¿Qué es el suelo pélvico?
Se trata de los músculos que sostienen los órganos que se encuentran dentro de la pelvis, como son vejiga, uretra, útero, vagina y recto. Cuando esta musculatura cede o se vuelve flácida, se altera la posición de dichos órganos. Por tanto, su debilitamiento puede dar lugar a prolapsos (caída de los órganos mencionados), problemas de incontinencia urinaria o fecal, problemas también relacionados con la sexualidad y dolor abdominal.
Después de la menopausia la disminución de estrógenos acentúa el problema en mujeres que no fortalecen esta musculatura, debido a la pérdida de colágeno que es lo que mantiene la elasticidad y firmeza de los tejidos de los órganos internos de la pelvis.
También después del parto estos músculos suelen quedar debilitados, de manera que toser o estornudar, por ejemplo, pueden dar lugar a incómodas pérdidas de orina.
¿Cómo fortalecer el suelo pélvico?
Aunque en principio podríamos pensar que practicar con frecuencia cualquier tipo de deporte debería ser bueno para estar en forma y, por tanto, también para fortalecer el suelo pélvico, esto es un error, ya que muchas deportistas sufren pérdidas de orina por la práctica física inadecuada. Deportes como correr pueden provocar debilitamiento pélvico. Ocurre al contrario con el yoga o el pilates, por ejemplo.
También algunos tipos de baile debilitan la musculatura pélvica, como el flamenco o el ballet. Ello se debe principalmente a los movimientos repetidos de impacto contra el suelo.
En cambio, existen bailes que ayudan a fortalecer el suelo pélvico, como sucede con la danza del vientre, debido a los movimientos suaves y repetidos que se realizan fortaleciendo la musculatura abdominal.
Por otro lado, son conocidos los llamados Ejercicios de Kengel,, que consisten en una serie de repeticiones de contracción y relajación de la musculatura pélvica. Entrenar estos músculos requiere de constancia (se deben realizar varias veces al día durante algunos minutos) y paciencia, es decir, las mejoras no son inmediatas sino que va a requerir unos meses de ejercicio continuado. Las mujeres embarazadas deberían comenzar a practicarlos durante el embarazo ya que después del parto es más complicado. Si se realizan de manera incorrecta pueden ser perjudiciales, por lo que es importante primero saber correctamente cuáles son los músculos que hay que trabajar (para localizarlos se puede probar a cortar el flujo de orina después de ya haber comenzado a orinar). Es posible practicarlos de pie, sentada, tumbada o mientras se llevan a cabo otras tareas del día a día como lavarse los dientes o hablar por teléfono.
Consisten básicamente en tres tipos de ejercicios:
1) contraer y relajar los músculos de la vagina y el ano con movimientos rápidos;
2) contraer, aguantando unos segundos, y relajar;
3) contraer empujando los músculos hacia dentro y relajar totalmente. Al comienzo es normal tener más dificultad y cansarse rápido, con la práctica se adquiere más fuerza para realizarlos y pueden ir aumentándose el número de repeticiones.
Numerosos estudios confirman los efectos beneficiosos del fortalecimiento del suelo pélvico en la sexualidad de la mujer, como pueden ser el aumento de la presión intravaginal durante el coito, mayor facilidad para alcanzar orgasmos y mayor intensidad de los mismos, más deseo y satisfacción sexual. Esto es debido principalmente al aumento de la circulación sanguínea de la zona y a la mejora de la tonicidad de la musculatura pélvica.
Las bolas chinas, son también grandes aliadas de la mujer para tener un suelo pélvico óptimo, mejorando también las relaciones sexuales. Su mecanismo de vibración interna al golpear una contra otra, así como el esfuerzo de la musculatura para sostener las bolas, hace que se fortalezca bastante el suelo pélvico.
Es importante saber prevenir el debilitamiento de estos músculos y es que, como en todo, prevenir suele ser mejor que curar, ya que tener el suelo pélvico fuerte nos va a evitar muchos problemas.
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