¿Nunca has disfrutado de tu sexualidad en soledad con un buen cómic erótico? Te propongo que lo experimentes si nunca lo has probado, y te animo a que empieces, si no sabes por dónde, por la gran obra del maestro Milo Manara. Aunque actualmente tenemos, por supuesto, otros maravillosos artistas que están demostrando mucha calidad en este arte y que podrían ayudarte iugalmente a disfrutar de una buena tarde con tus manos, tus ojos y tu imaginación.
Busca un lugar tranquilo, quizás el sofá, ponte una buena música de fondo, que te estimule pero que no te desconcentre de tu labor principal, acomódate medio desnuda para encontrarte más dispuesta con tu tarea, y abre tu cómic, sí, uno impreso, en papel. Prueba primero a oler tu libro, a conectar sensorialmente con él. Tócalo, pasa sus páginas, ve hojeando y detente en las ilustraciones que te seduzcan más. Míralas, mírate, acaríciate y se consciente del tiempo que te vas a dedicar y que te mereces sin duda. Una vez hecho todo esto ya estáras en disposición de comenzar su lectura a dos manos.
Con un par de páginas seguro que te habrán entrado ganas de sentir. Los cuerpos, los desnudos, las líneas sencillas y directas harán que no puedas evitar tocarte y así, mientras con una mano sujetas el libro, con la otra ya estarás rebuscando por el interior de tu camiseta de estar por casa. Los dedos se irán moviendo a la vez que tus ojos por la historia y, como ellos cuando descubran una ilustración lujuriosa, se detendrán juguetones deseándote. En lo que avanza la trama notarás entre tus piernas la humedad de las ganas y seguro que dejarás el cómic apoyado estratégicamente en el sofá para ir buscando una postura más cómoda para ti, que deje vía libre a la excitación. Cuando los personajes estén en pleno intercambio de fluidos, lamiéndose, tocándose, frotándose, y las poderosas imágenes del autor liberen tu necesidad, nada podrá detenerte.
Llevarás un rato pellizcándote los pezones, ayudando a tus pechos a sentir todo eso que, en todas esas hojas, se hacen unos a otros. La magia de los lápices guiará de nuevo tus manos hacia el camino más caliente. Querrás más y necesitarás pasar la página, pero te debatirás entre sacarlas de tu entrepierna o no. Puede que vuelvas atrás, que quieras recrearte en ese culo tan bien dibujado y que recibe cachetes con las bragas a medio quitar. Tus dedos ya estarán mojados recorriendo tu sexo frenéticamente y la vista se habrá perdido entre los renglones. El realismo que impregna cada imagen habrá desatado tu excitación, querrás asimilar cada detalle, tu cuerpo vibrará con las caricias violentas y no sabrás si premiarte terminando el libro, o soltando tu orgasmo. Imagino que aguantarás, sintiendo los espasmos, intuyendo el placer que se avecina y te espera a la vuelta de las últimas páginas. Hasta que decidas acabar la aventura y disfrutarlo físicamente, con un deseo intenso y jadeante.
Para poner el punto y final volverás a releerlo, ahora con una sonrisa relajada, y descubriendo esas últimas viñetas que el arrebato no te dejó leer.
Intuyo que a partir de ahora empezarás a buscar por internet más títulos de erotismo impreso. ¡No lo dejes y sigue disfrutando!