Que las relaciones sexuales son más que coito ya lo sabemos, pero a menudo se olvida, sobre todo cuando una pareja convencional lleva cierto tiempo y empieza a acomodarse. Es en ese punto (en el que disminuye la intensa pasión del primer momento) cuando, o tomamos medidas, o el sexo acaba volviéndose monótono.
Salir de la rutina sexual es más importante cuanto más tiempo lleva junta la pareja. Así, añadir un poco de picante a la vida sexual y variar la mecánica de los encuentros, es esencial para que las relaciones sexuales no se vuelvan aburridas. Para ello, existen muchas posibilidades de juegos eróticos, tan sólo hay que ponerle ganas y un poco de imaginación. Representar fantasías, interpretar personajes, disfrazarse, hacer un striptease, grabarse en vídeo, probar juegos de sensaciones, de dominación y sadomasoquismo… son algunas de las ideas que veremos detenidamente.
Pero, sobre todo, no debemos olvidar que este tipo de juegos supone también romper tabúes, cruzar límites personales y liberarse de inhibiciones, sirviendo tanto para conocerse a uno/a mismo/a como para conocer mejor a la otra persona.
Fantasías
Las fantasías sexuales de cada persona son muy particulares y esto hace que a menudo prefiramos mantenerlas en privado. Sin embargo, no tenemos que avergonzarnos de ellas, pues cuando existe confianza y complicidad en la pareja, es posible sacarles partido. De manera que podemos cultivar esas fantasías, compartiéndolas, o incluso representándolas.
No es necesario que se trate de algo físico, sino que puede basarse simplemente en la estimulación mental del otro. Tomamos nuestra fantasía favorita y la narramos con todo lujo de detalles, susurrándosela al oído, o escribiéndola previamente y leyéndosela a nuestra pareja en la intimidad.
Por supuesto, ninguno de los dos miembros debe olvidar que fantasear no significa desear que suceda.
Juegos de rol
Aplicado a la pareja, el rol es el papel que cada uno desempeña en la cama habitualmente. Siendo el juego de rol aquel en el que los participantes interpretan el papel de un personaje de ficción.
Interpretar un papel nos permite ser alguien que no somos, en un escenario sexual seguro y predeterminado, sin que nos sintamos mal o culpables por ello. Es decir, se trata de actuar de manera diferente a como solemos hacerlo en la cama y en nuestra vida cotidiana.
Por ejemplo, una persona que suele ser dulce y tímida puede comportarse de forma descarada. O alguien que tiene un papel muy activo en la relación puede asumir un papel más pasivo y viceversa.
Para este juego simplemente debemos elegir un papel cada uno, meternos en él y representarlo.
Disfraces
Este tipo de juego está muy relacionado con el juego de roles del que hablábamos anteriormente, pero, además, con la indumentaria necesaria para meternos totalmente en el papel.
Por ejemplo: médico/paciente; policía/ladrón… Se pueden usar pelucas, sombreros, gafas, zapatos, y todo tipo de complementos para decorar el disfraz y sentirnos sexis.
Con un poco de imaginación, este juego, además de diversión y novedad, nos da la oportunidad de vivir la ilusión de mantener sexo con una pareja nueva.
Striptease
Deleitar con un baile erótico a nuestra pareja supone darle un toque de exhibicionismo (por parte de quien lo realiza) y de voyerismo (por parte de quien observa) a la relación sexual.
Para llevarlo a cabo, hay que tener en cuenta una serie de consideraciones como colocarse prendas sexis y fáciles de quitar, tomarse tiempo en el proceso de quitarse cada prenda, elegir una canción apropiada, mantener el contacto ocular con la otra persona, practicar con antelación, ver vídeos a modo de ejemplo para darnos ideas sobre cómo hacerlo. Aunque no se trata de ser expertos del pole dance ni mucho menos, las risas también forman parte del juego.
Pero, sobre todo, no olvidemos que hacer un striptease no es sólo cosa de chicas.
¿Quieres descubrir más juegos eróticos? No dejes de leer la segunda parte de este artículo.
Continuará…