La palabra “sostén” viene del francés “soutien gorges” que significa sujetador de senos. En los países hispanohablantes se denomina corpiño, sujetador, brassier, soutien, bra…

A lo largo de la Historia esta pieza de ropa íntima ha evolucionado asociada a la forma de vestir de cada época, pero también ha estado ligada a la historia social de las mujeres.

Parece que hace siglos las mujeres ya se sujetaban los senos de alguna manera, incluso pudiendo ser un elemento que distinguía a las civilizadas de las bárbaras. Así, las mujeres griegas y romanas ya usaban una especie de faja alrededor de los senos.

Posteriormente, a finales de la Edad Media, apareció el corsé para encajar el cuerpo de la mujer en los patrones estéticos de la aristocracia. Este era extremadamente incómodo, doloroso y hasta perjudicial para la salud, ya que oprimía fuertemente la cintura con la intención de disminuirla y realzar los senos.

Con la llegada del siglo XX surgieron los primeros modelos de sostén parecidos con lo que se conoce actualmente. Se dice que, en 1907, el estilista francés Pierre Poeret ya se rebeló contra el corsé en los diseños de sus vestidos. Pero fue en 1914 cuando la norteamericana Mary Phelps Jacobs creó una especie de porta-senos con dos pañuelos de seda unidos por una cinta, vendió los derechos de patente y esta pieza se hizo popular.

En la década de los 40 las películas de Hollywood contribuyeron mucho en la popularidad del sostén, ya que las artistas de cine aparecían mostrando los llamados “sujetadores bala” que en aquel momento se pusieron de moda.

A partir de ahí su producción a gran escala ha estado unida a la moda y los avances tecnológicos con la aparición de nuevos tejidos. Desde la búsqueda de mayor comodidad para las mujeres, así como rellenos para dar la impresión de mayor volumen, hasta la aparición del nailon para hacerlo más elástico y resistente, y otros tejidos sedosos que lo convierten en una pieza de lencería erótica.

El sostén tuvo un momento de protagonismo en los años 60, cuando las feministas quemaban sujetadores como símbolo de libertad contra la opresión de los hombres. Así, mientras años atrás el sostén surgía como liberación del corsé, posteriormente se convierte en símbolo de la opresión femenina.

Ya en los años 90, la moda comenzó a realzar al máximo los senos y así surgió el famoso “wonderbra”.

Como vemos, el sujetador se considera una pieza clave en la historia de la lencería femenina, siendo considerado incluso un icono de la feminidad.

¿Pero realmente es bueno usar sujetador? ¿Para qué sirve? ¿Se usa por pudor, con la intención de que no se transparenten los pezones porque está mal visto? ¿Para seducir levantando los pechos o dejando ver alguna parte de esta pieza? ¿Por comodidad para que los senos no se muevan demasiado o no nos moleste su peso? ¿Por salud para que no se caigan los pechos? ¿Para aparentar más volumen usando relleno?…

En relación con la salud, se sabe que un porcentaje muy alto de mujeres usan una talla de sujetador incorrecta, lo que puede provocar dolores mamarios. Por ello es necesario concienciarse de la importancia de elegir el sujetador adecuado a la necesidad de cada persona pero también al uso que se le va a dar (comodidad, deporte, embarazo, salir de fiesta…). Por ejemplo, no se recomienda usar sujetadores con aros para dormir o hacer deporte.

Algunos expertos afirman que usar sujetador durante todo el día multiplica la probabilidad de sufrir patologías de la mama, al entorpecer la circulación linfática del pecho.

Para que los pechos no se caigan más importante que usar sujetador es cuidar la piel alrededor de los senos que debe estar hidratada, y no debe sufrir cambios de volumen importantes ni movimientos bruscos que puedan romper los microligamentos que sostinen las mamas.

Al final, existen opiniones muy contradictorias en cuanto al uso del sujetador. Lo importante es tener en cuenta que cabe únicamente a cada mujer reflexionar sobre ello y decidir si utilizarlo o no, cuándo y por qué motivo, ajustándose siempre a sus propias necesidades.

Por último, recordar que Octubre es el Mes de concienciación sobre el Cáncer de Mama y que con frecuencia debemos quitarnos el sujetador y dedicar un tiempo a observar y palpar nuestros senos.

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