Por poco que sepas de los Estados Unidos de América, seguro que el nombre de Benjamin Franklin te suena. Y es que el rostro de este hombre no aparece en los billetes de 100 dólares por casualidad, sino porque es uno de los personajes más célebres de la historia de Estados Unidos. Pero ¿por qué os hablo aquí de él? Pues porque, además de escritor, inventor, científico, político y diplomático, entre otros de sus numerosos talentos primaba el de cautivar a las mujeres.
Como os decía, Benjamin Franklin, nacido en Bostón en 1706, fue una leyenda nacional con fama de seductor, a pesar de su físico poco agraciado. Está claro que se trataba de un hombre polifacético que explotaba sus dotes al máximo.
Para que lo conozcáis un poco mejor, os diré que se le considera uno de los padres fundadores de EE. UU. Participó ni más ni menos que en la Revolución Americana, en la Guerra de Independencia, en la redacción de la Declaración de Independencia de Estados Unidos y en el establecimiento de la Constitución.
Como político fue uno de los abolicionistas más destacados con relación a la esclavitud y en 1785 fue nombrado gobernador de Pennsylvania.
En su faceta científica se dedicó principalmente al estudio de la electricidad y se le atribuyen inventos como el pararrayos, las lentes bifocales o el cuentakilómetros.
Comenzó trabajando en una imprenta y se convirtió en un exitoso editor de periódicos. Puede que fuera uno de los primeros columnistas de consejos sexuales de EE. UU. Se dice que usó el sexo para vender periódicos, enviando cartas falsas al editor, que escribía él mismo. Y en una de sus repuestas, para asesorar a un joven en la elección de una amante, argumentó que las mujeres mayores son las mejores compañeras.
Aunque estuvo casado más de 40 años con Deborah Read, convivieron menos de la mitad, y sus aventuras amorosas eran continuas, dando lugar a un hijo ilegítimo que su esposa accedió a criar. Pero al parecer, aunque este fue el único reconocido, se cree que pudo engendrar hasta 15 hijos fuera del matrimonio. Y es que sus escándalos sexuales estuvieron a punto de costarle la carrera.
Se trasladó a Londres en 1724 donde al parecer frecuentaba burdeles y siempre se le veía acompañado por mujeres. Además, se considera que en Londres podría haber pertenecido a un club de sexo o al menos tuvo una estrecha relación con algunos de los miembros más notorios de este club libertino.
Con tan solo 20 años (1726), desarrolló un plan de 13 virtudes para cultivar su carácter y alcanzar el éxito, referidas a la templanza, determinación y sinceridad, entre otras. Pero una de ellas se refiere a la castidad y dice así: “frecuenta raramente el placer sexual, sólo hazlo por salud o descendencia, nunca por hastío, debilidad o para injuriar la paz o reputación propia o de otra persona”. Sabiendo lo mujeriego que era (por algo él mismo admitió que había incumplido sus preceptos muchas veces), está claro que la castidad no fue su virtud más cultivada.
Llegó a París en 1776, con 70 años cumplidos, donde al parecer, todavía encandilaba a jovencitas. Y dicen que llevó una vida sexual muy activa incluso después de dicha edad.
Su fama de seductor fue tal que Larry Flynt (productor de películas porno estadounidense), en su libro (2011) sobre la vida sexual de los presidentes de Estados Unidos, afirmaba que Benjamin Franklin sedujo a muchas mujeres francesas.
Pero ¿para qué fue a Francia? Pues como embajador de EE. UU. Concretamente tenía que convencer a los franceses de costear la Revolución Americana y, al parecer, lo consiguió usando su poder seductor con las damas de la corte francesa. ¿Cómo lo hizo? Para convencer al rey Luis XVI de enviar tropas para ayudar a Washington durante la revolución estadounidense, se valió de su relación con damas de altos cargos que a su vez persuadieron a sus hombres, lo que finalmente ayudaría a la firma del Tratado de París en 1783, asegurando una alianza militar y económica entre Francia y EE. UU y poniendo fin a la Guerra de la Independencia de Estados Unidos. Es por ello por lo que se le considera que fue un embajador del sexo.
Para acabar, os dejo con una de sus frases que quizá fue la clave de su éxito: “Aquel que se ama a sí mismo no tiene rival ninguno”.
Biografía de Benjamin Franklin
Hecho por Gabi Navarro
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4 comments
Muy interesante y sorprendente este artículo. ¿Es la edad la clave como decía Benjamin? O realmente lo que lleva aparejada en ocasiones esa edad… liberación, aumento de la seguridad y búsqueda del placer sin límites ni complejos, etc.
Me alegra que te haya resultado de interés 😀 Gracias por tu comentario 😉
Aunque ya lo sabes, ¡me encantan estas entradas! Disfruto un montón leyéndolas.
Aprovecho también para desearos un ¡Feliz 2018 a ti y a todo el equipo de Más Allá del Placer! Estáis haciendo un trabajo genial, espero poder seguir disfutando de vuestro trabajo este y muchos años más.
Besicos