Hoy hemos puesto en común las amigas, alrededor de unos cafés y unas pastas, nuestras formas más básicas o clásicas de jugar con nuestras parejas, sin juguetes eróticos de última generación, ni ataduras difíciles de hacer de esas para las que antes tienes que haberte hecho un cursillo, ni nada de juegos de mesa con órdenes. Ha sido una conversación muy divertida y enriquecedora que nos ha hecho llegar al punto importante de que lo mejor siempre es la risa y la imaginación. Y por supuesto hemos rescatado muchas cosas que ya sabíamos y hemos aprendido otras tantas.
Las que ya habían sido madres, comentaron los beneficios para el juego que aportan los sujetadores de lactancia. Ese detalle de poder mostrar los pechos con solo un clic en el tirante de la copa, facilita mucho el trabajo a esas parejas que sufren para desabrochar un cierre común. Y parece ser que el resultado es muy satisfactorio y les pone como una moto a todos. Después entró en tertulia el manido delantal. Con tanto disfraz comercializado, a lo mejor nos habíamos olvidado de la ropa básica que tenemos por casa y con las que tan buenos logros podemos obtener. Sigue siendo muy excitante que te coloques un delantal corriente sobre el cuerpo desnudo y esperes así a tu pareja. Tanto para hombres como mujeres, para el que lo lleva puesto como para el que está deseando quitarlo. Y no me voy a extender en otras prendas de ropa porque con todas se puede conseguir un efecto parecido: una bufanda con la que envolverte, unas botas altas, o una corbata sin nada más. Todo, utilizado con un cerebro imaginativo y con ganas de seducir, es un acierto seguro. Tras muchas risas y una buena serie de detalles que cada una aportó, entramos a hablar de utensilios comunes que tenemos por casa y que habíamos utilizado alguna vez como si fuesen dildos o vibradores. Siempre con protección y prudencia eso sí, porque ante todo hay que cuidarse, y si lo enfundas en un buen condón hay muchas cosas que más de una hemos usado para darnos o que nos dieran placer. El más común es alguna hortaliza, o el mango de un cepillo del pelo. Y para un buen orgasmo clitoriano nada mejor que la vibración de un instrumento de higiene bucal eléctrico o una potente ducha con buena presión y temperatura del agua. Existen muchas formas de divertirse con el sexo y aunque hoy día se les puede sacar mucho partido a las nuevas tecnologías por ejemplo enviando mensajes bien calientes a tu pareja para ir poniéndoos a tono antes de veros, hasta hace no muchos años, también nos contábamos por teléfono de viva voz lo bien que nos lo íbamos a pasar en el momento de encontrarnos. Y por supuesto siempre nos hemos hecho fotos de los momentos íntimos, aunque hubiera que esperar a verlas y quizás no tuviéramos el descaro de que fuesen tan explícitas ni tantas, porque siempre había un tercero que tenía que verlas al revelarlas, y salía mucho más caro. Pero el saber que te fotografiabas para tu pareja, que las fotografías te las hiciera él o ella, o recibirlas incluso por correo postal, era de lo más apasionante.
Comentamos muchas cosas más: poemas eróticos que te escribía algún enamorado y te hacían humedecer de acaloramiento; momentos de inmovilizar al contrario con una corbata o de vendar los ojos con un simple pañuelo del cuello; un atrevido estriptis con la banda sonora del momento, y mil actividades más que no debemos dejar de lado porque el mundo del sexo se llene de innovadores juegos y futuristas juguetes eróticos. Para el placer siempre debe haber un lugar y un tiempo en el que quepa todo.
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