico sobre la normalidad y la patología sexual que nos ha acompañado hasta nuestros días. Por ello es habitual que nos cueste quitarnos ese peso de encima para vivir nuestras eróticas diversas con naturalidad.
Pero no podemos dejar de lado que en la época en la que Krafft-Ebing escribió Psicopatías Sexuales los conceptos de sexualidad y patología mental tienen un marco muy diferente al actual. En aquel momento, todo erotismo practicado fuera de aquel contexto era considerado como una desviación. Afortunadamente, hoy sabemos que esa concepción teórica de la sexualidad no es en absoluto acertada.
En la actualidad muchas personas continúan preguntándose si su vivencia erótica es normal o no. Nos cuesta dar rienda suelta a nuestros deseos y a menudo tenemos miedo a sentirnos raros, diferentes… Tal vez ese sea el siguiente paso en el camino hacia la libertad sexual: romper con la tradición normativa que arrastramos y entender que todo es normal, que el erotismo es diverso y que esa diversidad es la que nos convierte en seres únicos con una capacidad increíble para sentir placer.
* La imagen de portada corresponde a un dibujo del autor Namio Harukawa.
2 comments
Buen articulo de la mano de una mejor comunicadora e inquieta investigadora como lo es Ester
La mejor motivación que puedo tener para seguir escribiendo son este tipo de comentarios… Muchas gracias por tu interés y por tus palabras. 🙂