Arañar y morder, juegos de amor del Kamasutra

Es posible que os sorprenda saber que algo aparentemente más propio de algunos animales que de las personas, como arañar y morder, constituye parte de un capítulo del famoso Kamasutra llamado “Juegos de amor”.

Kamasutra, el LIbro del Amor

Ya os he hablado un par de veces del Kamasutra, ese tratado hindú conocido en el mundo entero, que nos ha llegado a través de los siglos principalmente como una compilación de posturas sexuales. En Kamasutra y arte os traje algunas muestras de arte que habían sido influenciadas por el Kamasutra y en Kamasutra, el elixir del amor os desgranaba las partes fundamentales de dicho tratado.

Pero en esta ocasión me gustaría adentrarme en esos juegos de amor de los que hablaba Vatsyayana: presionar o marcar con las uñas y mordiscos eróticos. Dejaremos a un lado el abrazo y el beso (también incluidos en el mismo capítulo) que, no siendo menos importantes, quizá sí son elementos más conocidos entre los amantes.

Vatsyayana asemejaba el juego del amor con una batalla donde los actos que normalmente duelen, como arañar o morder, al intensificarse la pasión, excitan y seducen.

En la actualidad se denomina “amiquesis” a una parafilia que se refiere a la persona que necesita arañar a su pareja sexual para excitarse y/o alcanzar el orgasmo. Aunque en su caso extremo se considere una parafilia, esta práctica sexual no es tan poco común, ya sea con mayor o menor intensidad, desde una leve presión con las uñas hasta incluso dejar marcas.

Foto de Beatriz Pichart: «Aráñame fuerte»

Cuando acariciamos la espalda o el pecho de nuestro/a amante a menudo usamos las uñas para acariciar, pero a veces si la excitación va aumentando podemos llegar a arañar sin querer… ¡o queriendo! No importa si tienes las uñas largas o cortas pero el simple hecho de apretar los dedos contra la piel de la otra persona puede resultar placentero para ambos. ¿A quién no le pone a tono la sensación de presión en la piel sabiendo que su intensidad denota la excitación de la pareja? Y en el lado de quien realiza la práctica, con certeza esto ayuda a liberar la tensión sexual y aumenta del mismo modo la excitación.

Vatsyayana daba nombre en el Kamasutra a diferentes tipos de marcas producidas al arañar, dependiendo del lugar donde se hicieran, de la dirección del dibujo y la fuerza. Así, por ejemplo, la “media luna”, consistiría en la marca curva que se deja en la piel al presionar con los dedos índice y pulgar, en el cuello o en los senos. Y cuando las medias lunas se oponen una frente a otra, completando la marca anterior forman el “círculo”. Por su parte, la “garra del tigre” es una pequeña línea curva hecha en el seno. Esto mismo llevado a cabo con las cinco uñas se llama marca del “pavo real”. Y si, además, las marcas de las cinco uñas rodean el otro pezón, forman el “salto de la liebre”.

El placer de morder: odaxelagnia

Por otra parte, en relación con la excitación sexual al morder o ser mordido, existe una parafilia denominada “odaxelagnia” y también es una práctica bastante común. Tanto que la Universidad de Yale realizó un estudio sobre este comportamiento y lo llamó “agresión tierna”, explicándolo de manera que el hecho de morder a la persona que amamos sería una forma de regular nuestras emociones.

Vatsyayana también describe varios tipos de mordiscos eróticos. Por ejemplo, el “mordisco secreto” que sería aquel en el que apenas se ve una rojez en la piel, por lo general en el labio inferior. O el “mordisco hinchado” cuando una pequeña cantidad de piel es presionada por ambos lados en la barbilla. Si el mordisco se realiza solamente con dos dientes se forma el “punto”, mientras que cuando se muerde con todos los dientes lo denomina como “la línea de puntos” y puede llevarse a cabo en la garganta, las axilas, la frente o los muslos. Si se hacen varias líneas largas de marcas juntas con intervalos rojos, en los senos o en la espalda, lo llama el “mordisco del jabalí”.

Sea como sea no te olvides, antes de nada, de preguntarle a tu pareja sexual si le gustan los mordiscos y arañazos. Comienza haciéndolo de manera suave y si decides aumentar la intensidad que sea la otra persona quien te guíe.

 

 

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