Hemos hablado en ocasiones anteriores del BDSM y sus principios, sin embargo, en esta práctica es la parte del juego físico la que más se conoce. Así si decimos juego consensuado, uso de instrumentos de flagelación, spanking, utilización de pinzas, cuerdas… si hemos leído un poco sobre BDSM sabemos a lo que nos referimos.
Hoy hablaremos de ese control y sometimiento a nivel mental.
¿Sumisión mental o física?
Dentro del mundo del BDSM este tipo de juego de rol mental no es muy conocido, ya que estamos hablando de que el órgano principal para llevarlo a cabo es el cerebro, un gran desconocido incluso científicamente en cuanto al tipo de respuesta que pueda tener o que pueda desencadenar durante una sesión de esta práctica.
Recordaros algo muy importante y es que lo primero que hay que hacer antes de practicar la dominación y sumisión mental es consensuar entre las partes. Es necesario elaborar y acordar el contrato, establecer si están permitidas ciertas prácticas (bondage, pinzas, marcas, y otras) y, por supuesto, incluir en esta lista los juegos mentales. Incluso debemos verificar, antes de iniciar la sesión, si la parte sumisa ese día se encuentra disponible para llevar a cabo el juego, que se siente bajo los principios básicos de bienestar, seguridad y comodidad, asegurándonos que recuerda la palabra de seguridad.
Jugar con la mente podríamos decir que es como ejecutar un baile entre Dominante y sumiso, es una unión intensa entre un Amo/a y su sumiso/a. Aquí no se lleva a cabo ninguna entrega material o tangible, ni siquiera sexual, sino que estamos hablando de un control sobre la actitud. Es un nivel superior de BDSM. La dominación mental se logra cuando la parte sumisa obedece aún más allá de la presencia del Amo. Os pongo un ejemplo; el Amo da orden a su sumiso/a para que permanezca de rodillas y, aun dejándole solo o sola, al volver éste/a se encuentra exactamente en la misma posición, aunque hubiese podido moverse o descansar porque no estaba bajo su mirada.
Más allá de la obediencia del sumiso, la dominación física no va acompañada necesariamente de dominación mental, en la que hablamos de una verdadera conexión en la relación de dominación/sumisión, y no porque exista una consecuencia o castigo de por medio y se tenga que obedecer, sino porque la obediencia no se convierte en una decisión, fluye de forma natural. Esto no sucede fuera del juego físico, es decir, los que lo practican no llevan una relación de dominación y sumisión en su vida cotidiana, es una situación que se origina justo en el momento de poner el collar y comenzar con el juego y que termina cuando el sumiso indica que ha terminado la sesión.
Dentro de la ética del BDSM, en la que se busca el equilibrio de las relaciones personales, cuando el Dominante recibe la entrega de la mente sumisa adquiere una gran responsabilidad al ser digno recipiente de dicha entrega y debe contribuir a su crecimiento y desarrollo personal de manera positiva en todos los aspectos. Con esto quiero decir que es una práctica que atañe a personas responsables y sanas, que respetan a su sumiso/a y ejercitan una actuación ética y digna.
Por lo tanto, para poder ejercer la dominación mental el individuo debe contar con ciertas características en su personalidad y un gran control de sus emociones. Debe poseer características propias de dominación mental habiendo trabajado en sí mismo antes de poder jugar con la mente de otras personas, existiendo para ello determinados test de autoconocimiento y autocontrol de los sentimientos y las emociones. Por ejemplo, este tipo de dominación esta contraindicada para personas celosas en las que sus emociones controlan sus acciones, que no saben cómo canalizar las emociones y culpan a su pareja o a otras personas de lo que sienten o de lo que les pasa.
Cómo se logra la sumisión mental
La sumisión mental se logra como resultado de todas las sumisiones. El Amo «El Faro» mencionaba que, para llegar a la sumisión mental, el o la sumisa requería una introspección profunda, analizando frecuentemente su mundo interior, sus emociones, sus miedos, sus dudas, meditando sobre cómo mejorar su comportamiento. Para ello la parte sumisa emplea diarios, meditaciones y mucho diálogo con su Dominante.
Otra cuestión muy importante para lograr los estados de sumisión mental es la repetición y la permanencia de la sumisa en el llamado subespacio (trance alterado de conciencia) que hace que se logre este estado de sumisión ya que la mente se encuentra mucho más maleable. Este estado puede deberse, como ya es bien conocido y os hemos hablado en otras ocasiones, a las hormonas segregadas por el cuerpo, entre ellas las endorfinas.
