Dicen que en la variedad está el encanto y tenemos que decir que al pene le sobra, ya que no hay dos iguales. Los hay gruesos, delgados, con curva o sin ella, pequeños, grandes, etc. Cuando se habla del pene surgen muchas dudas y complejos, pero lo más importante es tener claro que todo pene tiene su encanto y dejar los complejos a un lado para poder disfrutar de la sexualidad al 100%. Mi intención es mostraros las formas de pene más frecuentes que nos podemos encontrar y algunas posturas que pueden ayudar a disfrutar y sacar el máximo provecho de vuestra sexualidad según cada tipo.
Pero antes de continuar, me gustaría hablaros un poco sobre el tamaño del pene ya que es una cuestión que preocupa bastante. A pesar de la insistente información que existe al respecto y de los intentos por desmitificar la importancia del tamaño del pene, parece ser que la frase “el tamaño no importa”, no ha calado lo suficientemente hondo en la sociedad actual. Prueba de ello es el elevado volumen de consultas que aún a día de hoy se realizan sobre este tema a especialistas como urólogos, psicólogos-sexólogos, páginas web y manuales de Sexología entre otros.
Pues bien, cuando hablamos del tamaño del pene hay que considerar tanto la longitud como el grosor. En cuanto a la longitud, si tenemos en cuenta que la zona más sensible de la vagina es la correspondiente al tercio más externo o tercio inferior, la longitud tendría poca importancia. Además, la mujer cuenta también con otras zonas bastante más erógenas (como el clítoris) que el interior de su vagina, prácticamente carente de terminaciones nerviosas.
Por otro lado, si hablamos del grosor o diámetro del pene, nos encontramos ante la misma situación. El grosor únicamente importaría si se desea friccionar o masajear la zona exterior de la vagina, con lo cual simplemente bastaría con introducir la zona del glande y poco más. Sin embargo, las paredes vaginales apenas son sensibles a la estimulación proporcionada por el grosor del pene en comparación con otras zonas erógenas de la mujer. De hecho, la biología de la mujer es así entre otros motivos porque, de lo contrario, un parto resultaría tremendamente más doloroso.
Además, creo que es importante recordar que el tamaño del pene en reposo no es en absoluto relevante, ya que éste puede duplicar su tamaño al pasar del estado de reposo al de erección. Incluso lo más habitual es que los penes que en estado de reposo son más pequeños aumenten más de tamaño durante la erección. Y aquí surge una primera clasificación de los penes según su variación de tamaño durante la erección:
Tipos de pene según su tamaño antes de la erección
- Pene de sangre: son esos penes que en reposo suelen ser pequeños, pero que al excitarse y darse la erección crecen considerablemente, llegando a triplicar su tamaño. Esto se debe a que el pene es un cuerpo cavernoso y en este tipo de penes las paredes cavernosas son más grandes y por tanto pueden acumular más sangre durante la excitación. Suele pasar con los penes que son más pequeños en su estado normal. También se les ha denominado growers.
- Pene de carne: Conocidos también como showers, son esos penes que en estado de reposo tienen un tamaño considerable, pero a la hora de la erección apenas se percibe cambio en el tamaño. Esto sucede porque las paredes cavernosas de estos penes son más pequeñas y no pueden acumular la suficiente sangre, lo que hace que durante la erección el aumento de tamaño no sea tan considerable.
Tipos de pene según su forma
Según la forma del pene, podemos hablar de cinco que serían las más frecuentes:
Pene lápiz
Es la forma de pene más común. Se trata de un pene recto y algo puntiagudo hacia el final. Estos penes estimulan de manera homogénea la vagina por lo que, posturas clásicas como el misionero o la cucharita, pueden ser ideales. Por otro lado, es una de las formas más adecuadas para practicar el sexo anal, ya que se va a adaptar perfectamente al tener el glande el mismo tamaño que el resto del pene.
Si la penetración es profunda podemos encontrarnos el inconveniente de que si es demasiado largo, puede resultar doloroso al chocar con las paredes vaginales. Lo ideal es ir poco a poco, descubriendo con que postura os sentís más cómodos.
Pene curvo
Es también bastante común. Como su nombre indica, son penes que tienen una ligera curvatura y que pueden dar mucho placer. Gracias a su forma pueden estimular más fácilmente el punto G de la mujer y por tanto asegurar el orgasmo y el placer.
La postura a elegir según la curvatura puede ser: misionero: si está curvado hacia arriba, cucharita: si lo está hacía un lado, y el perrito si la curvatura es hacia abajo. Además, si conseguimos el ángulo adecuado, se podría conseguir una felación mucho más profunda con este tipo de pene.
En este caso, podemos hablar de dos inconvenientes. Por un lado, el sexo anal puede resultar molesto por su forma curvada, aunque siempre podemos ayudarnos de un lubricante e ir probando. Por otro lado, al igual que pasaba con el pene lápiz, el pene curvo puede resultar doloroso en algunas posturas si choca con las paredes vaginales, aquí es fundamental ir probando diferentes posturas para comprobar con cuál os sentís más cómodos y os resulta más placentera.
Pene cono
Su forma es más ancha en la base y se va estrechando hacia la punta.
Favorece una entrada más suave y gradual que en otras formas de pene, ya que se introduce primero la parte más estrecha. Además su base más ancha estimula la entrada de la vagina. Esto hace que sea ideal para penetraciones profundas, por tanto las posturas idóneas son las que permiten una mayor profundidad, como puede ser el perrito o la cucharita. Eso sí, con este tipo de forma, encontrar el punto G puede requerir más esfuerzo.
Pene seta
Estos penes tienen el glande más ancho que el tronco y la base, similar a la forma de una seta. Es un pene bastante atractivo visualmente. Su forma es la ideal para realizar una felación, ya que su glande más grande y sensible facilita el jugueteo con el mismo, además de proporcionar gran placer al chico.
En este caso, las posturas que pueden resultar más placenteras son las de menor profundidad. El primer tercio de la vagina es el que tiene más terminaciones nerviosas, asique acariciar con su glande esta parte de la vagina puede resultar realmente placentero para la mujer. Lo ideal es que se detenga en la parte más externa de la vagina y disfrutar de las sensaciones.
Su principal inconveniente es que el sexo anal puede resultar más complicado de realizar. Además si en tu caso te cuesta trabajo lubricar y que la vagina dilate, esta forma puede dificultar la penetración. En ambos casos es recomendable el uso de un lubricante con base en agua.
Pene plátano
Se trata de un pene más estrecho en la base y en la punta, con un tronco más ancho. Podríamos decir que es el pene ideal y con menos inconvenientes.
Su punta estrecha permite una penetración suave y al estrecharse la base también no es molesto durante la penetración profunda. Además el tronco más ancho estimula las paredes vaginales. Por tanto, aquí tiene cabida cualquier postura sexual, solo tenéis que experimentar para comprobar cuál es vuestra preferida. Puede ser interesante probar posturas en las que se tengan las piernas juntas y apretadas mientras él penetra desde atrás.
“No hay placer que dure si no es reanimado por la variedad”
Publio Siro