En esta ocasión voy a compartir con vosotros un artículo histórico sobre el maravilloso arte de las cuerdas y de cómo ha ido evolucionado hasta nuestros tiempos. Antes de empezar, seguro que habréis escuchado al menos 3 formas distintas con las que se nombran a estas ataduras, así que ¡comenzaremos por diferenciarlas!
¿Qué es el Bodange y qué Shibari o Kinbaku?
El Bondage, terminología occidental, tiene diferencias significativas con el shibari, ya que su función principal es la de inmovilizar parcial o totalmente al individuo, con el objetivo de llegar al sometimiento. Forma parte de las siglas del BDSM. El bondage no solamente se practica con cuerdas, sino que también pueden utilizarse otros objetos como cadenas o esposas.
En la mayoría de las sesiones el bondage está enfocado a inmovilizar a la persona que desempeña el rol de sumiso(a), con el objetivo de desarrollar la práctica de dominación. Ahí entran en juego el resto de prácticas consensuadas entre dominante(a)/sumiso(a) tales como azotes, uso de cera caliente u otras herramientas de tortura y/o juguetes, realizándose la mayoría previamente al contacto sexual o en combinación con prácticas sexuales.
El significado de Shibari o Kinbanku es atar. De hecho kinbanku significa «atar fuerte» y su principal diferencia con el bondage es que se le da prioridad a la estética y a la satisfacción a nivel sensorial por medio de las cuerdas, lo que eleva la erótica y la sensualidad del momento.
Podemos decir que esta práctica es de alto nivel artístico, siendo inspiradora de numerosas obras fotográficas creadas con ingeniosas escenografías gracias a artistas dedicados a crear arte con sus modelos y con la magia de las cuerdas. Todos estos nudos, tejidos sobre los cuerpos a nivel del suelo o “volando” en suspensión, requieren de todo un estudio y dedicación creativa.
El shibari no tiene como objetivo la sumisión de la pareja, o de la persona que se ata. Mediante el encordamiento se incentivan determinadas zonas erógenas creándose vínculos conductores de energía que unen al atador y a la persona que se ata.
Paseamos por la historia
Como hemos dicho al comenzar, vamos a dar un paseo por los momentos históricos que han dado lugar al desarrollo de las técnicas de inmovilización con fines variados. Gracias a ellos, se han ido desarrollando estas técnicas en diferentes partes del mundo.
En Japón, hace más de 600 años, las ataduras se usaban para la restricción de atacantes y el transporte de delincuentes. El color de la cuerda variaba dependiendo del delito y los nudos o ataduras podían ir desde simples lazadas a complejos nudos que requerían tiempo de preparación y elaboración. A través de la forma de las ataduras y el tipo de cuerda, también se dejaba ver la clase social del reo, edad, oficio y el tipo de crimen que había cometido.
También en Japón encontramos ataduras sagradas, año 14,000 hasta 400 a.c., que servían para envolver obsequios de manera artística con sogas de yute. Con connotaciones religiosas, estas ataduras con cuerdas marcaban los lugares considerados como puros o sagrados resaltando templos o árboles.
Existen numerosas obras de arte erótico que han ido evolucionando y que reflejan desde actividades brutales con cuerdas en la Edad Media (que seguramente dejaban secuelas permanentes en sus víctimas) hasta maravillosas y refinadas obras de arte erótico, como las de Itoh Seiyu.
Itoh Seiyu, a quien se considera «el padre del Kinbaku», fue un reconocido pintor que absorbió influencias a partir de los juegos eróticos de dominación y sumisión, hoy conocido como BDSM, haciendo nacer el arte del Shibari. Su primera mujer no compartía sus preferencias eróticas, tenían un matrimonio frío, pero su segunda esposa Kiseko, quien por cierto también actuó como su modelo, era sexualmente masoquista y sentía un gran placer al ser atada y retratada por Itoh de múltiples formas. Fue de esta forma, y por este motivo, que progresivamente fue transformando la brutalidad en placer. Las cuerdas que antes presionaban estratégicamente nervios causando dolor, ahora buscaban estimular zonas erógenas y seguras empleando nudos. Los pases de las cuerdas ya no comprometían la circulación sanguínea sino que daban placer, despertando el erotismo y la sensualidad. La seguridad se convierte en una parte fundamental de la práctica, sobre todo en escenas fotográficas intensas como suspensiones invertidas, cabeza abajo, de Kiseko embarazada o en sesiones fotográficas que se llevaban a cabo en pleno febrero en la nieve.
La publicación escrita que históricamente abre el camino al Shibari nace en 1952. La revista Kitan Club, posterior a la 2ª guerra mundial, y conocida como el «club de las historias extrañas» da un giro editorial a mediados de los 50 para transformarse en un magazine especializado en sadomasoquismo y shibari, gracias al éxito de la ilustración «Diez mujeres atadas» del dibujante Kita Reiko, discípulo de Itoh Seiyu. Esta imagen se convierte en fundamental para abrir las puertas de los medios de comunicación a este arte.
Estas técnicas llegan a Occidente progresando y evolucionando, a mediados del 1900, de la mano de John Alexander (John Willie) pionero en el arte fetichista.
Antes del acceso a internet, las revistas y publicaciones eran las que permitían poner en contacto a modelos y atadores, las que mostraban la información sobre el intercambio de técnicas, ideas y las que dieron lugar a los grandes maestros de la cuerda, los llamados «Nawasaki». Éstos expertos poseen un gran talento para desarrollar e impregnar de erotismo el manejo de las cuerdas, teniendo, cada uno de ellos, su propio estilo. Hay quien prefiere hacer bondage en suelo mientras que otros escogen realizar suspensiones. Otros utilizan patrones organizados, asimétricos o siguen ciertos estilos con medias suspensiones haciéndolos especiales por la implementación de sus propias técnicas y estilos.
Akechi Denki (1940-2005) es otro de los genios naturales de las cuerdas que hace grandes contribuciones y avances para acercar al público a este arte.
Osada Steve comienza a dedicarse a la fotografía fetichista en la década de los ’90 y documenta mucho lo que acontece en el mundo sadomasoquista. Discípulo del gran Osada Eikichi, entre 1998 y 2001, acudía semanalmente a los escenarios con su maestro. Tiene una gran influencia en Espana debido a su incursión en Barcelona gracias al fundador del famoso «Club Rosas Cinco» de BDSM.
Aquí termino esta primera y breve parte histórica, más adelante, en otro post… ¡seguiremos explorando el arte erótico!
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Imagen de portada de Gret de Lou
Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.
minat
2 comments
Este tema me encanta. Y el mundo del BDSM es algo que creo que debería ser normal a día de hoy en la sociedad actual, pero como siempre seguimos con los tabúes aunque digan que no existen. ¡Ojalá llegue el día en que todos podamos hablar libremente de cómo somos en nuestros momentos íntimos y no nos tachen de pervertidos 😉!
Gracias Raquel!
¡Queda mucho por aprender y entender de todas estas formas de relacionarnos sexualemente! ¡¡Ahí estamos para dar información!! Gracias por leernos. Un besazo.
Más Allá del Placer