Del mismo modo que actualmente en algunos lugares del mundo aún están prohibidas las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, aunque parezca mentira, hubo un tiempo (no muy lejano) en el que tampoco se permitía el sexo entre personas con diferente color de piel.
En efecto el tono de la piel, igual que la orientación sexual, también ha estado sujeto a exclusiones para mantener un orden sexual dentro del sistema de dominación social. Es decir, a lo largo de la historia han existido numerosas restricciones sobre el cómo y con quién son legítimas las relaciones sexuales. Así el sexo entre personas de distinto color, no sólo ha estado mal visto, sino que ha sido regido por el sistema legal.
Muestra de la segregación racial fue el Apartheid de Sudáfrica, que duró desde 1948 hasta 1992, institucionalizando la división entre blancos y negros, por lo que entre otras cosas estaba prohibido el matrimonio y las relaciones sexuales entre ellos.
Otro ejemplo lo encontramos en Estados Unidos, donde tras ser abolida la esclavitud, la segregación racial continuó siendo extrema por muchos años, con leyes que impedían a los negros mezclarse con blancos, en todos los sentidos: no podían usar los mismos baños, ni entrar en los mismo lugares y mucho menos casarse unos con otros.
Jack Johnson the «Gavelston Giant»
Por aquella época, Jack Johnson, apodado como “el gigante de Galveston”, entró a la historia por ser el primer negro, luchador de boxeo, que se convirtió en campéon mundial de los pesos pesados (1908). Aunque era negro, se saltaba todas las normas sociales y raciales e incluso hacía públicas sus relaciones con mujeres blancas. Los racistas, que no soportaban que un hombre negro se comportara como un blanco, usaron como pretexto la relación que mantenía con una prostituta blanca para que fuera condenado por violar la ley Mann, que prohibía cruzar la frontera entre Estados con mujeres blancas con “propósitos inmorales” (una ley hecha en realidad con el fin de combatir el tráfico de mujeres). Sin embargo, más de 100 años después, se le ha concedido el perdón por aquella sentencia claramente racista.
En Estados Unidos el matrimonio entre personas de distinto color no fue legal hasta 1967.
Fue una pareja de Virginia que, tras años de litigio, consiguieron derogar la “Racial Integrity Act”, ley aprobada en 1924 que prohibía las relaciones sexuales y el matrimonio entre blancos y gente “de color”. Así Mildred, una mujer de color, y Richard, un hombre blanco, conocidos como los “Loving”, lograron que el supremo declarase esta ley anticonstitucional.
Alabama fue el último Estado americano donde hasta 1999 no se abolió de su Constituión el artículo que prohibía a cualquier negro/a, o descendiente de negro, casarse con una blanca o un blanco.
Sobre las relaciones entre personas de distinto color, las encuestas llevadas a cabo en EEUU muestran que aparentemente reciben mayor aceptación. También han aumentado los matrimonios de este tipo. Sin embargo, según concluyen los estudios, a nivel emocional aún existen reticencias en la población (una cosa es la teoría y otra la práctica,) ya que muchas personas no elegirían una pareja de distinta etnia o grupo racial.
Actualmente, aunque en la mayoría de los contextos se han eliminado las barreras legales sobre las relaciones sexuales entre personas de diferente color de piel, aún existe cierto racismo implícito al convertirlos en una especie de oscuro objeto de deseo o fruta prohibida, como evidencia el hecho de que la categoría “interracial” sea tan buscada dentro de la pornografía, pues forma parte de la fantasía de muchas personas.