¿Por qué es importante la Educación Sexual Integral?

¿Por qué es importante la Educación Sexual Integral? Pues porque nos empodera, destruye mitos, prejuicios y actitudes negativas asociadas al sexo. De todas estas razones, y otras, nos habla nuestra nueva colaboradora la psicopedagoga y sexóloga Belén Bueno. ¡Bienvenida Belén!

La Educación Sexual Integral (rigurosa y científica, e impartida por profesionales sexólogxs) es fundamental porque nos empodera, destruyendo mitos, prejuicios o actitudes negativas asociadas al sexo. Existen valores muy restrictivos que perpetúan esos mitos y actitudes, y que influyen en el bienestar y salud (tanto física como emocional) de las personas. Con este tipo de educación romperíamos esos mitos y prejuicios que pasan, desgraciadamente, de unas generaciones a otras. La Educación Sexual puede transmitirse a través de modelos educativos tradicionales (hechos heredados de la familia o los iguales) o modelos educativos científicos (hechos probados). Para no perpetuar esos mitos, prejuicios o actitudes negativas se precisa, por tanto, el modelo científico porque, aun sin ser conscientes de ello, educamos en sexualidad con nuestras actitudes y nuestro ejemplo. Mejor será compartir conocimientos con base científica que opiniones, creencias o miedos.

Recibir educación sexual favorece el desarrollo de unas relaciones igualitarias y más respetuosas. Imagen: Wikipedia

Enriquecer la educación que recibimos de nuestra familia con el modelo científico que imparten lxs sexólogxs sería lo más recomendable.

Además, es importante plantear la Educación Sexual desde el marco del Hecho Sexual Humano (HSH), atendiendo las dimensiones de la sexualidad humana: la sexuación, la sexualidad y la erótica. El HSH lo vivimos como proceso mediante el que nos vamos desarrollando, relacionando y expresando como seres sexuados.

¿Por qué es importante?

Recibir Educación Sexual también hace que nos centremos en el autocuidado, tanto en el plano físico (ITS, embarazos no planificados…) como en el emocional (autoestima, salud mental, relaciones no tóxicas…). Favorece, además, que a la hora de relacionarnos lo hagamos desde la responsabilidad afectiva y promoviendo unas relaciones más respetuosas e igualitarias.

Hace que sepamos diferenciar entre identidad de género, expresión de género y orientación sexual, tanto para entender mejor la complejidad y diversidad sexual en la naturaleza humana, como para no tener prejuicios sobre otras formas de vincularse, expresarse o entender el amor. No se discriminaría o rechazaría a las personas que no encajan en el modelo cisheteronormativo, y dejaríamos atrás la LGBTIfobia, pues tendríamos una mentalidad más abierta, respetuosa y tolerante. Muchas veces, se rechaza o prejuzga aquello que no conocemos o que nos resulta diferente a nosotrxs. Por eso, se necesita tanto este tipo de educación.

¿Conoces cuáles son tus derechos sexuales y reproductivos? Imagen de UNAF.org.

Además, entenderíamos que el sexo es nuestra condición sexuada, pues somos seres sexuados, y que la sexualidad es la vivencia y puesta en práctica de dicha condición. Sabríamos que la sexualidad es una construcción y proceso personal de naturaleza BioPsicoSocial en la que desarrollamos nuestra identidad de género, la orientación sexual, la vinculación afectiva y el erotismo. Y que la sexualidad está presente en todas las etapas de la vida, desde que somos concebidos hasta que morimos, pues es inherente al ser humano. Así que, dicha educación promovería, por tanto, la salud sexual en todo el ciclo vital y permitiría que conociéramos y defendiéramos nuestros derechos sexuales.

¿Qué más nos aporta la ESI?

Prevendría situaciones de maltrato, abuso o discriminación.

Es un tipo de educación que defiende el feminismo para una igualdad efectiva entre mujeres y hombres; que fomenta las relaciones sexuales placenteras; que te impulsa a respetarte y amarte tal cual eres, y que te da la libertad de ser tú mismx. La Educación Sexual no es promover el inicio de las relaciones sexuales, sino proveer información rigurosa y científica sobre salud sexual y derechos sexuales.

