
Hoy revisamos brevemente los orígenes históricos del BDSM cuyas representaciones y muestras son múltiples y variadas. Se encuentra presente en muchas y muy distintas culturas, ¡más de las que os imagináis!, desde mitológicas hasta artísticas, eróticas e incluso religiosas. Así, podemos encontrar imágenes de flagelación o algún tipo de bondage en determinadas imágenes religiosas, cuestionando si lo consideramos completamente BDSM ya que uno de los principios del mismo es el erotismo y el placer y en estos registros no se puede asegurar el disfrute de los participantes pero sí un rito de iniciación o de castigo en el dolor.

También Anne O. Nomis en su libro «The history & arts of the Dominatrix» habla de los rituales de adoración de la Diosa Inanna, asociada al planeta Venús y diosa griega Afrodita, que representa la principal deidad femenina de la religión. Considerada la diosa de la pasión, la fertilidad y la guerra se encuentra representada en las tabletas cuneiformes de Mesopotamia. Esta Diosa adoraba a su propia vagina y al mismo tiempo obligaba a los hombres a rendirle sumisión. Forzaba a sus súbditos a brindarle danzas al tiempo que les azotaba provocándoles excitación sexual ayudándoles a entrar en una especie de trance, de tal forma que la adoración se convertía en un ritual. Existe un himno sobre Inanna que menciona los trances alterados de conciencia dentro de los rituales, mientras todos se sumergían en el dolor y el éxtasis.
Otro ejemplo de la relación existente entre el erotismo y la agresividad se daba en los circos romanos donde, era bien sabido, a la salida de los juegos el negocio de la prostitución se encontraba en su apogeo, ya que el público salía enardecido y encendido por haber presenciado un espectáculo violento y es por ello que las prostitutas aprovechaban para colocarse a la salida del anfiteatro romano.
Los orígenes del sadomasoquismo son bien conocidos desde el siglo XVIII con el Marqués de Sade (1740-1814). El escritor y aristócrata francés se distinguía por su estilo de vida y hábitos sexuales desenfrenados y sobre todo por sus provocadoras novelas eróticas sadistas aunque no fue hasta 100 años después cuando encontramos la obra literaria que da origen al masoquismo «La venus de las pieles» de Sacher Masoch (1836-1895). También se habla del sadomasoquismo como una perversión sexual en 1886 en la obra de Richard Kraft-Ebing «Psychopathia Sexualis».
Los orígenes del BDSM, tal y como lo conocemos actualmente, comienzan en Estados Unidos alrededor de los años 40, con la nueva cultura del motociclismo y lo que conocemos como “la era del cuero” ya que ésta era la prenda utilizada como protección para los motociclistas. El desarrollo de la práctica del BDSM progresa posteriormente a la Segunda Guerra Mundial cuando algunos veteranos gays se quedan en la costa oeste y se unen a los motociclistas, experimentando una sexualidad más pervertida que se extiende al resto de Estados Unidos y Europa. Esta cultura fetichista se da en Europa en las décadas de 1900.

Es importante notar la gran influencia que tuvo la Segunda Guerra Mundial en el BDSM. Podemos observarlo en la forma de vestir, en las gorras militares e instrumentos que se usan como parte del atrezzo, copia de los uniformes utilizados en la guerra, e incluso el vestuario de las Mistresses que es bastante semejante al de los militares de alto rango. La disciplina y las normas comienzan a volverse parte de esta subcultura con todos sus formalismos y rituales militares.
Otro acontecimiento de suma importancia y que añade valor al BDSM es la crisis sanitaria surgida por el VIH. Los sentimientos que imperan hacia la sexualidad son de furia, confusión y terror, debido al alto número de contagios, muertes y a la discriminación por la falta de conocimiento. Comienzan a implementarse barreras de contacto, recordemos que al inicio se creía que podía contagiarse simplemente tocando o estando cerca de las personas que lo padecían. Los practicantes de BDSM comienzan a incluir estas protecciones sanitarias y sexuales en sus juegos: condones, protecciones dentales plásticas o látex como una segunda piel, conviertiéndose todo ello en parte del juego, de la diversión. Los instrumentos y artilugios, las fustas, las ataduras y la sexualización de algunos objetos que antiguamente tenían un límite se convierten en «curativos» ya que el BDSM ayuda a la gente a canalizar todas esas ansiedades y a sobrellevarlas, a pensar diferente, a disfrutar la sexualidad más allá de la penetración. Todo ello hace del BDSM una práctica sexual que no se centra en los genitales, ni en el coito, sino en descubrir otras rutas de placer mediante el juego, la Dominación y la sumisión y mediante los trances alterados de conciencia para liberar ansiedad y llegar al disfrute.

En 1969 se crea el término BDSM para diferenciarlo de otras subculturas pero no es hasta 1991 cuando aparece por primera este nombre en un foro de noticias por Internet. Este acrónimo se crea para diferenciar esta práctica del sadomasoquismo, que gozaba de mala reputación, así como de otras prácticas. Al unificar las siglas BD/SM comienza un desarrollo vertiginoso y una «globalización» del juego sexual.
En la actualidad se define como: «el uso conocido de la Dominación y la sumisión psicológica y/o dolor y o las prácticas relacionadas de una forma segura, legal y consensuada con el fin de que los participantes experimenten placer erótico y/o crecimiento personal» (Jay Wiseman, 1996, p.41).
Aunque el BDSM se define como una subcultura, no deja de ser un juego, un juego en el que se implica mucho placer erótico, diversión y un importante trabajo y desarrollo mental y psicológico. Al fin y al cabo un juego con normas y protocolos particulares que deben de ser negociados y consensuados en cada una de sus prácticas, lo que lo hace sano, seguro y aceptado.
Resulta de vital importancia que estas prácticas se hagan con total responsabilidad y formación guiada por un profesional. La mala fama del BDSM solo proviene de las malas prácticas o errores por falta de conocimiento.
¡Aprendamos de ello!
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Imagen de portada de Gret de Lou.
Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.
2 comments
Un curioso y didáctico artículo. Me han dejado claros muchos conceptos que no tenía claros.
Enhorabuena por tu post. Una verdadera maravilla.
Gracias por compartir!
Saludos!!
¡Hola Carla ! Gracias por tus comentarios, y hay mucho más detrás de la historia, sin embargo creo que de mis partes favoritas es el cómo estás herramientas logran canalizar la ansiedad y el miedo por el VIH, logrando un disfrute desde otro lugar…
Un abrazo grande y que tengas excelente semana ?