La noche más terrorífica del año está a la vuelta de la esquina y por eso quiero hablaros de un asesino en serie realmente espeluznante, no sólo porque se comía las vísceras de sus víctimas, sino porque eso le excitaba sexualmente.
Se trata, en concreto, de Jeffrey Dahmer, apodado el caníbal de Milwaukee, que asesinó a 17 hombres entre 1978 y 1991, convirtiéndose en uno de los asesinos en serie más conocidos de Estados Unidos.
Trailer oficial NETFLIX
Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer
La historia de Jeffrey Dahmer
La serie de Netflix Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer, estrenada en septiembre de 2022, está batiendo todos los récords de audiencia y es actualmente una de las más populares de la plataforma. En ella podemos ver los numerosos asesinatos cometidos por Dahmer, así como sus actos de canibalismo. Pero lo que más llama la atención, quizá, es lo referente al aspecto sexual, ya que no se trataba de un asesino común, sino que buscaba a sus presas en hombres con quienes deseaba mantener relaciones sexuales y se excitaba con su sangre y sus vísceras.

Es innegable que la serie está muy bien hecha y que el actor que interpreta a Dahmer, Evan Peters, hace un papel inmejorable. Además, denuncia el racismo sistémico y las fallas institucionales que permitieron que el asesino continuara matando durante más de una década.
Dahmer, acusado de asesinato, desmembramiento, canibalismo, necrofilia y otras atrocidades, recibió una condena de 15 cadenas perpetuas, pero sólo cumplió 2 años de prisión, puesto que fue asesinado en 1994 por otro recluso.
Esplacnofilia y necrofilia
Decíamos que Dahmer fue diagnosticado con un trastorno sexual poco común, relacionado con la atracción y el placer sexual hacia cadáveres, vísceras y huesos. De hecho, se le adjudican otros posibles trastornos psiquiátricos, pero eso no significa que no fuera consciente de sus actos cuando planificó y llevó a cabo sus asesinatos y los horrores a los que sometió a sus víctimas en la búsqueda de una especie de “esclavo sexual” o “amante zombi”.
Mientras la necrofilia es la atracción sexual hacia cadáveres (de ello nos habla mi compañera Loli Pozo en otro artículo), la esplacnofilia estaría más relacionada con el acto de descuartizar, es decir, con las vísceras y la sangre.
¿Todas las filias eróticas son iguales?

Ahora bien, hay que tener cuidado con cómo se presentan las parafilias en series, filmes, etc., porque corremos el riesgo de meter en el mismo saco fetichismos y peculiaridades eróticas poco habituales, y de acabar tachando de raros, perversos o perturbados aquellos gustos que no compartimos, con la consecuencia de continuar fomentando su mala fama.
Por ejemplo, en el penúltimo episodio de la primera temporada de la popular serie La casa del dragón, aparecía una escena relacionada con el fetichismo de pies. A primera vista podría parecer que su visibilidad es buena para normalizar este tipo de fetiches eróticos. Sin embargo, si analizamos bien la situación veremos que no: en primer lugar, porque no se presenta como una escena erótica natural, bonita o divertida entre dos amantes, sino que es algo que sucede de una manera sombría; en segundo lugar, porque no se asocia con un personaje simpático o atractivo, sino con uno bastante malicioso y sin escrúpulos.
Así pues, es necesario diferenciar entre peculiaridades eróticas que no hacen mal a nadie y aquellas parafilias que perjudican a quienes las llevan a cabo o a otras personas y, además, están penadas por la ley.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que, en última instancia, somos seres racionales. Es decir, lo que determina quienes somos no son nuestros instintos sino lo que hacemos con ellos. Jeffrey Dahmer no era un asesino porque sentía excitación sexual ante los cadáveres o las vísceras, sino porque no tuvo reparos a la hora de matar para satisfacer sus deseos.
Jeffrey Dahmer entrevista completa por Stone Phillips
Video de Bad Girl
Los entresijos de la mente humana
Quizá lo más terrorífico de toda esta historia sea saber que Dahmer tenía muchos fans, de hecho, algunas personas le escribían cartas para mostrarle su profunda admiración (también Loli Pozo nos habló de un tipo de patología denominada hibristofilia, que consiste en enamorarse de un criminal).
Y volviendo a Halloween, hay quien aún encuentra divertido disfrazarse de este asesino. Sin duda, la noche de los muertos deja de ser terrorífica cuando te das cuenta de que lo verdaderamente escabroso son los entresijos de la mente humana, y lo que en realidad causa pavor, más que los muertos, son los vivos.