Te preguntarás el por qué del título de éste artículo. Cuando vemos estas siglas, BDSM, lo que habitualmente nos viene a la mente suelen ser 2 escenarios:
El de un hombre sexy, millonario, poderoso y dominante, pero con un severo trastorno mental sádico y una mujer indefensa, bonita, inexperta, medio tontuela y enamoradiza que se deja conquistar por las flores y corazones del guapísimo, deseado por todas las mujeres, con tal de satisfacer y desahogar traumas en busca de su amor.
El siguiente escenario que viene a la mente es el de maltratadores vestidos con látex o cuero y máscaras e utensilios de tortura, con alguien a quien torturar mediante una infinidad de instrumentos, cadenas, sonidos de gritos, látigos y súplicas del o la masoquista, mientras el sádico ríe y goza con torturar.
El título de este artículo no pegaría nada, si no supiéseis de qué va realmente esta práctica, sin fantasías de novelas y de otros medios.
El significado del BDSM es el de «Bondage y Disciplina», «Dominación y Sumisión», «Sadismo y Masoquismo». Dicho término fue creado para diferenciar estas prácticas sexuales de otras subculturas tales como el bondage, la dominación, la sumisión, el sadismo y el masoquismo. Por lo tanto, podríamos decir que es un conjunto de prácticas y comportamientos sexuales llevados a disfrutar de una sexualidad diferente a la convencional, o a lo que se le conoce como «sexo vainilla» dentro del BDSM, es decir que se enfoca a conductas sexuales que no incluyen el mismo BDSM, fetichismos entre otros.
El BDSM cumple con una premisa SSC: «Sano, Seguro, Consensuado» y, partiendo de dicha premisa, cualquier otra práctica que no la cumpla no se considera BDSM.
Este término abarca un grupo de prácticas eróticas libremente consensuadas por quienes lo practican, así que no es un contrato que un amo(a), o ser superior, dicta y que una sumisa(o) debe cumplir, sino que cada uno de los participantes, en una sesión BDSM, podrán hablar de sus límites, deseos y fantasías creando un ambiente de mutua entrega y confianza. Se necesita que quienes lo practiquen sean personas equilibradas, honestas y sobre todo respetuosas con sus compañeros de juego.
De acuerdo a estudios realizados, una de las fantasías eróticas más comunes es la del juego de poder/control asociado al uso de juguetes y atuendos específicos como son las máscaras, antifaces, cuero, látex, esposas, cuerdas, látigos, fustas y paletas de spank, entre muchos otros.
Se origina una gran elevación del placer y del erotismo al infringir dolor y sentir dolor, el aumento de sustancias a nivel cerebral, la dopamina principalmente que actúa como si fuese una droga, activan el circuito de placer-recompensa en una determinada área tegmental ventral cerebral. Esta zona del cerebro es la misma que, como con las drogas, se activa con una variedad amplia de sustancias o actividades placenteras y potencialmente adictivas para el ser humano, haciéndonos segregar también endorfinas, hormonas responsables del enamoramiento que mitigan el dolor de forma natural, presentándose lo que llamaríamos “ subidones de placer”.
Cuando se desarrolla el BDSM en pareja se crea un proceso de retroalimentación emocional positiva, con el fin de crear un progresivo aumento en la calidad de la unión y favoreciendo un clima de mutua entrega y confianza, además de facilitar y elevar los canales de comunicación.
De forma individual, nos proporciona un elevado autoconocimiento de nuevas rutas de placer, de elevar el erotismo y de experimentar nuevas emociones, así como de regularlas. Un escape a lo cotidiano, al estrés del día a día. Yo lo llamaría una liberación.
El BDSM a través de la amplia variedad de juguetes y la creatividad nos presenta una oportunidad de experimentar «Varias Primeras Veces» por lo que hablamos de algo que va mucho más allá del placer del sexo vainilla. Ningún encuentro erótico es igual a otro, en todos hay sensaciones, emociones y elementos diferentes.
No tiene que ver con malos tratos, el juego de dominación y sumisión es una experiencia que va más allá de la genitalidad y del coito, hay una interrelación física y emocional entre los participantes que genera un profundo entendimiento y altos niveles de comunicación y de confianza. Los límites pueden ir variando todo el tiempo, ya que al principio habrá cosas que no deseemos experimentar y posteriormente, al ser seres cambiantes y en evolución, tendremos un deseo distinto para probarlas. Las fronteras las imponemos nosotros mismos. Así mismo, existen palabras de seguridad que se establecen antes de comenzar, fijadas previamente y que sirven para parar el juego si se desea.
Así cerramos este primer capítulo de la excitante forma de placer erótico que nos brinda el BDSM que, bien practicado, nos llevará a satisfacer necesidades ocultas, liberar tensiones y otras sensaciones agobiantes del día a día, así como a experimentar cómo potenciar el placer.
- Todas las imágenes pertenecen a Gret de Lou.
Texto editado y corregido por Más Allá del Placer.
2 comments
De la lectura de la exposición se corre el riesgo de creer que estás practicas hacen a sus usuarios mejores parejas que los vainillas.
Tambien decir que el BDSM es un mundo con muchos niveles que pueden llegar hasta a una sumisión plena y consensuada 24/365 de una las partes.
Creo que cualquier satisfación de un deseo sexual,sin censura, de una parte de la pareja por la otra crea un aumento de unión en la relación sea o no vainilla.
Un saludo