¿Os imagináis estar en vuestra boda, felices y celebrando que por fin estáis casados, y que de repente, sin haberle invitado ni nada, aparezca vuestro jefe y os diga que ha venido a exigir su derecho a poseer a la novia la primera noche de bodas y que si te opones te matará a ti y a todo el que se interponga para evitarlo? Suena disparatado y repugnante ¿verdad? Pues esto es lo que ocurría en la edad medieval cuando los señores feudales hacían uso del “Derecho de Pernada” o “Ius Primae Noctis” (derecho de la primera noche).
Recuerdo claramente las sensaciones de coraje, rabia e impotencia que me invadieron al ver por primera vez la película “Braveheart”. Concretamente, esa escena en la que están todos y todas bailando y sonriendo y, repentinamente, aparece el representante del rey con sus súbditos, reclamando su derecho a “primae noctis”. Ante la trifurca que se monta y el miedo a que maten a su recién marido, la chica joven y bella se entrega en sacrificio y se va con ellos. Un momento de la película sobrecogedor que creo que a la mayoría, por no decir a todo el que haya visto esta película, le provoca gran repulsión o coraje. Es indignante ver como un hombre poderoso aprovecha su situación privilegiada para abusar de sus siervos en una ocasión tan especial como la noche de bodas y lo que esto supone. No olvidemos que en aquella época las mujeres mantenían su virginidad hasta el día de su boda.
Escena de Primae Noctis en «Braveheart»
¿Realmente existió o se trata simplemente de un mito?
Lo cierto es que hay poca información al respecto, de hecho no hay evidencia escrita sobre este derecho. Todo apunta a que se trataba de un uso abusivo del derecho feudal característico de la Edad Medieval, digamos que un “mal hábito o uso abusivo de poder”. Si investigamos nos daremos cuenta de que no existe ningún documento, informe o ley escrita que verifique que el derecho de pernada existió como tal.
Pero que no haya un documento escrito no quiere decir que no hubiera muchos privilegiados que aprovecharan su poder para someter a mujeres bajo su dominio, tratándose más de un abuso de autoridad o un crimen que de un derecho legal. De hecho, estas prácticas, sin ser legales, fueron impuestas como derechos informales de los patrones, por lo que comúnmente se realizaban ante la pasividad de padres, esposos y comunidad.
Por tanto, estamos ante una de las muchas costumbres medievales en las que los señores feudales querían dejar patente su poder sobre sus vasallos. Una muestra más de la pésima situación del campesinado que dependía de un noble feudal.
¿Cuál es su origen?
No se sabe con exactitud cuál es el origen de esta tradición, pero ha estado presente desde la antigüedad. Se cree que su origen se remonta a la tradición prerromana, pagana o germánica.
No podemos negar la semejanza de esta práctica con ciertos mitos clásicos griegos en los que los dioses abusaban sexualmente de humanas. Algo que en vez de ser una humillación, se veía como un honor ya que de esos abusos nacían héroes.
También algunos escritores clásicos hicieron referencia al derecho de pernada. El historiador Herodoto (484-425 a.C.) en su obra “4º Libro sobre la Historia” relató algunos hechos acerca de la tribu líbica de los adirmáquidas, diciendo que existía la costumbre de “presentar al rey todas las doncellas que estaban para casarse, y si alguna le agradaba, él sería el primero en poseerla”. Igualmente el filósofo griego Heráclides Póntico (S. IV a.C.), habló del gobierno despótico de la isla de Cefalonia, cuyo tirano exigía ser el primero en yacer con las novias el día de su boda.
Pero el origen del derecho de pernada medieval podría tener su antecedente directo en la costumbre germánica llamada “Beilager”. Según esta costumbre el señor tenía el derecho de pasar la primera noche de bodas con la recién casada, pero perdía este derecho a cambio de un pago en metálico.
Así la mayoría de los historiadores afirman que el Derecho de Pernada se daba pero consistía en el pago de un impuesto medieval al señor por haber autorizado el enlace de sus vasallos. Siendo tradicional en muchos lugares que el señor simulara el acto sexual o saltara encima de la novia para dejar claro su poder sobre los vasallos.
Aunque hay pocos textos legales que constaten la existencia de este derecho, sí que podemos decir que en la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486) se hace referencia directa a éste, lo que quiere decir que algo de verdad tenía que tener. En esta Sentencia Fernando El Católico pone fin a muchos de los abusos de la nobleza contra los vasallos. En concreto, esta sentencia acaba con este tipo de agresiones y establece que los señores feudales no podrán dormir la primera noche con la esposa del campesino, ni pasar por encima de ella, cuando esté echada en la cama como señal de poder.
«Ni tampoco puedan [los señores] la primera noche quel payés prende mujer dormir con ella en señal de senyoria»
“Ni tampoco puedan los señores, la primera noche que un campesino toma a su mujer, dormir con ella en señal de señorío”
Fernando el Católico
Sentencia de Guadalupe
- Imagen de portada «Derecho de pernada» de Ambrogio Lorenzetti
4 comments
Por lo que tengo entendido, creo que es más un “derecho” teórico, que una práctica real. Aunque imagino que más de uno quiso y lo puso en práctica.
Espero que disfrutes de estos días de fiesta.
Besicos
Así es Mary, fue más bien un mal hábito o un uso abusivo que un derecho real. Muchas gracias por pasarte por aquí.
Muchos besitos!!!
Gracias Loli por tu estupendo documento y por romper algún mito que otro.
La Edad Media fue una época oscura donde la misma supervivencia ya era complicada, especialmente para las mujeres.
Una vez más sufriendo la doble opresión de este machismo que pervive en otras muchas maneras. Ahí está el movimiento MeToo.
Un saludo.
Gracias a ti Fernando por pasarte por aquí y por tu trabajo diario¡¡
Un saludo¡¡¡