La idea del concepto de infidelidad puede depender de muchos factores que varían entre personas y culturas.
La cultura guía los comportamientos y las formas de entender y construir las concepciones a nuestro alrededor. La educación con la que hemos crecido, las películas que hemos visto, las expresiones del amor que hemos experimentado, los referentes que tuvimos de pequeños o las historias que nos contaron, todo influye en nuestra percepción. Normalmente solemos dar por hecho que hay unas características o unos límites mínimos que compartimos en todas las culturas. ¿Pero es esto cierto? Hoy vamos a explicar cómo la cultura japonesa entiende el término de la infidelidad, así vosotros mismos podréis decidir si hay o no grandes diferencias con lo que nosotros entendemos por ella.
En términos más generales, podemos principalmente definir la infidelidad como la violación de los acuerdos y compromisos establecidos en una relación, generalmente de índole sexual o romántica.
Es un error pensar que en las interacciones humanas estamos exentos de establecer normas y compromisos. Como seres individuales, tenemos nuestros límites y expectativas en las interacciones en las que nos vemos inmersos. Al establecer relaciones, especialmente si son significativas en nuestro ámbito privado, es crucial ser sinceros y coherentes con lo que sentimos y queremos. Por supuesto, estos acuerdos pueden variar y reescribirse si es necesario, pero es fundamental tener en cuenta a la otra persona y ser comunicativos para llegar a un entendimiento. No obstante, romper estos compromisos por parte de cualquiera de las partes se percibe como una deslealtad.
Infidelidad en el Japón actual
Teniendo en cuenta todo esto, y dejando clara la base del concepto de infidelidad en general, vamos a ver cómo entienden este concepto los japoneses en la actualidad. Según un reciente estudio (Kato, Okubo; 2023) son los factores socioculturales, tanto si concibes la relación como estable o no, los que pueden molestar o afectar más a la fidelidad de la pareja. Las parejas más informales y que llevaban menos tiempo, no mostraban esa preocupación por la relación.
Por otro lado, las parejas que percibían la relación como algo serio y estable no mostraban diferencias de género a la hora de preocuparse por esa posible infidelidad. En otras palabras, al encontrarse en una relación estable, se preocupan por la infidelidad en la misma medida, sobre todo la sexual, independientemente de si son hombres o mujeres.
Tal y como he ido observando, como profesional de la sexología, en las parejas que acaban de empezar, uno de los motivos por los que no se preocupan por cometer o que la pareja cometa una infidelidad, es que aún no estén comprometidos en la relación o no hayan establecido bien los límites.
Aunque en el caso de dicha infidelidad, dentro de una relación heteronormativa, posiblemente debido a la educación machista, la reacción difiere según qué miembro de la pareja la cometa. Cuando la infidelidad proviene del hombre se suele permitir de forma más tolerante, pero cuando proviene de la mujer, el hombre suele responder de forma más posesiva y más taxativa.
Y la prostitución ¿se considera infidelidad?
Debido a la importancia que la prostitución ha tenido en la cultura japonesa, ésta está bastante normalizada. Hasta el punto de que para una gran parte de la población, visitar los prostíbulos no es considerado como una infidelidad, pues las mujeres japonesas ponen el límite en lo sentimental y no en lo físico. Aunque eso no significa que acudir a los prostíbulos esté bien visto. Pero aunque esté «aceptado» y no lo consideren deslealtad, puede ser percibido como molesto. Algunos testimonios apuntan a que es mejor que el hombre tenga sexo con una prostituta, al final solo es sexo, que con una compañera de trabajo.
El concepto de infidelidad en el ámbito de las figuras públicas
Otro aspecto interesante de las diferencias interculturales es cómo se gestiona la infidelidad a nivel público. Existen muchos artículos en revistas y periódicos sobre figuras famosas y públicas que han cometido adulterio y son forzadas a abandonar sus puestos y pedir perdón públicamente. Estamos hablando de pérdidas de carreras políticas y artísticas (cantantes o modelos) por ser pillados infraganti con un amante. Y no hay diferencia de géneros.
Para más información sobre cómo les afecta a los famosos y la persecución social que reciben os recomiendo que os paséis por el artículo de Sechiyama Kaku especialista en género y Asia Oriental.
En conclusión, es importante ver que pese a las peculiaridades que vienen de Japón a causa de su cultura y su contexto sociohistórico, como en otros países, sigue el mediando el machismo en las percepciones y las construcciones sociales, como son el concepto de fidelidad y el compromiso dentro de la relación.
Como último punto me parece importante resaltar que, para que la relación funcione, es importante poder transmitir de forma eficiente lo que queremos y necesitamos, y para ello creo que es fundamental, hacer un trabajo previo con nosotros mismos. Es solo así cuando se pueden hacer contratos que sean coherentes con lo que queremos y necesitamos.