¿Tienes pareja pero en ocasiones fantaseas con alguien diferente? ¿Alguna vez has pensado (mientras te masturbabas o mantenías relaciones sexuales con tu pareja) en su mejor amiga, el vecino de al lado, tu jefa o alguien famoso o desconocido?
Este tipo de fantasías son muy comunes, sin embargo, en ocasiones pueden generar malestar o sentimientos de culpa o problemas de pareja. Pero ¿por qué sucede esto? A menudo nos cuesta entender que las fantasías son sólo creaciones de nuestra imaginación para excitarnos, y no deseos a realizar. Hay que tener claro que el hecho de que algunas fantasías se puedan llevar a la acción no significa que todas sean realizables, ni mucho menos que nos gustaría llevarlas a cabo.
Por otro lado, contárselo a nuestra pareja es una decisión personal que en muchos casos puede no ser bien recibida. Depende de la buena comunicación que exista entre ambos, sobre todo a nivel sexual. Pero no se trata de algo que deba hacernos sentir mal si decidimos no compartirlo. Tampoco debería incomodar a la otra persona en el caso de que lo hiciéramos, puesto que como decíamos, la fantasía es sólo un juego mental y no significa que queramos ser infieles. Si bien, puede despertar inseguridades en nuestra pareja, por lo que hay que pensárselo muy bien antes de hablar de ello y saber si la otra persona está preparada para aceptarlo.
Acontece que ciertas fantasías están comenzando a verse como más “normales”, mientras otras siguen siendo un tabú. Tal vez es lo que sucede con este tipo de fantasías eróticas, al relacionarse con la infidelidad. Sin embargo, a la imaginación no tenemos por qué ponerle límites, siempre y cuando tengamos claro que es simple fantasía. En este punto, es donde reside el principal problema, ya que cuando nuestra fantasía se considera desagradable o está mal vista socialmente, nos surgen dudas, temores, prejuicios… y no nos damos licencia para poder disfrutarla libremente.
Existen tantos tipos de fantasías eróticas como personas en el mundo. Las más comunes en los hombres suelen ser relacionadas con que les practiquen sexo oral, hacer un trío con dos mujeres, ser dominados sexualmente, o hacerlo en un lugar público. Esta última también es recurrente en las mujeres que, además, fantasean frecuentemente con dominar, pero también con ser dominadas, así como tríos con dos hombres o dos mujeres. Sin embargo, debemos tener claro que, aunque algunas de estas fantasías sean más habituales que otras, todas deberían ser igualmente respetables.
El motivo sobre que unas personas fantaseen más que otras, o el tipo de fantasía erótica que nos excita, es una incógnita. Cada persona es un mundo y en eso consiste la diversidad sexual, presente también a la hora de fantasear. Construimos nuestras fantasías de maneras diferentes, con imágenes, recuerdos, olores, sabores, distintas sensaciones y otros elementos que conforman un escenario muy variado, pero con un resultado común: la excitación sexual.
Para algunas personas fantasear es algo habitual en su vida sexual, mientras que para otras no. Decidir hacerlo o no es una opción libre, aunque si deseamos fantasear más, pero es algo que nos cuesta, la buena noticia es que las fantasías sexuales se pueden entrenar. Existen maneras de fomentar su desarrollo, a través de la lectura erótica, por ejemplo.
Carecer de fantasías no implica que nuestra vida sexual esté mal, pero sin duda, tener fantasías y saber disfrutar de ellas se relaciona con una vida sexual saludable. Esto es evidente si tenemos en cuenta que “nuestro mayor órgano sexual es el cerebro”.
Pero volviendo a las fantasías con otras personas, este tipo suele ser de las más habituales, y esto es así simplemente porque necesitamos salir de la rutina. Es por ello que tienen tanto éxito los disfraces eróticos y los antifaces o máscaras. Estos elementos, además de dar un toque divertido y novedoso, nos permiten tener relaciones sexuales con nuestra pareja sin sentimientos de culpa, al tiempo que podemos liberar nuestra fantasía imaginando que estamos con otra persona.
Diversos estudios muestran que la mayoría de las personas fantasea alguna vez con una tercera persona durante las relaciones sexuales con su pareja, y concluyen que esto, lejos de ser negativo para la pareja, supone un extra de satisfacción sexual y menor probabilidad de problemas sexuales.
Ahora que sabes todo esto piénsatelo dos veces antes de preguntarle a tu pareja si fantasea con una tercera persona, porque puede que no te guste su respuesta… ¡o sí!
¿Y tú, fantaseas con otras personas?