Hemos hablado con anterioridad del movimiento del Ukiyoe en un Japón feudal marcado en la época Edo, y de su estilo de sexualidad mostrado en un arte característico que hoy en día se sigue admirando a lo largo y ancho del mundo. En esta ocasión, vamos a profundizar más allá de la superficie.
En Japón, más allá del exotismo, del arte y de la belleza que sin duda contiene, se esconde un sistema de vida a nivel económico, legal, administrativo y filosófico/moral completamente diferente al que damos por sentado dentro de los márgenes que el mundo occidental-cristiano considera correctos y naturales.

Pero no os asustéis, los apartados más detallados sobre las facetas económicas y legales se las dejaremos a quienes les interese, en este caso nos centraremos en todo aquello que compromete a la sexualidad y el estudio de la misma.
Para empezar, nos guste o no, para hablar de la historia de la sexualidad debemos hablar de la historia de la prostitución, pues ésta está inherentemente marcada por la cultura sexual en la que se sostiene y en ella se pueden ver las consecuencias más directas. Una cultura sexual alternativa ofrece un tipo de prostitución sexual alternativo. La forma de comprender el placer y el papel que el sexo juega en él puede cambiar toda una sociedad.
Para comenzar, en esta ocasión remarcaremos dos conceptos con gran carga semántica; dónde se ejercía dicho oficio y quienes lo hacían. Los lugares donde se han reunido las prostitutas desde hace siglos han recibido el nombre de 遊郭, yuukaku. ¿Eran los yuukaku burdeles o prostíbulos? Desde hace mucho tiempo, el yuukaku se ha traducido como prostíbulo, pero es una traducción muy inexacta y deformada por nuestra cultura sobre la realidad de lo que eran esos lugares.
Estas localizaciones no solo ofrecían servicios sexuales sino que también vendían todo tipo de artículos relacionados directa o indirectamente con el mundo del placer y la sexualidad. No solo imágenes pornográficas (como las del ukiyoe) y juguetes sexuales, sino también todo tipo de servicios como restaurantes, quioscos, venta de bebidas y/o comercialización de cualquier otro artículo útil para la satisfacción de los clientes. Dicho de otra manera, los 遊郭 eran todo un centro de ciudad cuya economía orbitaba alrededor del sexo. Estos centros de ciudad crecieron de forma tan espectacular que empezaron a dividirse en distritos aún más especializados. En ellos se originó el distrito del 揚屋 (agueya) donde se reunía la clase alta y donde encontramos el fenómeno de las 花魁 (oiran) las cortesanas más prestigiosas de todas las personas que trabajaban en los 遊郭 y0 cuyo poder, en ocasiones, ha rivalizado con muchos líderes nobiliarios y políticos.

¿Quiénes eran las trabajadoras de los 遊郭?
Debemos retroceder unos siglos atrás con los primeros registros oficiales que tenemos. A principios de la época 奈良 (Nara) a las mujeres que se prostituían las llamaban 遊行女婦 (ukareme) concepto que literalmente se podría traducir como mujeres que juegan y bailan. Esto se debe a que estas mujeres que, evidentemente, ofrecían sexo, no solamente hacían eso. Brindaban entretenimiento y espectáculo dirigido básicamente al gozo y el disfrute. Cantaban, recitaban poesía, bailaban, hacían teatro y además, ofrecían sexo. Y es que, aunque es algo que a la cultura occidental parece que le cuesta entender, el placer no es algo exclusivo del sexo y la perversión. Había, hay y habrá personas que encuentren más placer en una actuación o en una canción que en una actividad sexual, o en la combinación de ambas.
El caso es que cuando una mujer se dedicaba al mundo de ofrecer placer, aunque proporcionar sexo fuera una de sus actividades, no era la única ni muchas veces la actividad más requerida.
Con el tiempo, estos placeres fueron considerándose vicios por dos motivos; el primero es porque el placer, fuera cual fuera, es adictivo. Y el segundo, por una evolución bipolar en la sociedad sobre la sexualidad y la gestión de los placeres del ser humano. Mientras que en las clases bajas el sexo no era en absoluto un tabú, sino que se vivía de forma desinhibida, en las clases altas la virginidad y el estoicismo alcanzaron una gran importancia social (aunque eso no les impedía tener un gran número de concubinas ni contratar los servicios de las 花魁), marcando una diferencia sociocultural cada vez más grandes entre nobles y súbditos. Con esos dos motivos en mente estos 遊郭 fueron trasladados a las afueras de las ciudades en lo que acabarían siendo los barrios rojos o 岡場所 (okabasho), en ocasiones divididos físicamente con murallas y hasta fosos. Obviamente, nada de ello impidió que estos crecieran hasta crear prácticamente sus propias ciudades independientes.
Y con esto llegamos a la época Edo, el momento álgido de los barrios rojos y los 遊郭. En esos momentos el término usado para las trabajadoras de los 遊郭 sería 遊女 (yuujo), que vendría a significar literalmente “mujer que juega”.

Estas «artistas del placer» estaban lejos de estar mal vistas por sus coetáneos o sufrir algún tipo de exclusión. Bien fuera porque gran parte de la economía de las grandes ciudades se relacionaba con ese mundo o bien porque a causa de las crisis casi todo el mundo había trabajado en dicho sector, estas mujeres no sufrían ningún tipo de estigma social. Vivían de su trabajo con normalidad hasta que encontraban marido y se casaban. Y cuando eso ocurría, podían elegir seguir o dejar su trabajo sin ningún tipo de impedimento ni prejuicio. Todo lo contrario, eran muy bien vistas socialmente pues si odiaban su trabajo pero lo hacían por necesidades económicas eran vistas como mujeres fuertes, capaces de hacer grandes sacrificios por cuidarse a sí mismas y a los suyos, por lo que merecían un gran respeto. Y en el caso de que la mujer hubiera trabajado en este sector por iniciativa propia era vista como una gran profesional de la cual enorgullecerse. Como quien se casa con una gran artesana o una gran cocinera.
Para acabar, cabe mencionar y recordar que cuando hablamos de este sector de los 遊郭 no sólo hablamos de sexo desinhibido y sin tabúes, no solo hablamos de mujeres que vendían sexo como una actividad recreativa más junto el baile, el teatro y la poesía. También hablamos de arte, todo un conjunto de arte que en su momento se consideró tan pervertido y vil como el mundo de donde nacía. Pues solo en un mundo donde el placer era capaz de venderse y comprarse al gusto, tanto el arte como las emociones eran capaz de mostrarse y desarrollarse fuera de los límites morales de la cultura y la sociedad. Por este motivo, tanto las 遊女 como el 遊郭 no pueden separarse del arte. Son su mayor representante, son su tema principal, y son sus mayores exponentes.