Hablar de erotismo supone entender primero qué significa concretamente esta palabra, qué nos sugiere… Sin duda, erotismo evoca sexualidad. El diccionario lo define como amor sexual, carácter de lo que excita el amor sexual, o exaltación del amor físico en el arte. Generalmente, referirse a algo que posee un carácter erótico significa que puede producir excitación sexual, aquello que insinúa, aquello que exalta la sensualidad… Podría verse tal vez como una forma de expresión de deseo sexual.
A menudo, se ha querido diferenciar el erotismo de la pornografía, aunque a veces resulte difícil y los límites sean muy difusos (lo que es erótico para algunas personas puede ser pornográfico para otras). Quizás en la pornografía predomina lo sexual, lo vulgar, lo obsceno, el sexo explícito… Mientras en el erotismo se cuida más lo estético y lo sexual está solamente implícito.
Si buscamos en los orígenes de esta palabra, vemos que, para los griegos, “eros”, además de un dios, era un término que se usaba para referirse al deseo sensual, al amor erótico, más físico, carnal… frente al amor romántico.
Muchos tipos de arte han girado en torno al erotismo a lo largo de la historia: literatura, escultura, pintura, fotografía, cine… Sin embargo, la expresión del erotismo no es homogénea en distintos lugares del mundo ni épocas, sino que está influenciada por los valores de cada cultura y en muchos momentos fue censurado.
Además, el erotismo ha estado presente en diversas religiones, inclusive en la católica (así lo muestran, por ejemplo, algunos textos místicos de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús). También es bien sabido que existía un carácter erótico en los dioses de la Antigua Grecia. Y, por supuesto, el erotismo es evidente en el hinduismo, como muestra el popular tratado ilustrado, Kamasutra, y las esculturas eróticas de algunos templos hinduistas.
La literatura ha dado múltiples ejemplos de expresión erótica como El Decamerón de Giovanni Boccaccio y, posteriormente, los relatos de Giacomo Casanova, o del conocido Marqués de Sade.
Otro claro ejemplo de puro erotismo literario es Lolita de Vladimir Nabokov, que también fue llevada al cine:
«Lolita»
Anaïs Nin, escritora vanguardista francesa que exploró el erotismo en la búsqueda de libertad, decía que “el erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía”.
En las artes plásticas, el erotismo es patente desde tiempos remotos. Así, en el mundo egipcio ya existían manifestaciones artísticas eróticas en esculturas, murales y papiros (como el Papiro Erótico de Turín, cuyas escenas muestran una orgía entre hombres y mujeres).
Bien conocidas son las obras de numerosos pintores italianos del Renacimiento (como Miguel Ángel, Rafael o Leonardo da Vinci), donde el erotismo es representado a través de la desnudez.
No podemos dejar de mencionar a Picasso, ya que toda la obra del artista estuvo plagada de erotismo y además una de sus pinturas, Mujeres de Argel (versión O), se convirtió en el cuadro vendido en subasta por el precio más alto de todos los tiempos.
Numerosas pinturas que fueron censuradas en un tiempo pasado hoy se exhiben como auténticas obras de arte. Así sucedió con El origen del mundo, famosa y polémica obra de Gustave Courbet, que también es autor de otra pintura con marcado carácter erótico El sueño, donde aparecen dos mujeres desnudas abrazadas en la cama.
El erotismo está presente también en esculturas como El beso de Rodin, obsesionado con la desnudez como fuente de inspiración, que luchó contra el tabú del erotismo en el arte, y abordó en sus obras temas como la masturbación o la homosexualidad femenina.
Finalmente, como muestra de arte y erotismo actual os dejo un lugar para visitar, el parque Jeju Loveland, en Corea del Sur, plagado de esculturas increíbles que evocan erotismo por los cuatro costados.
Es indudable que el erotismo está presente en nuestras vidas, como una manifestación artística de la sexualidad humana. Algunas obras de arte pueden tener un marcado carácter erótico, de la misma manera que el propio erotismo puede ser todo un arte.
Sea como sea, todo depende de la óptica de quien mira, pues el erotismo se encuentra en el imaginario de quien observa.
Imágenes que acompañan al artículo:
Portada: «El torso de Adele» de Rodin.
Interior: «El beso» de Rodin, «Papiro erótico de Turín», «El Sueño» de Courbet y escultura erótica del Parque Jeju Loveland de Corea del Sur.