La saga cinematográfica “Cincuenta sombras” ha llegado a su fin. Ha sido una de las trilogías que más interés y expectación ha despertado en todo el mundo. Se basa en las novelas literarias de la autora inglesa E. L. James, una novela erótica que, a pesar de su gran contenido sexual y BDSM, tuvo un éxito sin precedentes y una aceptación aplastante, convirtiéndose en una de las novelas más vendidas de todos los tiempos.
Tras el gran éxito de la novela, que se publicó en 2011, Universal Studios decidió conseguir los derechos sobre la película e iniciar su producción dos años después, en 2013. “Cincuenta sombras de Grey” llega a los cines en Febrero de 2015 tras dos largos años de espera. La segunda parte, “Cincuenta sombras más oscuras” llegó a los cines en 2017. Y justo un año después llega a las pantallas “Cincuenta sombras liberadas”.
Las tres se han estrenado en Febrero, el mes de los enamorados, ¿casualidad? No, se trata de una estrategia de marketing más de las muchas y excepcionales que han rodeado a esta saga tan polémica y atrayente.
Una historia de amor, pasión y posesión
“Cincuenta sombras” cuenta la historia de amor y pasión sexual entre la recién graduada en literatura Anastasia Steel (Dakota Jhonson) y el joven millonario dedicado a los negocios Christian Grey (Jamie Dornan). Amor y sexo se entremezclan a lo largo de una historia que nos va a sumergir en el mundo del BDSM (Bondage/Disciplina; Dominación/Sumisión; Sadismo/Masoquismo).
Para mí, uno de los puntos a destacar es la evolución de los personajes que poco a poco van compenetrándose hasta llegar a ser una pareja igualitaria y comprometida, a pesar de ser dos personalidades tan dispares.
Ana al inicio de la saga es una chica inocente, tímida e inexperta sexualmente que cree en el amor romántico y va evolucionando hacia una mujer segura de sí misma, que sabe lo que quiere y atrevida en el ámbito sexual. Christian es un hombre marcado por su infancia incapaz de mostrar sus sentimientos y con una necesidad de control obsesiva. Debido a los gustos sexuales de Christian y su obsesión por controlarla (regalos caros, saber constantemente donde se encuentra, etc.), Ana se verá inmersa en un mundo totalmente ajeno a ella. Esta situación terminará sobrepasándola y hará que decida alejarse de su amado. Ante esto Christian se ve obligado a quererla sin imponerse, evolucionando hacia un hombre comprensivo que empieza a mostrar sus sentimientos. Pasando de una relación de poder a una relación de igualdad.
En este sentido nos muestran la importancia del respeto en una pareja y la necesidad de conciliar las necesidades individuales para llegar a un vínculo en el que ambas partes se sientan satisfechas y en igualdad. Esto es algo que consigue la pareja protagonista con esfuerzo por ambas partes. El deja a un lado su necesidad de control y ella se atreve a quererlo y a satisfacer sus necesidades sexuales “especiales”. En la última película de la trilogía podemos ver una pareja más compenetrada, donde las escenas de sexo son consensuadas, Ana se muestra más segura e incluso lleva las riendas en algunas ocasiones.
Cincuenta sombras y erotismo
Cuando hablamos de erotismo nos estamos refiriendo a la parte más creativa de la sexualidad. La necesidad de crear, imaginar y fantasear para despertar nuestro deseo sexual de múltiples formas. Tanto la literatura erótica como el cine erótico nos pueden ayudar a enriquecer nuestra sexualidad y explorar nuestra sexualidad individual o en pareja. Por tanto, el principal objetivo sería estimular la imaginación sexual, algo que creo que cumplen estas películas con sus escenas de sexo espontáneas y planificadas (cuarto rojo).
La noticia de que la trilogía literaria “Cincuenta Sombras” iba a ser llevada al cine despertó la curiosidad por saber cómo plasmarían en la gran pantalla esas escenas de gran carga erótica: el romanticismo, la sensualidad, las escenas de sexo, el lujo, las extravagancias. Todo un reto.
De hecho, una de las principales críticas que han recibido estas películas procede de los lectores de la novela, afirmando que las películas no hacen honor a la lectura, que se quedan cortas. Puede ser, pero debemos tener en cuenta que las expectativas ante la llegada al cine de esta trilogía erótica eran enormes. Esto unido a la publicidad, los anuncios subidos de tono y a la imaginación de cada uno, hace difícil conseguir una saga al gusto de todo el mundo. En este sentido, hay que decir que la sexualidad y la erótica son muy personales, por tanto lo que para algunas personas resulta atrayente o excitante, para otras puede resultar indiferente o desagradable. Y esto es lo que ha pasado, nos encontramos opiniones de todo tipo, desde gente que está encantada con esta trilogía cinematográfica hasta personas que afirman no haber podido ni terminar de verlas.
Erotismo y BDSM
Me atrevo a afirmar que una de las consecuencias de la llegada a los cines de estas películas ha sido la popularización del BDSM, haciéndose evidente en la creciente demanda de juguetes sexuales relacionados con esta práctica sexual. Algo que era desconocido para la gran mayoría e incluso considerado incorrecto o perverso, ha pasado a ser algo de lo que es raro no haber escuchado hablar.
El BDSM es una práctica sexual que puede aportar diversos beneficios a nuestra sexualidad. Puede ser una gran fuente de erotismo, disfrute para ambos y un excelente gestor de poderes.
Sus siglas hacen referencia a Bondage (ataduras eróticas para inmovilizar a la pareja), Disciplina (creación de reglas, normas y castigos a respetar), Dominación y Sumisión (los dos papeles presentes, el de amo y el de sumisa, control y obediencia), Sadismo (disfrute infringiendo dolor o dominando) y Masoquismo (disfrutar del placer que proporciona el dolor, pero sin sufrir).
Es muy importante conocer en qué consiste y prepararnos correctamente antes de llevarla a cabo para evitar malentendidos. Lo primero que hay que tener claro es que se trata de una opción más dentro del amplio repertorio de prácticas sexuales existentes. Con esto quiero decir que si una de las partes no se siente cómoda, no hay que llevarlo a cabo simplemente porque sea “algo que está de moda”. Es fundamental no olvidar que el fin último de cualquier práctica sexual es el disfrute de ambas partes. Los dos debéis estar de acuerdo antes de lanzaros a esta aventura.
Desde mi punto de vista, me parece excelente que en “Cincuenta Sombras de Grey” (la primera entrega) se deje claro la importancia de la elaboración de un contrato. Puede parecer una tontería, pero aunque se realice con tu pareja de 30 años, es importante hacerlo. Es algo que forma parte del juego y os va a ayudar a establecer roles, poner límites y concretar la palabra clave para abandonar el juego si es necesario. Una vez consensuado el contrato, es el momento de comenzar el juego y disfrutar.
Para terminar me gustaría decir que podemos encontrar un mensaje de trasfondo en esta historia que nos muestra cómo el amor puede servir para sanar heridas. El amor de Ana y el apoyo externo de su psiquiatra terminan sanando las heridas de la infancia de Christian. Un mensaje esperanzador ¿no creeis?
“Sexualmente me enloqueces, sentimentalmente me enamoras”
Christian Grey