Hoy os invito a que conozcáis cómo una famosa psiquiatra y analista junguiana, Jean Shinoda Bolen, descubrió que hay modelos de comportamiento, específicamente femeninos, que se activan en las mujeres y cómo éstos han sido rechazados y juzgados por el patriarcado. Fue capaz de llevar a cabo una maravillosa conexión natural entre las mujeres y las diosas de la mitología griega reivindicando, en un amplio y profundo estudio, un gran paralelismo entre ellas.
En lo personal, como sexóloga y dedicándome durante 17 años a trabajar con mujeres en su etapa perinatal, me percaté de este informe en Madrid, donde volví a descubrirla. Tanto a mí, como mi socia de aquel entonces, una gran matrona, nos gustaba hacer paralelismos entre la mitología y las mujeres que tratábamos. Esta semejanza acabó sirviéndoles para llevar a cabo, terapéuticamente hablando, procesos muy importantes de su vida. Más adelante, en mi desarrollo profesional hacia la sexología, he vuelto a encontrarme con su trabajo, reconectando de nuevo con todos sus estudios.
Os preguntaréis cómo las diosas de la mitología pueden clínicamente ayudarnos a trabajar nuestra esencia de mujer, a descubrir y a explotar nuestros potenciales, a autoconocernos, a hacer las paces con nosotras mismas y, sobre todo, a florecer y explorar todas esas deidades que hay dentro de nosotras.
Empecemos a explicar qué son los arquetipos: son modelos de personalidad que existen en psicología, según Carl Jung, para definir pautas de comportamiento y rasgos de la personalidad. Las mujeres suelen acudir a terapia porque se encuentran en situaciones dicotómicas en su vida. Pueden estar confundidas, buscar el poder, ser mejor protagonistas de sus propias vidas o quizás intentar resolver algún conflicto de su personalidad, deseo o sexualidad. En pocas palabras, buscan entender y cambiar cosas. Pero, ¿qué tienen que ver las diosas de la mitología con todo ello?
Las 7 diosas arquetípicas ayudan a invocar las energías, como parte de la identidad, que ya viven dentro de cada una de nosotras. De hecho, desde que llegamos al mundo venimos con un rasgo de personalidad marcado que se verá influenciado por la familia en la que nacemos, la educación que recibimos, la cultura en la que nos desarrollamos, así como otros factores del entorno. Estos diferentes arquetipos de las diosas pueden, además, combinarse y tener más variantes (como la dicotomía virgen-puta-madre-amante).
Las diosas se reúnen en los siguientes grupos:
Diosas vírgenes: Artemisa, Atenea y Hestia
Las diosas vírgenes representaban la cualidad de independencia y autosuficiencia en las mujeres, es por ello que no podían enamorarse. Los apegos emocionales no las desviaban de lo que consideraban importante. Es clave señalar que a estas diosas no se les victimiza y tampoco sufren por amor. Estas tres diosas son arquetipos femeninos que persiguen sus metas de manera activa. No todas las mujeres utilizan sus atributos para conquistar, para seducir a su pareja, sino que usan esos potenciales para ser mucho más competentes y autosuficientes.
Diosas vulnerables: Hera, Deméter y Perséfone
Hera es la diosa del matrimonio y Deméter la de las cosechas y a la que se le considera como la diosa que inspira la maternidad. Perséfone es la doncella. En ellas encontramos representados esos papeles tradicionales en nuestra sociedad de esposa, madre e hija, los arquetipos «aceptados» y bien vistos en la sociedad patriarcal. Estos ideales están orientados, por supuesto, hacia las relaciones y su bienestar depende de una relación significativa y satisfactoria. Los vínculos, la armonía y la felicidad también serán dependientes de otras personas. Estos tipos de mujeres podrán enfermar a nivel psicológico cuando alguna de sus relaciones principales con este tipo de vínculos falla, ya sea en durante la maternidad, el matrimonio o con sus padres.
Claramente hay que trabajar este tipo de arquetipos para conseguir mantener el equilibrio, no abandonarse y promover el crecimiento interno y desarrollo personal.