No es una forma de adelantar procesos o quitarle la inocencia a lxs niñxs y adolescentes, sino empoderarlxs para autoconocerse, respetarse a sí mismxs y a lxs demás, ser más empáticxs, aprender a decir no y mejorar su autoestima, entre otras muchas cuestiones. Con este tipo de educación abandonaríamos el «discurso normativo del sexo», basado en el coitocentrismo, la heteronormatividad o el falocentrismo, pues comprenderíamos que la sexualidad humana es un abanico mucho más amplio, abierto y diverso. Hablar de sexualidad supone hablar de la esencia misma del ser humano. Se debe hacer de forma rigurosa, científica, inclusiva e igualitaria para tener control sobre nuestro cuerpo; aprender valores; saber transmitir inquietudes, deseos y límites; conocer la importancia del autocuidado (tanto físico como emocional), y la relevancia del consentimiento en las relaciones, siendo, así, más asertivxs y responsables con nuestra vida, salud y vínculos.

La Educación Sexual Integral (ESI) es un derecho humano que permite el desarrollo de una sexualidad plena y saludable. Imagen: educagenero.org.

Por todo esto, reivindiquemos la Educación Sexual Integral (ESI) en nuestro sistema educativo y nuestras vidas como un derecho sexual que tenemos todas las personas, ya que poder decidir sobre nuestro cuerpo, nuestra salud, nuestra vida sexual y nuestra identidad es un derecho humano que permite el desarrollo de una sexualidad plena y saludable. No se la puede tratar como tema tabú, o darle connotaciones negativas. Y, adaptada a cada edad, la ESI es un valor fundamental.

¿Quiénes avalan este planteamiento?

La primera Declaración de los derechos sexuales fue proclamada en el XIII Congreso Mundial de Sexología en Valencia (1997) y, en el XIV Congreso Mundial de Sexología en Hong Kong (1999), fue revisada y aprobada por la Asamblea General de la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS). Se estableció que los derechos sexuales son derechos humanos universales basados en la dignidad, libertad e igualdad, e inherentes a todos los seres humanos. Entre los derechos que se declararon, están el derecho a la información basada en el conocimiento científico, el derecho a la atención de la salud sexual y el derecho a la Educación Sexual Integral.

Posteriormente, la OMS (2000) declaró explícitamente que dichos derechos sexuales son derechos humanos fundamentales y universales.

No se puede dar a la educación sexual connotaciones negativas. Adaptada a cada edad, la ESI es un valor fundamental. Imagen: Diario Digital Femenino.

¿Qué podemos hacer?

España está a la cola de Europa en Educación Sexual, así pues, luchemos todxs juntxs por que se dé este tipo de formación en todos los centros educativos (formación a niñxs y adolescentes) y centros sociocomunitarios y sanitarios (formación a adultos que deseen recibir información sobre salud sexual), para que toda la población, de cualquier edad, pueda tener acceso a ella. Los beneficios de recibirla son múltiples y muy importantes, por ejemplo: se eliminarían estereotipos y, con el tiempo, avanzaría la igualdad de género; se tomarían mejores decisiones que afectan a nuestra salud sexual, como protegernos de las ITS o prevenir embarazos no planificados; se vería la sexualidad como algo natural y como un valor, y no como un tema tabú en nuestra sociedad; se prevendría el abuso o el bullying; se respetaría la diversidad sexual y relacional; mejoraría la comunicación entre las personas; se normalizaría la vivencia de la sexualidad a lo largo de todo el ciclo vital; incluso, se podría formar al profesorado en esta temática o promover las escuelas de madres y padres donde se trabajasen estos contenidos, entre otras muchas cosas que ya hemos ido mencionando y que nos benefician a todxs.

Y, por último, recordemos el motivo principal de luchar por su presencia en el currículo escolar de niñxs, adolescentes y jóvenes, y en la oferta educativa de centros sociocomunitarios, sanitarios y entidades sociales: la Educación Sexual Integral es un derecho humano que nos empodera y hace libres.

 

En UK la Educación Sexual se hace a partir de los 5 años. Cuando tú dices esto, la gente se escandaliza porque piensa en términos de adulto, con su mirada viciada sobre lo que les han dicho que es el sexo. En este país la Educación Sexual es muy escasa

Valérie Tasso, Sexóloga, Escritora y Conferenciante

 

 

 

 

 

 

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