Recordemos también que los sumisos/as no son personas sin voz ni voto, al contrario, tienen una gran parte de responsabilidad en el juego ya que, a al decidir participar en él, además de abrirse aceptan la dominación por parte de quien hayan elegido, se autoresponsabilizan de las emociones, sentimientos y pensamientos que puedan fluir (enojo, tristeza, etc…) debiendo ser capaces de poder expresarlos posteriormente.
La sumisión mental es el estado superior y último de las sumisiones, la más maravillosa y placentera de ellas, pero también es la más delicada y con más riesgo de sufrir daño, por lo tanto deberá practicarse dentro de un sistema estructurado de dominación. El objetivo principal es la creación de un proceso de retroalimentación emocional positiva en la pareja BDSM y su finalidad es lograr un aumento progresivo en la calidad de la unión, creando un clima de mutua entrega y confianza.
Es natural entonces que entre personas sanas esta dinámica cree una progresión en sentido ascendente de la relación, basado en la pedagogía positiva que como bien se sabe consiste en un reconocimiento positivo con los incentivos, la persuasión y la alabanza, que son más eficientes y provechosos que el refuerzo negativo (gritos, amenazas y castigos). Los objetivos que se persiguen son siempre de crecimiento personal, ya que no se trata de ver cuántos azotes se pueden aguantar, cuánto control tiene una persona sobre sus orgasmos o cuán sometida puede estar.
La opción más ética en este juego consiste en dejar que la sumisa fije sus objetivos sobre los que el Dominante podrá sugerir, nunca imponer, las modificaciones que estime y que deben ser meditadas por ambos. Una vez que el sumiso/a haya expresado su deseo firme de conseguir estas metas, solo entonces, este objetivo pasará a ser un deseo de la parte sumisa ayudándole el Amo a cumplirlo. La parte sumisa espera que su Amo/a sea quien se encargue de sistematizar, esquematizar, trazar el camino claro y sencillo para conseguir el objetivo y así sucesivamente ya que, una vez alcanzado, el Amo estimulará para lograr el siguiente. Estos objetivos no solo son referidos a los que podáis pensar dentro del juego de rol sino pueden ser, por ejemplo, mejoras de hábitos que incidan en la salud (como ejercicio, buena alimentación, etc..) u otros.
Una sesión equilibrada consiste en estimular y reafirmar a el/la sumisa viendo cómo responde con actitudes que agradan a su Amo/a mediante las prácticas consensuadas. Si el Amo/a no respeta los límites o las áreas vedadas (entornos que el sometido ha vetado, como pueden ser familia, trabajo o economía) este proceso iría en detrimento, absorbiendo la energía del sumiso/a hasta convertirlo en un ser triste y sin energía propia, denigrado.
En conclusión, esta práctica no solamente tiene una finalidad erótica y de juego. Sus practicantes lo perciben como terapéutico ya que para lograrlo hay que realizar un amplio trabajo de autoconocimiento, introspección, meditación, autocontrol, gestión de las emociones, autoresponsabilización de sí mismo, cuidado de la pareja, comunicación y retroalimentación después de las sesiones, así como un importante descanso de la mente.
Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.
9 comments
Debo confesar que es un mundillo que respeto, pero que no acabo de entender los comportamientos humanos de tal manera que alguien se deje dominar de tal manera.
Pero en tu artículo das unas claves concretas para que alguien (sea hombre o mujer) se deje dominar al antojo de otro.
Me gustó mucho.
Felicidades.
Un saludo y feliz semana!
Querida Carla,
¡¡¡Gracias por comentar!!! La clave, como bien indica Gret, reside en el consenso, el consentimiento y el respeto. Es un juego más dentro de la práctica sexual, un juego en el que hay que tener mucha responsabilidad y requiere de confianza plena en la pareja.
Muchos besos!!!
Hola Carla qué gusto leerte como siempre, siempre me gusta decir que el BDSM no es para todos, es verdad que es un juego mental siempre el de la dominación y sumisión, habrá personas que se sienten que encajan más en uno o en otro sin importar que sean hombres o mujeres.