Diosas alquímicas: Afrodita o Venus
Afrodita, Venus para los romanos, diosa del amor y de la belleza se encuentra en este grupo. Sabemos que era la más bella e irresistible de todas las diosas, pero también que era conocida porque tuvo muchas relaciones y aventuras. Su poder era crear amor, emanaba una impresionante atracción erótica, una profunda sensualidad y una gran conexión con la sexualidad. Si lo analizamos, esta diosa nunca ha sido victimizada porque todas las relaciones que creaba eran por decisión propia. Muchas mujeres se encuentran conectadas con este arquetipo, es inspiración de muchas otras para la seducción y la sensualidad pero sobre todo es creadora de amor. Es una realidad que también Afrodita nos ha dado la lección del amor propio, de hecho mi cuadro favorito es «La Venus del Espejo» en el que Cupido sostiene un espejo en el que la diosa del amor se puede ver reflejada, entendiendo esta analogía en que todos relacionamos a Cupido como quien va a encontrar el amor para nosotros y, sin embargo, le muestra a la diosa del amor que no hay amor más grande que ella misma.
Diosa y mujer
Como decíamos anteriormente, estos patrones o arquetipos internos son los responsables de que algunas mujeres puedan ser tan distintas de otras y de ellas mismas, en idénticos momentos de sus vidas. Hay quienes sienten vivir una etapa de caos, algo que tiene mucho que ver los juicios morales y sociales, y otras son completamente felices y realizadas dentro de una relación monógama o en un matrimonio feliz y con hijos. Encontramos mujeres que se consideran completamente independientes, que sienten que avanzan mucho mejor solas. Para ellas tener relaciones y vínculos afectivos permanentes merma su energía pero, sin embargo, viven con intensidad sus relaciones eróticas y sexuales, llegando incluso a tener alguna relación estable pero dejando de lado eso de ser «buena esposa», algo que no va con ellas. Encontramos otras mujeres que buscan intensidad emocional, vivir continuamente nuevas experiencias, cambiar de relaciones constantemente, lo que les proporciona vida y creatividad, incluso en sus proyectos del día a día.
Una mujer puede ser fiel, con bastante semejanza a un arquetipo, durante un determinado periodo de tiempo o incluso durante toda su vida. En una misma faceta de la vida pueden coexistir dos o más diosas, es decir, encontrarnos en sensaciones dicotómicas por momentos. Por ejemplo, podemos estar en conexión con la diosa Deméter que es sumamente maternal, identificándonos como madres unos días o por momentos y, por otro lado, sentirnos eróticas, sensuales y conquistadoras, como Afrodita, siendo mujeres multifacéticas.
Las diosas tienen sus polaridades, por lo tanto el trabajo del conocimiento de las mismas, de sus características positivas y negativas nos ayudará a comprendernos mejor y a comprender la forma de relacionarnos con los hombres, con otras mujeres, con la familia y a entender cómo somos como madres, amantes o hijas.
Aquí todas las mujeres y todas las deidades tienen cabida: la que como Afrodita siente que necesita cuidar todos los detalles estéticos, desde la belleza de su entorno hasta de sí misma, que le encanta atraer, provocar a los hombres y tener distintas relaciones para estar viva. O también aquella como Hera, que su felicidad se encuentra en cuidar y proteger a su pareja, que se centra en el matrimonio y en que todo funcione y que, incluso, se siente mejor mujer estando en una relación cuidada. También es bienvenida aquella mujer que siente que la maternidad es el centro de su vida como Deméter y que su instinto maternal se encuentra a tope, quizás sin conectar mucho con su sexualidad. Y están aquellas mujeres que se encuentren despechadas, furiosas, celosas y con deseos de venganza como Hera humillada. Quizá Hestia vive en ti y te encanta preparar cosas para ti misma, como salir y darte una gran cena en un restaurante de lujo, o disfrutar en casa y darte un baño spa regalándote flores y bombones, sin necesidad de hacer todo esto por o con otra persona.
Te invito a leer más de diosas, o a trabajarlo en terapia, para conectar y disfrutar de tus energías y aplicarlas de forma espiritual, creativa y sexual en el día a día.
Bibliografía:
«Las diosas de cada mujer.» Autora: Jean Shinoda Bolen. Ed. Kairos
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Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.