En la primera parte de este artículo ya vimos la importancia de innovar en las relaciones sexuales, sobre todo, cuando una pareja lleva cierto tiempo junta.
Este tipo de juegos eróticos, además de sacarnos de la rutina, nos ayudan a planificar los momentos de intimidad, pues con el día a día, el trabajo, las obligaciones… y más aún si la pareja tiene hijos, a veces es difícil que el sexo surja de manera espontánea.
Probar diferentes juegos no significa que todos nos vayan a gustar, pero sí nos ayudará a descubrir lo que nos gusta y lo que no. Tampoco se trata de estar todos los días haciendo cosas nuevas, pero sí de sorprendernos de vez en cuando.
Ya vimos algunos como los de fantasías, los juegos de rol, de disfraces y striptease. A continuación, vamos a descubrir más.

Se trata de usar nuestros sentidos con el objeto de provocar sensaciones nuevas.
Para llevarlo a cabo es recomendable usar la privación sensorial, es decir, restringir otros sentidos para agudizar uno en concreto. Por ejemplo, si queremos potenciar el tacto, podemos usar el cuerpo desnudo de nuestra pareja, tapándole los ojos y acariciando distintas zonas. En este juego, el hecho de no saber lo que te van a hacer, aumenta la tensión erótica.
Para la estimulación sensorial, se pueden utilizar elementos que provoquen distintas sensaciones (con diversas texturas y aromas) como una pluma, una flor, juguetes eróticos, aceites de masaje, etc.
Juegos de temperatura
Se trata de una versión del juego anterior que consiste en aumentar o reducir el calor sobre la piel de distintas zonas del cuerpo.
Para ello se pueden usar artículos de cosmética erótica como velas de masaje, aceites o lubricantes con efecto frío/calor, así como hielo.
Hay que tener especial cuidado con las zonas sensibles, e ir poco a poco no vayamos a causar sensaciones desagradables en nuestra pareja.
Fotos y vídeos
Crear juntos fotos y vídeos manteniendo relaciones sexuales puede ser divertido y excitante, pero hay que tener claro que lo importante no es el resultado, sino pasarlo bien haciéndolos y disfrutar viéndolos.
Es necesario no olvidarse de borrar este tipo de contenidos, para que no acabe siendo visionado por error (o a conciencia) por otras personas, y en el caso de acabar la relación no puedan ser usados como venganza o para hacernos chantaje.

Este tipo de juegos engloba Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo.
El bondage no es otra cosa que aquello que implica ataduras e inmovilización.
Los juegos basados en dominación y sumisión suponen un intercambio de poder. Se trata de que un miembro de la pareja asuma el papel de dominante, dándole órdenes sobre lo que tiene que hacer, y el otro miembro acepte el rol de sumiso.
Por otra parte, los juegos que incluyen sadomasoquismo, implican infligir un daño físico y que el dolor nos excite. La mecánica de esta práctica se basa en el hecho de que cuando se está realmente excitado, el dolor puede parecerse mucho al placer ya que se producen endorfinas, aumenta el ritmo cardíaco, respiratorio, y la presión sanguínea, lo que se traduce en una sensación intensa, casi eufórica igual al placer. Este dolor erótico se puede conseguir simplemente con unos azotes o pellizcos.
En este tipo de juegos es imprescindible establecer, previamente, reglas y límites para que sea un juego seguro, sano y consensuado.
Para el BDSM existen muchos elementos que se pueden usar como esposas o cuerdas especiales para inmovilizar, cintas de satén, látigos, fustas, máscaras, pinzas para pezones, paletas (spanking), etc.
Estas son sólo algunas sugerencias para jugar en pareja, aunque existen muchas más posibilidades. Simplemente con la ayuda de un juguete erótico, podemos hacer que las relaciones sexuales sean más divertidas y novedosas. ¡Es cuestión de ponerle un poco de creatividad al sexo!