Lo que es muy importante tener en cuenta es que solamente es un juego, nadie absolutamente nadie en la vida cotidiana debe adoptar estos roles ni permitírselo a nadie, Precisamente por eso se le llama juego de rol, y a muchas personas precisamente eso es la fuente de su placer y su excitación, así como a los niños podría gustarles jugar a policías y ladrones y algunos les gusta más ser siempre el policía o a veces cambiar, a quien le gusta jugar a la mamá y a veces jugar a ser el hijo o hija o siempre el mismo papel, así sucede con nosotros los adultos, incluso suele suceder en la vida cotidiana cuando una persona tiene un puesto directivo o muy dominante en su vida, le gusta jugar a que alguien le domine en el ámbito sexual para poder llevar la mente a un area de descanso…
Gracias por tus comentarios como siempre y que tengas una excelente semana!!!
Carla Mila, creo que nadie busca ser dominado, ni controlado de esa forma, ya que es una reaccion natural el ser independiente y tomar tus propias decisiones
Pero tambien es natural que la gente busca seguridad en lo que hace, busca certezas, incluso el instinto basico de tener una meta en la vida se reduce a sentir una «orden» de como debes enfocar tu vida.
Cuando las personas se dan una oportunidad de buscar en su interior sus deseos mas profundos, sus perversiones mas intensas, esa necesidad de sentir certeza en lo que hacen, es cuando acuden al bdsm, sea como dominante o sumiso.
Y es en esos momentos donde por un instante al menos, estan seguros de lo que quieren, y una parte de muy dentro de ellos puede salir a flote, ya no hay dudas porque se encuentran ellos mismos, podria decirse que es una experiencia catartica, donde pueden enfrentar miedos, deseos y su interioridad plenamente.
No se trata de solo obedecer ordenes o darlas, si no, de encontrarse a uno mismo y a tu pareja.
Qué interesante! La verdad me gustaría probar algún día. Ojalá nos comentes, Gret, más de los objetivos. Pienso que sí eres nueva siendo sumisa, no sabrás muy bien que deseas lograr, o quizás no estés segura de todo. Nos puedes dar más ejemplos de esta sumisión mental?
Un ejemplo, podría ser, cuando se feminiza a a!guíen que se !e ordena cómo lucir, qué hacer e incluso cómo salir? Muy seguramente estoy equivocada, por eso mejor pregunto pero pienso que la feminización es algo parecido a la Dominación sumisión mental
Querida Mónica,
Claro que dentro de la sumisión mental incluye el cómo vestirse (siempre dentro de esas metas negociadas y consensuadas) ya indica nuestra autora que el objetivo final no tiene por qué ser el juego sexual, a veces los individuos marcan pautas de crecimiento personal o incluso físico.
A ver qué nos dice nuestra experta en BDSM Gret de Lou. Muchos besos. Te queremos.
Hola !
Gracias por el mensaje. Yo también l@s quiero y adoro!!!
Es cierto, qué rico e interesante crecer así con la ayuda y compañía de alguien más que con consenso, nos ayude además de crecer, amarnos y descubrirnos
Hola Mónica buenas tardes!
Encantada de leerte como siempre, precisamente en la parte inicial del consenso es muy prematuro cuando te inicias como sumisa trabajar con la sumisión mental, incluso creo que no se debe de hacer con parejas que son ocasionales y que además llevan poco tiempo practicando los juegos de dominación y sumisión, el progreso de una sumisión mental prácticamente se va dando solo, con parejas que van evolucionando y se van conociendo, además el Amo se va ganando la devoción y muchas veces el amor de la sumisa cuando son pareja mediante el cuidado y que incluso hay una habilidad hasta de leer su mente prácticamente. Un ejemplo muy bueno de sumisión mental pueden ser las obediencias a distancia, resulta que a nivel terapéutico se llega a emplear, supongamos que hay alguien que necesita bajar de peso o controlarse por algún tema de diabetes y le cuesta mucho trabajo respetar sus rutinas, ejercicio o alimentación, el trabajo mental se utiliza de forma positiva en la que el amor dentro del contrato o del convenio le ordena una alimentación saludable rutinas de ejercicio etc. y aunque su amo no le ve está obedece… es muy curioso cómo se da ese condicionamiento automático, es capaz de cambiar comportamientos para bien. Otros practican el dejar a una sumisa en posición de meditación o encerrada por un largo rato y ella trabaja en introspección por ejemplo …
Te mando un gran abrazo y espero haberte orientado un poco más !!
Gret de Lou
Hola Gret!
Encantada y agradecida contigo por tu respuesta. Qué interesante y excitante eso de la sumisión como terapia y para cambios positivos. La verdad que se me hace bastante bueno y me queda más claro todo ahora. Muchas gracias,Gret