La eyaculación precoz es motivo de preocupación para muchos hombres y una de las dificultades sexuales más frecuentes en la actualidad. Lo positivo es que estamos ante un trastorno con una alta probabilidad de ser tratado con éxito desde la sexología clínica y en relativamente poco tiempo.
Concretamente es una dificultad que se da en la fase del orgasmo y consiste en la falta de control eyaculatorio. Es decir, supone eyacular antes de lo deseado, lo que implica la interrupción brusca de las relaciones sexuales, pudiendo causar frustración tanto en el hombre como en su pareja.
¿Cómo saber si soy eyaculador precoz?
Un error muy común es basar la eyaculación precoz en el tiempo. No hay un tiempo concreto que determine si un hombre es eyaculador precoz o no.
La queja principal de un eyaculador precoz es que una vez que está excitado sexualmente alcanza con mucha rapidez el orgasmo. Pero… ¿qué consideramos rápido? La rapidez en sexualidad puede ser muy subjetiva, ya que lo que para un hombre puede ser un tiempo ideal, para otro puede suponer un problema. Es una equivocación pensar que a más duración, mejor desempeño sexual.
Por tanto, más que el tiempo que se tarda en llegar al orgasmo y eyacular, lo que habría que tener en cuenta es la satisfacción sexual del hombre y de su pareja. No es cuestión de durar más o menos durante la relación sexual, sino más bien del grado de malestar generado y si está ocasionando problemas en la relación de pareja.
Causas de la eyaculación precoz
Las causas de la eyaculación precoz son muy variadas. Suelen ser de carácter psicológico y tener su base en un aprendizaje erróneo.
Un mal aprendizaje
Así es, la sexualidad se puede aprender y como todo lo que se aprende, se puede aprender bien o mal. Y aquí encontramos una de las principales causas de la eyaculación precoz: un mal aprendizaje durante las primeras experiencias sexuales.
Crecer en un ambiente familiar donde la sexualidad es un tema tabú, lleva a realizar las primeras masturbaciones a escondidas, de forma rápida y con la preocupación de ser descubiertos e incluso con sentimiento de culpabilidad. Por tanto, la rapidez se considera una ventaja y la repetición de estas experiencias sexuales basadas en la rapidez hace que el cuerpo se habitúe a una eyaculación rápida.
Ansiedad y rendimiento genital
La gran importancia que se da a la genitalidad y ver el coito como la única fuente de placer, unido a la idea de que la satisfacción de la mujer depende del desempeño sexual del hombre, favorece la aparición de altos niveles de ansiedad que son enemigos del disfrute y el control del orgasmo.
En este sentido cobra especial importancia el rol del espectador que consiste en prestar excesiva atención al desempeño sexual. El hombre está preocupado durante la relación sexual por su desempeño sexual y su control eyaculatorio, dando lugar a un alto nivel de ansiedad. Esto hace que pierda la capacidad de disfrutar de la relación a la vez que empeora su control en la respuesta sexual. La preocupación por no poder satisfacer a su pareja, termina haciendo que desconecte de su propio cuerpo y por tanto empeorando su propia sexualidad.
Tratamiento
La terapia sexual para la eyaculación precoz se basa en la información y ejercicios de reflexión y de tipo erótico tanto individuales como en pareja. Un tratamiento que va a incidir directamente en la calidad de la vida sexual del hombre, va aumentar su autoestima y va a mejorar la relación de pareja.
El fin último es facilitar la adquisición detallada de las sensaciones sexuales, lo que propiciará un mayor control del hombre sobre su respuesta sexual y un mayor control sobre el reflejo eyaculatorio. Además proporcionará un mayor conocimiento del propio cuerpo y mayor disfrute durante los contactos sexuales. Haciendo que las relaciones sexuales sean más satisfactorias tanto individualmente como en pareja.
Uno de los pilares del tratamiento es re-educar el reflejo eyaculatorio. El objetivo sería aprender a controlar y evitar el momento de no retorno, es decir, el momento en el que ya no se puede evitar la eyaculación. Para ello se trabaja en la percepción precisa de las sensaciones corporales durante la relación sexual, favoreciendo un mejor conocimiento del autoerotismo y la propia respuesta sexual.
Por último decir que hay algunos fármacos y geles anestésicos que pueden ayudar a retrasar la eyaculación anestesiando la zona. Pero a la vez suponen una pérdida de sensibilidad y por tanto de disfrute. De todas formas, hay que tener claro que estos geles nunca van a ser una solución para la eyaculación precoz. Si se quiere solucionar el problema de forma fiable, hay que pedir ayuda a un profesional especializado.
“La eyaculación precoz es el problema sexual más frecuente y con mejor pronóstico”