Anorexia sexual o anafrodisia son términos que hacen referencia a la falta de interés por el sexo. Un trastorno que causa gran malestar en la persona que lo sufre y afecta a sus relaciones, tanto sexuales como sociales. Es un tema del que se habla poco, ya que solemos asociar los trastornos sexuales con un exceso de actividad sexual como sería la ninfomanía o la excitación permanente. No cayendo en la cuenta de que la falta de relaciones sexuales o de deseo sexual pueda suponer también dificultades en la pareja o malestar en la persona.
Las personas con anorexia sexual tienen un bajo deseo sexual, dificultades para llegar al orgasmo e incluso pueden llegar a experimentar dolor durante las relaciones sexuales.
Entonces… ¿hay una frecuencia adecuada para las relaciones sexuales?
No, la frecuencia con la que se mantienen relaciones sexuales es muy personal y la cantidad adecuada la va a determinar la pareja. De hecho, puede haber periodos en los que el deseo sexual o las relaciones sexuales disminuyan sin que suponga ningún problema.
La dificultad surge cuando la pérdida de apetito sexual afecta al bienestar de la persona y sus relaciones. Centran su vida en buscar excusas para evitar el coito o cualquier contacto íntimo y terminan viendo la sexualidad como una amenaza.
Por tanto, no se trata de no mantener relaciones sexuales o de tener falta de deseo sexual, sino que va más allá. El miedo o la ansiedad que provoca tan solo imaginar el acto sexual, lo convierte en algo indeseable. Esto hace, a las personas que lo padencen, elaborar multitud de estrategias para mantener el sexo al margen, estrategias que terminan afectando a todos los aspectos de su vida. Hacen todo lo posible por evitar el contacto con otras personas, viven aislados.
Cuando se da dentro de una relación de pareja, se evitan tanto las relaciones sexuales como las muestras de afecto y cariño. Llegan a crear rutinas horarias para evitar coincidir con la pareja.
El psicólogo Nathan Hare junto con Ellen Goodman fueron los primeros en hacer referencia a este trastorno en algunos de sus estudios. Y en 1997, el Doctor Patrick Carnes escribió el libro «Anorexia Sexual» donde la define como «un estado obsesivo en el cual la tarea física, emocional y mental de evitar el sexo domina la vida de alguien. Como morirse de hambre en la anorexia nerviosa, la privación del sexo puede hacer a alguien sentirse más poderoso y protegido contra las amenazas».
Posibles causas
Las causas pueden ser muy variadas. Lo más frecuente es que el estilo de vida, el estrés, el cansancio, etc., terminen afectando a nuestra sexualidad. Terminamos dejando las relaciones sexuales en un segundo plano, convirtiéndolas en una obligación. De esta forma, dejan de ser satisfactorias y en algunos casos dolorosas, haciendo que cada vez apetezca menos.
Por otro lado, centrarse en el coito y olvidarse del amplio abanico de posibilidades que nos ofrece la sexualidad (besos, caricias, abrazos) afecta a nuestro deseo sexual. Es importante que las relaciones sexuales no se conviertan en un acto mecánico y rápido, ya que hace que no resulten tan apetecibles.
Otras causas pueden ser no sentirse atractivo, miedo al rechazo por parte de la pareja, baja autoestima, negación del propio placer o dificultades para manifestar los deseos sexuales.
Algunos consejos finales
Las dificultades sexuales asociadas al deseo sexual son muy complejas debido a la diversidad de sus causas. Si la dificultad está causando malestar personal o dificultades de pareja, lo ideal es acudir a un especialista en sexología que nos orientará y nos indicará los pasos a seguir.
- Lo principal es tomar conciencia de nuestra situación y pensar qué podríamos hacer para mejorar nuestra sexualidad.
- Tener en cuenta que lo importante no es la cantidad, si no la calidad. Se debe dedicar tiempo a las relaciones sexuales para no caer en la trampa de la rutina.
- Mantener relaciones sexuales por placer, no por obligación.
- Los encuentros sexuales «aquí te pillo, aquí te mato» pueden resultar excitantes, pero si no se combinan con momentos en los que se dedique tiempo a disfrutar de la relación pueden terminar perjudicando el deseo sexual de la pareja.
- Es fundamental hablar con nuestra pareja sobre cómo nos sentimos y qué necesidades o preferencias sexuales tenemos.
- Buscar momentos íntimos o simplemente salir a pasear, en definitiva pasar tiempo de calidad juntos.
- Atreverse a introducir juegos o juguetes sexuales que ayuden al juego sexual y a enriquecer la sexualidad en pareja.
«Disfrutar de todos los placeres es insensato; evitarlos, insensible»
Plutarco (filósofo griego)