Probablemente alguna vez habrás escuchado la palabra “sadismo” y quizás también hayas oído hablar del Marqués de Sade. Pero ¿quién fue realmente y por qué su nombre dio lugar a un sustantivo?
Podría decirse que algunos personajes de la historia fueron rebeldes sexuales, que desafiaron los convencionalismos de su época y cambiaron la historia. Sin duda, Donatien Alphonse François de Sade fue una de esas personas. Así, mientras para algunos no pasa de un depravado, otros dicen que fue un visionario sexual y que su filosofía de libertad radical se adelantó a su tiempo.
Concretamente se trataba de un aristócrata francés, escritor y filósofo, que vivió entre 1740 y 1814, y que provenía de una familia muy respetada. Fue obligado a casarse por conveniencia con una mujer rica, sin embargo, todo el mundo sabía de su afición por salir con prostitutas. Los juegos de sumisión que mantenía con ellas le hicieron protagonista de diversos escándalos y le trajeron muchos problemas con la ley. Para evitar la prisión se trasladó de París a Lacoste, donde poseía un castillo que había recibido de su padre como regalo de bodas, y allí dicen que llevó al límite su vida sexual. Existen leyendas que cuentan que secuestró a varias jóvenes y las mantuvo en el castillo como esclavas sexuales.
También es famosa la historia de una de sus fiestas en Marsella, donde dio a varias prostitutas “cantárida” (un insecto que provoca una sensación de quemazón en la boca y la zona genital por lo que, aunque se toma como afrodisíaco, en grandes cantidades se vuelve tóxica). Al parecer la cantidad de afrodisiaco se le fue de las manos y acabó siendo procesado.
Además, sedujo a la hermana pequeña de su esposa y huyó con ella a Italia. Esto fue la gota que colmó el vaso para su suegra, que terminó convenciendo al Rey Luis XVI para hacer una orden de prisión contra el marqués. Fue entonces cuando estuvo encarcelado durante varios años en la Bastilla donde, como no podía llevar prostitutas, comenzó a escribir algunas de sus más conocidas obras: 120 días de Sodoma (1785), Justine (1791), y Juliet (1797).
Sin embargo, más allá de todo lo que se pueda pensar del Marqués de Sade, parece que en el fondo no era tan violento como se imaginaba, sino que se confunden los actos de crueldad, violaciones y asesinatos, que relata en sus obras, con su vida real. Sus torturas podían ser simplemente leer literatura pornográfica a otras personas, forzarlas a participar de orgías (algo habitual en la aristocracia) o a cometer actos de sacrilegio con imágenes cristianas (ya que era un ateo radical declarado).
Fue procesado una y otra vez por agresiones sexuales e inmoralidad, pasando casi un tercio de su vida en prisión, y terminó sus días en un manicomio.
Durante muchos años sus escritos se consideraron como vulgar pornografía, de manera que incluso estuvieron prohibidos en Estados Unidos hasta mediados del siglo XX.
No han existido muchas personas cuyo nombre diera lugar a un sustantivo común, pero el Marqués de Sade es una de ellas. Aunque el término sadismo no se hizo popular hasta inicios del siglo XX, cuando comenzó a ser usado en psiquiatría.
La palabra “sadismo” proviene del francés “sadisme” (sade + isme, ismo) y según la RAE se define como “perversión sexual de quien provoca su propia excitación cometiendo actos de crueldad en otra persona”. Tal vez esta sea una definición un poco obsoleta, derivada del hecho de que por mucho tiempo fuera un concepto que la psiquiatría englobaba dentro de las llamadas perversiones sexuales (que hoy en día se conocen como parafilias, y en muchos casos pueden ser conductas sexuales inofensivas).
Marqués de Sade
Video de Casandra Ríos
En el contexto actual, el sadismo se relaciona con otras prácticas sexuales como Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión y Masoquismo (conocidas como BDSM). Aquí, el término sadismo se aplica al hecho de obtener placer sexual al causar dolor en otras personas, un dolor voluntario y consensuado, un dolor que podría ser tan leve como unos azotes en el trasero (que seguramente habréis probado alguna vez).
Para finalizar os dejo con una frase del Marqués de Sade que podría aplicarse a nuestra vida sexual: “Vamos a darnos indiscriminadamente a todo lo que sugieren nuestras pasiones, y siempre seremos felices… La conciencia no es la voz de la naturaleza, sino sólo la voz de los prejuicios”